martes, 24 de septiembre de 2013
sábado, 21 de septiembre de 2013
XVII
Bendita risa
de la clara ironía,
a mas querer que poder
siempre llega el día
en que las lagrimas caen,
y la risa con dicha no cesa,
ni censa la euforia ingenua,
del instante que llega
adquiriendo sentido...
si es que por pedir
del cielo caería,
en esta derivativa
de locura,
que con niños uno se croa
y a coces se espabila,
en vez educar a duendes,
que en picara existencia,
de aquí para allá te arrastran,
ya mártir o esclava ríes rendida,
al encanto de su inocencia,
a sus trastadas, desafíos y respuestas,
y en la distancia ajenos al jolgorio,
se repite, que lindos, que vivos...
mientras el demoniete de la inconsciencia
se parte a gusto en tu nuca,
y con sonrisa traviesa ese canalla oculto,
con carita de ángel
de la mano te lleva a soñar como antes...
lunes, 16 de septiembre de 2013
XVI
Entre el llanto y el bullicio,
Manos y almas se estrechan,
Logros y despedidas,
Que en una noche todo culmina,
En ese adiós roto,
Por la tristeza y la incredulidad,
Del manto que ensombrece,
La estrella de venus...
En cada mirada una voz,
Unidas al corazón de ser...
Una para todas y con todas una,
Donde la era fue historia,
Naciendo un único hogar, que creció en cada una,
Coronando con laurel
Ese templo que guardamos.
Hebras de una bandera,
La fuerza de un pensamiento,
Así son las hijas de Eva,
Rebeldes y libres,
En el rictus del orden establecido.
Ondeando en sus vidas,
El orgullo de ser,
Memorando al ocaso ese templo celestial,
En el que manos y almas se estrechan,
Al llegar y despedir,
Sin olvidarlo en el tiempo de vivir.
Hojas echadas al viento,
Que hallaran su cenit juntas
Para ser polvo y semilla,
Manos y almas se estrechan,
Logros y despedidas,
Que en una noche todo culmina,
En ese adiós roto,
Por la tristeza y la incredulidad,
Del manto que ensombrece,
La estrella de venus...
En cada mirada una voz,
Unidas al corazón de ser...
Una para todas y con todas una,
Donde la era fue historia,
Naciendo un único hogar, que creció en cada una,
Coronando con laurel
Ese templo que guardamos.
Hebras de una bandera,
La fuerza de un pensamiento,
Así son las hijas de Eva,
Rebeldes y libres,
En el rictus del orden establecido.
Ondeando en sus vidas,
El orgullo de ser,
Memorando al ocaso ese templo celestial,
En el que manos y almas se estrechan,
Al llegar y despedir,
Sin olvidarlo en el tiempo de vivir.
Hojas echadas al viento,
Que hallaran su cenit juntas
Para ser polvo y semilla,
Allá donde amanecerá
Un nuevo futuro,
Prodigio de ser y creer
Sin perder la fe.
Un nuevo futuro,
Prodigio de ser y creer
Sin perder la fe.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
XV
En el secreto de esos labios sellados,
Se hiergue un corazon apasionado,
Guardado en silencio,
Tras la cerradura de un alma errante,
Que busca y persigue el olvido,
Mientras hanela un corazon calido,
Que la arrope de las penurias,
Que la tristeza estanca en esos ojos
Divinos cuyo cielo reposa en su mirada.
Guarda en su gesto la calma sensual,
El regocijo de una caricia inmortal,
La fuerza del mar que se cierne sin compasión,
A poseer el alma y el cuerpo de quie baile
Sobre su saten de lagrimas esmeralda...
Así nace la corriente,
Que con puro extasis se desliza,
Por la piel fogosa de una madona pudorosa,
Fértil es el deseo y impetuoso el volcán,
Que se agita desesperado por emerger de las entrañas al mundo,
Como un ave fenix arrancando
De la lujuria un beso condenado,
Mientras yace a merced del velo de los sueños,
Es esclava de la divina venus,
Que la abraza con el tierno halo de los mil ocasos que promete,
En cada suspiro...
Se hiergue un corazon apasionado,
Guardado en silencio,
Tras la cerradura de un alma errante,
Que busca y persigue el olvido,
Mientras hanela un corazon calido,
Que la arrope de las penurias,
Que la tristeza estanca en esos ojos
Divinos cuyo cielo reposa en su mirada.
Guarda en su gesto la calma sensual,
El regocijo de una caricia inmortal,
La fuerza del mar que se cierne sin compasión,
A poseer el alma y el cuerpo de quie baile
Sobre su saten de lagrimas esmeralda...
Así nace la corriente,
Que con puro extasis se desliza,
Por la piel fogosa de una madona pudorosa,
Fértil es el deseo y impetuoso el volcán,
Que se agita desesperado por emerger de las entrañas al mundo,
Como un ave fenix arrancando
De la lujuria un beso condenado,
Mientras yace a merced del velo de los sueños,
Es esclava de la divina venus,
Que la abraza con el tierno halo de los mil ocasos que promete,
En cada suspiro...
viernes, 6 de septiembre de 2013
XIV
Besos acaramelados,
Que empalagan la mirada de la envidia,
Besos de claveles,
Con su esencia inolvidable de sueños,
Besos de ensueño,
Siempre extraviados en la locura,
Besos cautivadores,
Esclavizan a la ingenua ilusion,
Besos de mariposa,
Aletean, tientan, y escapan tras el roce,
Besos alocados,
El impulso del primer latido,
Besos dulces,
Que derraman la lagrima compasiva,
Besos sin aliento,
El hambre con sentimiento,
Besos provocadores,
Tientan como buenos ladrones,
Besos que derriten,
Vuelcan el cuenco de la pasion,
Besos que esclavizan,
Llaman, despiden y siempre retornan,
Besos insinuantes,
Despiertan miradas llenas de secretos,
Besos seductores,
Implorando a la flor oculta,
Besos lentos,
Donde el sentimiento es eterno,
Besos tiernos,
Que ocultan las estrellas del cielo,
Besos tempestuosos,
Sienbran tormentas en el alma.
martes, 3 de septiembre de 2013
XIII
Achicando aguas mil,
De esos ojos que presagian tormentas,
De ellos caen las lluvias
Que mejor recordamos
Y de gustamos.
Ya sea de buenas nuevas,
Con una mujer desnuda,
O con ese deje de melancolía...
Si a de ser que sea por la tersura de su piel y no por imposibles.
Achicando, con esfuerzo y esmero,
Un sujetador perdido,
Con una sonrisa juguetona que trota en los labios,
Se guarda en secreto el incienso del deseo,
De aquí para allá,
Una cabellera ondeante
Que enciende la sangre,
En esa efervescente mejora,
Por sumergirse en el húmedo hueco de la seda y especias de su ser candente,
Siempre con buenos augurios...
Y las luces se encienden
Con la pasión del fuego
De besos que no acaban,
Pero las miradas no hablan,
Se buscan, sujetan, y estremecen,
Desde el alma mientras el deseo no aguanta.
Achicando sin fuerzas,
Puede que satisfecha,
Tras la pérdida de demonios y látigos,
Ya nada queda en Venus,
Excepto miradas y caricias,
Que esperan expectantes,
La próxima tormenta.
lunes, 2 de septiembre de 2013
XII
Por favor,
No mandéis saetas a mi lecho,
Frió por vuestra ausencia,
En el desamor de la seda,
Aflige el silencio de vuestra estima,
Así caigan las hojas de otoño,
Con vuestro recuerdo ya mártir,
En mi memoria.
Que la voz de los cielos
Sea generosa en dicha,
Que la llamada del alma
Nunca pierda su fe,
Que el calor de las venas,
Estreche nuevos futuros.
Y si brota un sauce en el horizonte,
Que de el surjan las perlas,
Que guardamos
En el tesoro diamantino
De la mirada ancestral,
Mas allá de la niebla
De nuestra conciencia.
XI
Eres el trino de mi corazón,
La alabanza a los cielos,
Que encarna el sueño del alma
En cada latido que os profeso.
Eres el ámbar que me derrite
Bajo la luz de tu mirada incandescente,
Dorado y dulce néctar es la voz
De la dueña de mis fantasías,
Que me arrastra a la orilla
Del eterno éxtasis,
Donde nuestras manos se unen
Y toman el destino,
Guiadas por los sueños del pasado.
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