SHIARA LA LIBERADORA

Los cambios de la era daban una innumerable lista de quejas y problemas, pero como ya era de esperar, era algo irremediable, no todos aceptarían que el país fuera dirigido por una mujer, que ya en sí era mal visto, lo que además molestaba es que ésta no tomara un consorte, que les diera la tranquilidad de una mano firme al mando del ejercito, eso de ser una mujer al frente de una tropa dirigiendo los desfiles u otra acción militar, no era precisamente algo que concediera confianza a la población masculina, aunque si encima las nuevas leyes exigían una mayor libertad  a la mujer y una subida de impuestos, pues ya les ponía en duda su hombría sin contar con una afrenta a su ego, y como no que les sacaran el dinero del bolsillo que tanto se estiman…

Dirigir una casa era difícil en sí, pero dirigir un país era una meta muy ambiciosa, con un sin fin de responsabilidades y detalles que tener en cuenta, sin contar con el protocolo, ya que Shiara no parecía tenerlo en estima, saltándose constantemente las reglas de cortesía y aquellas que se suponía debían regir su vida.

                                                                        

Shiara tenía algo más que ambicioso en su mente, para ella era algo vital, crear en su reino un crecimiento cultural y de igualdad social, ya fuera por estatus como de clase o sexo, esencialmente éste último, ya que era el más empobrecido y limitado en todos los sentidos para la mujer, ya que en gran mayoría se las consideraba poco más que un animal para ser fecundado o una esclava sumisa, ante la palabra de su esposo y amo, cara a la sociedad y si misma.

Ella reconocía la gran suerte con la que había sido bendecida y su deseo era otorgar esa misma suerte a sus semejantes, como concederles una existencia digna y una mayor calidad de vida, como el que se puedan valorar con un criterio propio sin depender de las normas machistas que regían sus vidas…

Claro está, no iba a ser una empresa sencilla, ya que el país por demasiado tiempo había sido reinado bajo éste criterio y yugo, lo que implicaba una comodidad esencial masculina y subsistencia femenina, lo que elevaba el ego de ellos y rebajaba la autoestima de ellas, simplemente era casi un imposible realizar un cambio moral de tal envergadura y pensar de buenas a primeras que ellas lo tomarían sin dudas, otra razón a tomar en cuenta era el poder del consejo, Shiara ya había previsto en parte esto, por lo que otorgó el puesto de consejera mayor aun mujer cuyo conocimiento e intelecto era superior a cualquiera de los miembros del consejo, no se pudo evitar poner en evidencia al anterior consejero, ya que éste se empeñó en evitar tal suplantación…otra mujer dotada del beneficio de las circunstancias, criada por un padre como a su primogénito al carecer de varón…

Lo realmente indiscutible, era la cuestión de que no la vieran capacitada para hacerse cargo del mando militar y dirigir a éste, lo peor fue conceder plazas para ingresar en éste y crear un acceso con preparación especial para las mujeres, que se atrevieran a formar parte de la milicia del país, creando así una mayor polémica, aunque había que admitir que ella estaba encantada con poder formar una guardia femenina para palacio, asegurándose una mayor protección ante posibles golpes de estado o súbitas desgracias 3que devolvieran con su muerte el poder del trono al consejo y el estado del país a la situación anterior…Para la reina era algo inadmisible y prioridad máxima evitar que los despechados varones con poder logístico y militar, pudieran atentar contra su vida.

En sus viajes por el reino, se aseguró de llevar consigo a varias doncellas de confianza y lealtad absoluta, mientras su padre se ocupaba de asuntos políticos y de comercio, ella investigaba de mujeres en las que se pudiera apoyar y a las que por gracia de sus familias no se las criaba bajo las leyes del momento, sino con los mismos derechos que a un varón, cierto que eran escasas, pero con todo, eran el ejemplo a seguir por el resto, ya que es lo que precisaban un modelo a seguir en distintos ámbitos y que pudieran imitar, provocando así una vuelta de campana a las circunstancias.

Otro detalle de que tomó conciencia, era de la gran utilidad de los afeminados, varones que no se consideraban  tales u otros que gustaban de un igual, bajo un gran secretismo, ella creó una guardia especial, más un servicio privado, que no eran susceptibles al gusto del resto de la población masculina, por tener a la mujer bajo unos conceptos tan pobres, así como que se ocupaban de reunir a las elegidas sin preocuparse de una acusación de abuso y deshonra de la mujer, y el valor de la dignidad de ésta, como su valor moral y autoestima, el inconveniente en todo caso es que la mujer se enamore o se sienta atraída por alguno de ellos…

Toda la preparación se llevó ocultando sus intenciones en el más absoluto secreto, el silencio era una máxima y el lenguaje de signos una gran ayuda, ya estaba funcionando como una obra de teatro preparada para intrigar y sorprender al espectador, con el gran peligro de su vida o que se la declarase demente, por lo que no debía perder el tiempo ni bajar la guardia.

Dado la gran aversión del hombre por que la mujer fuera un igual, era un prodigio en si que ella misma no se hallara en la misma ignorancia por parte de su padre, ya que jamás  prestó atención ni la demostró, por las leyes y su injusta valoración sobre la mujer, se dedicaba a cumplirlas. Era increíble que la hubiera preparado y educado a diferencia de las leyes  que imponía y predicaba para con los demás, parece ser que se la excluyó de ésta normativa por alguna razón que ella todavía ignoraba…

En la primera semana llegaron los primeros informes de sus enviados por el correo que ella misma pidió ser creado,  como una simple afición por la cetrería, eligiendo con cuidado las aves de presa, como ya era habitual en ella, valoró cierta capacidad de retorno al hogar e inteligencia,  al igual que las palomas este sentido era importante, ya que las palomas no eran en sí seguras, por desgracia eran ciertamente fáciles de dar caza y ser descubierta…

Las noticias en sí eran alentadoras, varias de las elegidas no sólo aceptaban, sino que también tenían alguna discípula a las que deseaban traer consigo, esto no sólo le daba esperanzas en el futuro, también le daba fe  en pensar que su causa no estaba tan muerta como parecía y nada era concluyente, por lo que se podía permitir ser positiva.

Las puertas a los cambios se abrían, con cada rendija una corriente de aspiraciones se hacían paso entre las dudas y el ansia de culminar cada una es mayor a cada instante.

Mientras Shiara disfrutaba de las buenas nuevas, no podía reprimir una sonrisa de satisfacción, que compartía con su ya habitual complicidad con su consejera Zedra, entre ambas redactaban los múltiples documentos que les permitirían llevar acabo sus aspiraciones y metas.

Apenas pudieron  compartir éstos instantes, el consejo en pleno se presentó de improviso en la sala del trono allegada al despacho que ocupaba en esos momentos, una de sus damas entro en éste sin esperar respuesta tras tocar, dirigiéndose a Shiara en el lenguaje de los signos, no era corriente tener a alguien que no pudiera hablar como acompañante y en el servicio de palacio este caso era especial, se conocían desde niñas y aprendió a su lado el lenguaje que usaba ya entonces, que se trataba de gestos con las manos y alguno con el rostro, la dama resultaba más que útil ya que ésta leía los labios de sus interlocutores, era toda una ventaja, ya que tanto la consejera como la reina se permitían hacer uso de él, evitando así a los espías y que éstos obtuvieran cualquier información de vital importancia. La dama enseguida informó de cuánto sabía a Shiara y Zedra, la cual no tardó en tener sus conclusiones y estrategia para llevar y acorralar a la manada de lobos que se presentaban como una jauría sacando los dientes…

De alguna manera una telaraña se había bordado a su alrededor con una indefinible cantidad de recursos, que para otros provenían de inútiles, parias entre los suyos, inapropiados en resumen, ya que se tenía demasiado en cuenta el aspecto, la hombría, las incapacidades u defectos físicos, como para considerarlos sus iguales.

A veces la ignorancia y la incomprensión crean barreras por encima de la integridad y los valores humanos, muchos desconocían el significado de éstos ya que por ende se les tacharía de débiles, una desgracia para la hombría y un insulto para su ego…

Un mundo de intrigas, de secretos y conspiraciones, supervivencia, poder, ambición, sueños, todo un reto con una entrega absoluta, con todo tipo de temores y esperanzas…

Cuando por fin va llegando la noche, tras un día de pros y contras, dónde un consejo se revela para marchar humillado, dónde las noticias favorables apenas son celebradas un minuto, en el que la conspiración  y el asesinato ha tenido su papel del día, un día de desasosiego que sin lugar a dudas provocaría el agotamiento de cualquiera, pero no para éstas dos mujeres.

Ellas aun siguen en pie, bajando a los sótanos envueltas en capas, el dia era para las apariencias las noches para las aspiraciones, asi es como se reunian en un aparte y con ciertos miembros leales se preparaba los siguientes movimienos con los detalles mas minuciosos posibles y se recibian los por mayores y por menores de la guardia que ella misma creó.

-POR CONTINUAR-