sábado, 28 de abril de 2012

Continuacion de Mi desconocida


SERENA


Volvía a tener el móvil entre mis manos, dos llamadas rechazadas en lo que iba de mañana, mi padre seguía insistiendo, tras ver sus planes e intenciones para mi no cuenta y tampoco siento deseos de hablar con él, discutir un caso perdido no me lleva a ninguna parte en conclusión sólo a disgustarme, en cambio mi madre, no daba ya señales de vida, llamó un par de veces en los últimos días, en una ocasión conversó con Sam y en la otra con Adela, ahora era yo quien miraba el móvil anhelando escucharla.

Sam se acercó a mí, ella estuvo dando vueltas cerca de donde yo estaba sentada sin atreverse acercarse, la fuente cercana a la casa era un buen lugar de estar al sola y cómoda y ver a todos desde ahí hacer sus encargos; durante nuestra estancia pasaba mucho tiempo fuera de la casa, realizando curas a las personas mayores de la zona, comenzó supliendo en la consulta un día en el que me acompañó a una revisión, pese a que me encontraba mucho mejor insistían en que fuera cada dos días a que me vieran la herida y los sentidos por el temor de que algo interno no fuera bien; el médico la recomendó tras ser impresionado por su eficacia, cada mañana comenzaba la ruta, mientras yo intentaba recoger  las estancias sin esforzarme, siempre bajo la constante atención de Adela, incluso un día en su compañía nos acercamos a la mini biblioteca del ayuntamiento en busca de lectura actual, en ocasiones  me pasaba ratos allí leyendo revistas antes de elegir algo que me agradara, finalmente elegía alguna cosa ligera, ya que la vista se me cansaba rápido y en cuanto fijaba más tiempo del que debía necesitaba un analgésico para el dolor de cabeza.

Al llegar ahí, yo pensaba en olvidar y avanzar en una nueva vida alejada de todos, esperar a que todo pasara antes de volver y enfrentar esa parte de mi vida, en cambio muchas de mis horas las pasaba pensando en ella, la verdad tanto tiempo de ocio no daba a nada más constructivo, en especial tras las palabras de Adela cuando tocamos el punto de mi marcha.

Sam  continuaba a mi lado, silenciosa e incomoda, es inquietud suya me hizo sonreír, se le notaba enseguida cuándo algo la preocupaba, se volvía más silenciosa y distante, hasta que decidía y entonces se le notaba cierta inseguridad mientras se esforzaba en cumplir con lo que llevara en mente, eso me recordó que distinta se volvía en otras situaciones. Recordé de nuevo la visita con ella al médico, las secuencias de sus curas improvisadas en la sala de espera, en especial con una madre histérica con su niño sangrando a causa de un corte que se hizo al romperse un cristal, entró toda pálida detrás del niño que cargaba Adela, el médico estaba ocupado en una urgencia de vida o muerte, realizándole la respiración cardiaca a un hombre enfermo del corazón y que había entrado en parada, Sam tomó l a iniciativa cogiendo al pequeño que temblaba de miedo, fue difícil no sonreír entre tanta tensión al ver a Adela darle un empellón a la madre y ordenarle que ni se acercara, acompañó al crío mientras Sam le distraía, apenas llegó la ayudante con gasas, desinfectante, vendas más el hilo y la aguja, Sam se lo arrebató todo sin dejar de hablar con el pequeño, comenzó a curarle y luego a coser el corte, en dos minutos la hemorragia controlada, el niño perplejo mirándose la mano y la madre muda, eso sin contar que el resto de pacientes estupefactos y admirados sin saber que hacer; los que vimos al niño esperábamos más histeria, ya que tenia unos 8 años y se le veía muy asustado, el niño respondía entre hipidos a Sam cada vez que le preguntaba algo manteniéndolo distraído de lo que hacia, así supe que se llamaba Salvador, el niño la miraba con adoración y al volverme para tomar asiento de nuevo, comprendí por laminada de todos que en ese instante se había ganado el aprecio y confianza de los presentes…

Mientras todo esto pasaba por mi mente, yo esperaba a que ella me hablara, sabia que ese algo tenia que ver conmigo, de otra manera no estaría tan inquieta y silenciosa esperando.

-         Serena…

-         Dime.

-         Estuve conversando por teléfono hace unos días y…

Esperé, algo me hizo pensar que quería marcharse y pensaba despedirse de mí. Mientras la miré de reojo, cada vez más nerviosa, algo me dijo que más que fuera conmigo en especial, que tampoco era que quisiera marcharse como predispuse, era algo que le afectaba a ella y puede que a mí…

-         Tendremos visita en unos días,  les di la dirección, han insistido, sobretodo desde varios incidentes, te aviso para que te hagas a la idea, sé que  no has tenido ánimo de hablar con ellas, ni de explicarte; están preocupadas y sé que en el fondo necesitas a tu madre, al igual aclarar tus conflictos, puede que yo también, siendo sincera pero ignoro si estoy lista, bueno creo que lo dije todo.

Yo en cambio no era capaz de decir nada ante tal revelación, una única pregunta venia a mi mente, con un nudo en la garganta y una presión de ahogo en el pecho conseguí pronunciarla.

-         ¿Tiara también?

-        

Mi corazón aceleró a mil por hora, una especie de ansiedad y terror me llenó, era como estar en una montaña rusa de emociones sin control, sin despedirme me marché, eché a andar sin un rumbo fijo, no saludé a nadie, me era imposible y mi único deseo era alejarme de todos, era lo que mas necesitaba en esos momentos, huir.

Por alguna razón no quería detenerme a descansar, cada vez que aminoraba el paso era presa de mis ganas de llorar y el ahogo, con todo no me alejé del a casa,  esquivé las zonas concurridas, cuándo ya no pude más me dejé caer en el árbol más grande de la zona forestal, detrás de la casa de Adela,  en dónde había oculto un antiguo pozo cubierto por hiedra, se les prohibía a los niños ir para evitar accidentes, yo ya conocía su ubicación  gracias a Adela que me lo mostró el día anterior; ya no fui capaz de contener las lágrimas, ni el miedo que me atenazaba hasta que la desesperación me impulsó a golpear el tronco, aún dañándome yo no cedía, continuaba en mi empeño de liberar todo contra el tronco, hasta que alguien me rodeó por detrás sobresaltándome, mis manos fueron sujetadas por otras con aspecto ya rugoso y femenino, al instante lo supe, Adela era quien me contenía, ella seguía pendiente de mí, cuidándome sin importarle que yo amara a Tiara, ella continuaba a mi lado sin esperar nada.

Ignoraba como sentirme al respecto a ella, tampoco el cómo mirar a Tiara tras lo ocurrido con Adela, el saber que hacer ahora y en un futuro para mí era el mayor de mis problemas…

Mientras mis sollozos de confusión e impotencia convulsionaban mi cuerpo, ella me giró hacia sí, con sus dedos limpiaba mis lágrimas y  luego me acunaba en un abrazo, era como volver a estar en brazos de mi madre siendo una niña.

Así estuvimos bastante tiempo, cuando la necesidad dijo, nos sentamos a la raíz del gran pino, en mi vida había visto uno tan grande como ése, el diámetro de su tronco era tal que era imposible rodearlo y abrazarlo con los brazos, su sombra era un bálsamo para quienes buscaran su frescor, era como ver un titán de los bosques y mientras mi mente divago en la cantidad de historias que habría sido testigo a lo largo de su existencia.

-         Sabes, éste pino pronto será talado, está enfermo y pronto será un peligro sentarnos a su sombra, ya que sus ramas no se sostendrán podridas por la enfermedad,  he pasado una vida mirándolo desde mi casa, admirando su majestuosidad y ahora cuándo llegue la hora veré su final, seguiré mirando su lugar vacío y triste sin esa presencia imponente y su acogedora sombra…. Lo echaré mucho de menos.

Era como decir que ella seguirá ahí sola mientras todo lo que ama desaparece, me sentí muy apesadumbrada, todo ello me hizo pensar en mi madre en como estaría por mi lejanía y más culpable me sentí, cada vez necesitaba más hablar con ella y  disculparme, también pensé  en pedirle a Adela en que viniera con nosotras, luego caí en la cuenta de que ella no querría alejarse de sus recuerdos.

La rasca del anochecer me estremeció, me di cuenta que apenas llevaba algo que me cubriera y también que tanto rato sin moverme era normal que tuviera frío, me incorporé sacudiéndome las agujas de pino de los pantalones,  Adela  me imitó algo más lenta cuando intenté descender la pequeña pendiente en donde estaba el pino ella me detuvo,  me volví descubriendo que sostenía su móvil en la oreja, asentía a la vez que respondía, yo no escuché la llamada y comprendí que llevaba el audio apagado en estado silencioso.

Al terminar se me quedó mirando lo que me puso muy nerviosa y en estado de alerta, sin decirme nada avanzó adelantándome, la seguí extrañada y a la vez preocupada, un presentimiento  me decía que algo no iba bien.

Al llegar llamó a Sam a gritos, no esperó ni a llegar a la sala, ella acudió corriendo y frenó en seco delante nuestro, me miró de un modo extraño como si esperara encontrarme más descompuesta, al menos eso pensé por su gesto.

-         Coge el coche y ves con él a la central de correos de la costa donde desembarcan los ferrys, la del almacén grande, se le conoce como el de los canarios por una casa colindante llena de éstos, con un jardín cubierto para que no escapen, ahí vive un amante de ellos así que no te sorprendas, todo el mundo la conoce, hay que hacer una recogida urgente, ves rápido te esperan, no me han podido avisar antes y es algo que no puede esperar, lo siento.

Sam marchó como alma que lleva al diablo a cambiarse y las llaves, ni pregunto ni nada, simplemente se limitó a cumplir lo que le pedía, pasó a mi lado como una exhalación sin despedirse.

Una vez solas Adela comenzó a carraspear, la actitud de ambas me era sospechosa, la observé preocupada, finalmente con una voz un tanto pesarosa me pidió que la acompañara, así lo hice y una vez en la cocina me indicó con un gesto que me sentara ala mesa, eso me recordó la primera noche en su casa, ella mientras se dedicó a preparar un té, al volver a la mesa con sendas tazas preparadas y el horno ya en marcha, el cual desprendía un rico aroma a pescado y especias, se sentó frente a mí, volviendo a carraspear antes de tomar un sorbo de su taza.

-         Verás, Diana acaba de llamarme, según me ha contado acaban de llegar a la central de correos de los canarios, lo han hecho en el transporte postal, ocultándose de tu padre, éste ha atacado a tu madre y su nieta a dispuesto sacarlas de Claustrom para protegerlas y sin ser vistas, Sam ha salido a recogerlas, tu tía y Tiara tardarán algo más, se dedican a cubrirles las espaldas y dejar todo arreglado antes de que él se de cuenta de todo.
-         Mi madre, ¿cómo está?
-         Bien, agotada por la tensión, magullada por lo que me han dicho y asustada por la nueva línea de acción de tu padre, piensan que está perdiendo la cabeza, me han dicho que te reclamaba, ahora Diana está también deshecha por lo que le pueda ocurrir a su nieta, así que ten fortaleza, tu madre necesita tu apoyo y afecto, por lo que sé ha sido todo muy rápido y de golpe.















jueves, 26 de abril de 2012

ENTRE LA ESPADA Y LA FLECHA.




En un tiempo en el que los bosques cubrían con su bardos los campos, montañas y un paraje inusual hoy en día, nacieron muchos relatos y mitos, que crearon un sin fin de paradojas y valores muy variopintos, muchos ocultaron la verdad a favor del honor, otros la vergüenza era mayor y la necesidad no permitía error a la hora de ocultar lo inconfesable….

Era así que un día en el que al joven rey de Inglaterra se lo creyó desaparecido y muerto en tierra santa, su hermano en la avaricia y ansias de poder se apoderó del trono, el cual mantenía en sus manos temporalmente hasta la vuelta del digno sucesor de Inglaterra, el desapareció corazón de león.

Un gran amor hizo estragos entre los juglares, gran alboroto entre las damas, risas y chanzas a las tabernas, un nuevo poscristo llega a a los bosques de Sherwood, ya muy conocido por su atrevimiento y actitud desafiante, tiende a ser gentil pero en si un demonio para sus congeneres, Robert es declarado traidor a la corona, tras una entrevista con el nuevo Rey, al no acceder a sus peticiones se ve desprovisto de sus títulos y derechos de un hombre libre, a los bosques de Locksley huye…

Con el tiempo un gran numero de guerreros de porte imponente forman una guardia de alcurnia en torno al nuevo monarca, las damas que en un pasado adoraban al Rey Ricardo, se encuentran con una nueva sorpresa, el nuevo monarca no busca compañía para sus noches, sus maneras viperinas y rastreras crean un gran desprecio hacia el mismo, son usadas como juguetes para su macabro sadismo antes que como fieles compañeras, la vida del palacio decae sin lugar a dudas en un mundo de lascivia y otros menesteres…

El único con acceso a los aposentos del Monarca es el fiel siervo de éste, Sir Guy, muchos rumores corren entre la nobleza, nadie da crédito a muchos, pero la situación cada vez más relevante crea un mayor revuelo, se necesita un heredero para la corona, el nuevo monarca no muestra interés en casarse ni en concebir un hijo que herede su lugar, la avaricia del rey coloca a muchos en situación precaria y nadie presta atención en el trono a sus peticiones y demandas…

A los bosques un nuevo gremio a nacido, una nueva justicia se levanta, las risas por lo que muchos no quieren admitir es cada vez más certera, el trono lo ocupa un invertido con ansias de poder que no puede engendrar un descendiente que supla su lugar el día que su cabeza ruede, los gritos enervador de los nobles son silenciados por las chanzas hacia el mismo y los vítores al desaparecido monarca Ricardo corazón de León.

En tal desorden cae bajo la guardia el héroe de Inglaterra, Robert, más conocido como Robin Hood es pillado in fraganti ebrio robando los impuestos de Nottingham, alguien que lo aprecia con un alma de guerrero y sed de justicia, se arriesga a su captura en su salvamento, con gran maestría levanta su espada sobre l guardia, poco a poco son mermados y huyen ante su fiereza, oculta bajo una capa con capucha la mano salvadora esgrime su espada y libera de sus ataduras al hidalgo de los pobres, tras ello marcha, no sin antes hacerle prometer que llevaría consigo a los bosques a los descendientes nobles de una familia cercana, a la cual Robert aprecia desde joven.

La historia se repite en innumerables ocasiones, unos días se liberan a un fraile cuya lengua no guarda la palabra del señor y si la espada de la verdad y la justicia.

Un nuevo jinete se convierte en el guardián protector de los desvalidos, apenas se sabe que su cabellera es pelirroja, muchos normandos así la tienen, siendo los mismos los más acérrimos seguidores del traidor Juan sin tierra.

La traición corre como la pólvora y el rey exige la cabeza de ése nuevo guerrero, que desde las almenas alza su arco y con certera puntería libera a los condenados de la soga y abate a sus guardias sin oportunidad a atraparlo.

La incertidumbre y la desconfianza nace entre los hombres, y el rey siente que pierde su porte y su reinado en manos de un osado encapuchado, que salva a un fugitivo que se hace llamar rey de los ladrones y héroe de Inglaterra.

Nunca caerá la sospecha ante la única persona que nadie observaría, pocas son las damas libres de caer bajo la lujuria de los hombres, estas que sirven a un padre cuyo poder supera las huestes de los mercenarios, ya que Ricardo marchó con casi todas las tropas al servicio de su reinado a cumplir la sagrada misión de luchar en tierra santa.

Una mujer de gran coraje, distinta al resto, que de la costura hace un martirio, de los bailes una broma, de la belleza un echo insustancial y levanta una espada con una mirada fiera , es ocultada por un padre orgulloso de su fuerza, habilidad y valor, no se somete ante la adversidad y cumple en su lugar una promesa dada al lecho de muerte, de aquel a quien la vida le debía, a un hijo desbocado debía cuidar y proteger, a ser posible guiar, desde el día en que faltara, ya que no pudo impedir su expulsión de la corte y no por ello lo cree menos hombre, bajo la sombra de un hombre devoto oculta su mayor secreto, una hija que cumple con su deber como el mejor guerrero de Inglaterra, a la que no le interesa las nupcias con un endeble caballero, y para su sorpresa las doncellas acuden a ella a buscar consuelo, más de joven creyó que la temerían y siendo así su pensamiento fue la sorpresa muy distinta a lo que esperaba, su hija no llegaría a sus aposentos mancillada y preñada por un caballero en busca de fortuna, ya puede darse atravesado por su flecha o la espada antes de incurrir a tocarle un cabello.

Hay historias que enamoran, hay historias que demuestran y muchas que ocultan un secreto muy cuestionable en una época en la que un hombre ha de ser fiero y brutal, todo un poseso a la cama olvidando que puede haber algo más, siempre se deja de lado aquello que la iglesia considera inaceptable, y ante la gracia de Dios no se ha de mancillar el buen nombre de una familia o un miembro que deshonre la dignidad, en tiempos pasados muchas cosas en manos de juglares dieron mil vueltas sin llegar a ser lo que era.


AQUÍ COMIENZA LA GRAN REVELACIÓN DE UNA GUERRERA Y PROTECTORA, CUYAS GESTAS NO SE CUENTAN, CUYOS LOGROS SE OCULTARON, Y ES QUE SER MUJER EN TIEMPO DE HOMBRES NUNCA DA ESPERANZAS NI OPORTUNIDADES, AL MENOS QUE, UN ATREVIDO ESCRIBA DEJE DE LADO SU LABOR Y SE ENTREGUE A SU DEVOCIÓN.... ESA ADMIRACIÓN QUE MUCHOS OCULTAN AUN SIENDO HOMBRES LIBRES DE CULPA.

martes, 24 de abril de 2012

ENTRE LA LOCURA ANDA EL MOCHO






Sea como fuere, siempre llega la limpieza, para bien o para mal pasa el mocho y olvida, la suciedad vuelve y se multiplica solo piensa a empezar de nuevo y repite la limpieza, si tu conciencia reclama, ignórala no cuenta….

Si la locura te abraza anímala te sanara el alma, si el orgullo se revela cállalo es un incordio, si la salud se resiente tranquila ya pasara el mal trago, si te duele el corazón busca a la fregona que te devuelva a brazos  de la locura, si es triste espera una risa y a seguir la juerga.

El día da la noche, el sueño se desvela, la luz te trae esperanzas, las estrellas una juerga, el sol la carrera, y si sueñas un bálsamo a esta guerra.

Un revuelo se alza y las acciones se suceden, la agonía taciturna grita, busca una salida ya sea descabellada e inaudita, reconoce el límite, el precipicio tiene un aspecto apetecible, limpiar con el mocho el pasado y dejarse caer al fondo….

Los actos son impredecibles, los pensamientos incoherentes, si la locura es amiga o enemiga ya da lo mismo si de ella te dejas llevar, el aire falta y la templaza desaparece, ya no cuenta la cordura y el primer acto empieza, en esta obra que es la vida….

En la acción del día, llega desquicio....  restriegan una fregona recién usada por la cara, todo perjuicio ocasiona un resultado, un cubo de agua sucia por su cama, toda iniciativa contiene un peligro, venganza lo mismo por la de sus hermanos, la desesperación se cierne y un único pensamiento hace pasto de la cordura, o sale pronto de la casa o algo mucho peor puede ir pasando, el camino elegido hace mucho sobrepasa los limites, hoy un rebote en un futuro la locura y si parece extremo es que se olvida quien convive con un enfermo que dimite, no se puede convivir el resultado es acabar locos..... O desear la muerte..... Cada día la esperanza es más lúgubre.

domingo, 22 de abril de 2012

Continuacion de mi desonocida


TIARA

Tantas revelaciones de golpe me impidieron dormir bien, cada vez que lo conseguía las palabras de mi abuela y sus recuerdos, se volvían en nítidas escenas de terror en mis sueños y despertaba alterada. Intenté  no molestar a nadie, hasta que yo me llevé la sorpresa, cuando ya eran las cuatro de la madrugada y volvía a sufrir la pesadilla me encontré con el rostro de Mel observándome, desde un sillón al pie de la cama, el mismo que yo usaba a la sala antes y subieron a mi cuarto para que no estuviera siempre a la cama.

Estuvimos mirándonos en silencio bastante rato, su rostro demacrado dejaba constancia de los momentos tan difíciles por los que pasaba, ésa tarde mi abuela llamó a Serena a modo de suplica por el estado en el que ella se encontraba, más tarde escuché desde la entrada de la casa dónde tomaba el aire el cómo Mel se alteraba tras una llamada, ignoraba quien llamó y la causa que provocó su falta de control habitual,  después de lo ocurrido con su exmarido, cualquier cosa podía provocarla, en la tensión en la que se encontraba no era de entrañar que sus limites fueran superados, eso sin contar que una llamada de su abogado confirmaba la negación del hombre a un trato de separación de mutuo acuerdo, las cosas se presentaban más tempestuosas todavía…

Yo en cambio me preocupaba no saber nada de Serena, también el recuperarme pronto y no ser una carga y el asunto de lo de mi abuela, el cuál era algo que por el momento me superaba, necesitaba tiempo, eran decisiones  que en sí formaban parte de una cadena de acontecimientos que acondicionarían mucho mi futuro, antes de acceder necesitaba arreglar mis otros asuntos y aprende a defenderme con la nueva situación.

La peor parte la cargaba mi abuela, por un lado mis problemas siempre la habían afectado y ahora había que incluir los de su pareja y su ansia por ayudarla y protegerla, a fin de cuentas así ha sido ella siempre todo un pilar de apoyo y protección para todos, espero que todo pase pronto sin mayores problemas, aunque eso seria ser demasiado optimista.

Nos seguimos mirando un rato hasta que ella se acercó a mi cama, no le dije nada ahí se quedo un momento con la mirada en las sabanas hasta que se le escapó un suspiro incomodo y me miro con esa preocupación que ya le noté horas antes.

-         escúchame Tiara, tu abuela no quiere contarte nada para que te centres en recuperar y no pienses en nada más mientras decides que hacer con la carga que ella ya sostiene una vida sobre sus hombros, en mi opinión se extralimita y puede sufrir un colapso, necesito que sus cargas y preocupaciones sean aligeradas  y para eso ella tiene que entender que no puede hacerse cargo de todo, y que los demás estamos aquí no solo ella, además hoy hemos tenido una mala noticia extra se niega a que lo sepas pero la ultima palabra la tengo yo, asi que te voy a contar un poco lo que pasa y también lo que pienso.
-         De acuerdo te escucho y habla bajo que ella se entera de todo.

-         Serena se negó a hablar hoy con nosotras, también le paso el teléfono a la mujer con la que conviven y no nos dio la dirección, luego nos llamo la misma mujer pidiendo datos médicos de ella, se ha desmayado Tiara y al caer se golpeo en la cabeza, hace un par de horas me volvieron a llamar y se puso Sam al teléfono confirmando el accidente y que me tranquilizara por que estaba consciente y razonaba elocuentemente, eso ya me ha calmado lo suficiente como para saber que esta fuera de peligro, le dolerá la cabeza y tendrá que guardar reposo hasta que le baje la hinchazón y se recupere, es mejor no forzar los sentidos, eso es lo que me tiene tan intranquila y tu abuela no para de estar pendiente de mi por todo lo sucedido.

-         Que crees que puedo hacer, de entrada intento que no me ayude y valerme por mi misma, pero ya la conoces no deja nada de quienes la rodean sin involucrarse, si la aislamos no lo va a tomar a bien y te aseguro que es muy rencorosa.

-         En una semana, vamos a salir de viaje, todas, el correo se ocupara Sofía ya nos ha pedido que nos alejemos un tiempo, últimamente tanto mi ex como Jacobo pasan tiempo juntos y estamos muy inquietos por lo que tramen, tenemos idea de ir a dónde esté mi hija, aligerar preocupaciones de todas y tensiones, alejarnos de todo hasta que se resuelva y podamos poner freno a lo que tramen, hazte a la idea y asegurate que Diana no pueda estar cargando con más, me da miedo perderla por excesos y cada vez descansa menos.

El corazón me dio un vuelco al escuchar la noticia de ir al lugar en donde estaba ella, también me recorrió un escalofrió al comprender que la salud de mi abuela peligraba, entendía muy bien lo que me pedía. No era ni por ella, ni por mi, no era por ver a Serena, sino para que ella dejara de sufrir por nosotras y asi que no cayera enferma, era algo que no nos podíamos permitir y tampoco que nos llegáramos a perdonar en la vida.

Asentí y un cierto alivio inundó a Mel, todo lo que contenía lo estaba liberando y cuando su cuerpo se relajó un temblor hizo presa de ella, parece que al bajar la guardia la ansiedad hizo presa de ella, ya lo había visto antes cada vez que Estela recibía un ataque tras una situación limite con su padre, la abrace y la mantuve conmigo como en un pasado ya hice, esperando a que pasara y pensando que no permitiría que cayeran enfermas por mi, y que cuidaría todo lo que pudiera de ellas, en esos instantes no tenia a nadie más, ellas eran mi familia.

Ella quedó dormida tras el agotamiento, empezaba a pensar que mi cama no era exclusivamente mía, de alguna manera muy seguido acababa durmiendo en compañía sin proponérmelo, la verdad que la situación tenia su punto de humor, excepto la persona a la que amaba había dormido con casi todas las mujeres de esta familia.

Durante una hora mas estuve en la cama despierta pensando en que hacer, finalmente decidí levantarme y bajar a la cocina a preparar el desayuno, allí encontré a Natalia, se la notaba distraída y perdida en sus pensamientos, tomaba un vaso de leche o mas bien lo miraba sin verlo, se lo saque de delante y es cuando reparó en mi, me observó algo incrédula, le indique con un gesto que viniera conmigo a ayudarme, mi abuela era muy madrugadora, solía desayunar y salir al huerto, asi que hoy era momento de hacer el desayuno nosotras, ella siguió mis indicaciones, en media hora todo listo, Salí al exterior en donde el rocío de la madrugada y el frío me dejaron la piel de gallina y tiritando, abrí el agua de riego y lo deje correr diez minutos, aspire y me centré en el esfuerzo de volver al interior de la casa, allí encontré a ambas conversando muy cordialmente y sentadas a la cocina, apenas entré mi abuela hizo por levantarse y la detuve con una mirada de reproche, ella se quedo quieta y algo dolida, se tendría que dar cuenta antes o después que no puedo depender de nadie si quiero avanzar.

Me pregunto entre sorbo y sorbo el por que estaba en mi cama Mel, me eché a reír, eso eran celos en estado puro, la miré y dije que vino a darme consuelo  tras una  pesadilla recurrente y me miro algo incomoda, supongo que se sentía mal por no haberse dado cuenta, le explique que la note tan agotada que tras abrazarla ella se quedó dormida, y la dejé dormir, no era toda la verdad pero tampoco iba a inquietarla y romper la confianza de su pareja en mi.

Pase el día alejándome de mi abuela, poniendo distancia entre ambas y negando su ayuda cuando ella lo intentaba, finalmente  se marchó a la taberna molesta, así seguimos tres días más con la visita de Mel para inyectarme los calmantes, en esos momentos me explicaba el como notaba a mi abuela y sus mejoras en el descanso y que la tensión ya no andaba por las nubes, todo un alivio el que ella se estuviera recuperando aunque no admitiera que lo necesitaba.

El resto de la semana seguimos así, Natalia se ocupaba de los desayunos, Mel la comida y yo las cenas, así nos fuimos repartiendo las horas para estar en la casa y asegurarnos de no pasar más percances, a la oficina ella solo subía el correo y yo lo archivaba, cada vez me sentía más fuerte, y entre Natalia y yo nos ocupamos de preparar las maletas, Mel de zanjar sus asuntos mientras yo tenia a mi abuela a mi lado, poco a poco Edmundo pasaba más seguido por correos, se fijaba en lo que hacíamos y tomaba notas, mi abuela aprovechaba para preguntarle cosas sobre los asuntos de la comunidad y su secreto, yo escuchaba en la distancia evitando meterme, de vez en cuando recibía miradas de soslayo de Edmundo, el se dio cuenta que estaba pendiente y un cierto deje de complicidad nació entre ambos, cada vez tenia más claro que era algo que no podría esquivar…

Llegaba el fin de semana y apareció corriendo mi doctora con los ojos brillantes y una sonrisa, me mostró un mensaje en el que aparecía la localización de su hija, ambas respiramos felices y aliviadas, la volveríamos a ver en unos días.

Justo pensábamos en eso cuando entró el ex, yo cogí el móvil para que el otro no se diera cuenta, ni siquiera se percató de mi gesto, en dos segundos la oficina estuvo llena de gritos y amenazas, reclamaba a su hija y ninguna le respondimos su desprecio cayo sobre mi además de tratarme de lisiada, la ira me consumía, el se lanzó sobre Mel cogiendola del cuello, yo me levanté gritando, la agitaba y en un instante en que vi como ella caía al suelo forcejeando con el encima, cogí el teléfono de la oficina que era antiguo y pesado y se lo lance a la cabeza, lo dejo muy aturdido, las puertas se habían abierto segundos antes dando paso a Edmundo que siempre se acercaba a la hora del cierre, no tuve tiempo de decir nada, en un segundo el hombre era arrastrado al exterior sujetado por el cuello de la camisa, pataleaba como un niño y gritaba rabioso, un gemido me confirmo que ella seguía consciente y me apresuré por llegar  a su lado con mi silla de ruedas, un chichón se le notaba a la frente, sus nodillos raspados en el forcejeo, su garganta mostraba las marcas de las manos de él,  le costaba respirar, unas lagrimas ya caían por su rostro y sus ojos enrojecidos por un llanto que contenía, entre temblores logró ponerse en pie, decidí que esa noche debíamos marchar, primero al apartamento y luego con Serena. Llame a Natalia la única que sabia el lugar donde estaba el apartamento del que me habló, le conté lo sucedido y se alteró, le pedí que mi abuela no supiera nada, que viniera leí una nota que me extendía Mel, me sorprendía que fuera capaz de escribir en ese estado, en el papel pedía una pomada, se lo pedí a Natalia y enseguida me colgó, me levante y ayude a sostenerse a mi doctora y en esos instantes protegida, apenas ella me abrazó las puertas se abrieron de nuevo, un policía seguido por Edmundo entró presentándose, no hacia falta ya lo conocíamos, supongo que por cortesía  y pidió que le contáramos lo sucedido, así lo hicimos y Edmundo lo corroboró todo, nos ofreció su ayuda y escolta, nos negamos y así se retiró.

Las cosas se estaban volviendo muy violentas, me sentía como si reviviera los días que pase en la locura de Estela bajo los golpes de Jacobo, mis dientes rechinaban mientras la guiábamos a un asiento, pedí la atención de Edmundo y le expliqué lo que tenia en mente, la camioneta de correos para el exterior debía salir en tres horas, en su interior saldrían su abuela y Mel, le pedí que condujera él como de costumbre y las llevara fuera de la isla, también sus enseres, le expliqué que  a la mañana siguiente iríamos Natalia y yo, así evitaríamos más sospechas, era lo que teníamos pensado para dentro de dos días, las cosas se precipitaban, Mel me miró fijamente y me tocó confirmarle que yo cogía el mando de nuestra situación así como del puesto de mi abuela…

Edmundo me abrazó impulsivamente y fui consciente de cuanto había esperado mi ayuda entre tanta gente mayor, casi todo debía de depender de el y unos pocos, por el momento no me iba a preocupar de eso, ahora era proteger a mi familia de la locura de ése hombre.





sábado, 21 de abril de 2012

CONTINUACION DE LEALTAD FUERA DE LUGAR


Las dudas y preguntas se me acumulaban en la cabeza, ella era la única que podía aclarar muchas, también la única persona a la que podía confiar mis temores y emociones, sin embargo en ese instante un nuevo sentimiento afloró en mi interior, nada de lo que le pudiera contar podría definir ni la mitad de lo que en mi había, otra persona me causaba más cercanía y confianza a la vez que recelo o temor a no recibir el trato esperado, supongo que tengo mucho que aclarar todavía y mas conmigo misma que con lo que me rodea….

Aguarde a que pasara el resto de protocolo en el que ella dejaba de ser originalmente la segunda al mando del sistema a cambio de ser una confidente y guía, solo bajo mi supervisión tendría acceso a dichos directorios o en todo caso si concedía mi permiso tras una solicitud al sistema, así nunca pasa desapercibido cualquier movimiento, tras este punto solicito el informe de últimos accesos a la información así como de solicitudes pendientes de los colaboradores o agentes bajo nuestra supervisión, el sistema se negó solicitando mi permiso o el de Estela, así se comprobó que la base se encontraba a nuestra completa disposición sin restricciones ni interferencias de autoridad, su mirada se centro en mi persona esperando mi permiso, lo concedí, algo que tenia muchas ganas de conocer, era la identidad de quienes estaban a nuestro servicio, lo primero que pude comprobar que cada uno hacia uso de un seudónimo y que si no se accedía a la ficha no se reconocía su identidad real, así que antes de tomar conciencia de todo decidí volver a buscar a mi nueva compañera designada a ser mi superior, para que entre ambas abordáramos a cada uno de los componentes a investigar y comprobar su lealtad antes de confiar en ninguno, también investigar que tenían entre manos cada uno a nuestro servicio y al servicio de la corona, siempre hay agentes dobles y siempre cuesta conocer hasta donde llega la lealtad de algunos, incluso cuando cambian de intereses…

Mientras mi madre se acercaba a la zona de ranchos o comedor, yo llegué a los aposentos, la cabeza me dolía a horrores, tampoco quise conversar al respecto, necesitaba comprobar que Estela se encontraba bien, antes de avisarla de la llegada de su madre y de que tenían que comprobar los accesos y solicitudes asi como sus aliados, no es que le gustara tener gente a su cargo, pero el tiempo ya le enseñó que era algo inevitable en su posición y siempre se sentía vigilada por la servidumbre, al menos ahí no tendría que sufrir esa especie de acoso masivo…

Entró en su zona privada tras el reconocimiento y ahí estaba Estela, sentada a la cama desorientada y confusa, sujetándose la cabeza y gimiendo, su primer día juntas en ese lugar y ya tendría algo que reprocharle de por vida, no tuvo más remedio que acercarse a ella despacio, los ojos de Estela estaban inyectados en sangre y su mirada cargada de mucha rabia contenida, la cosa estaba difícil pensaba Eleonor, la muchacha suspiró resignada y comenzó a hablar con voz suave y lentamente, ya que no estaba segura de si ella estaría lo suficiente despejada como para entenderla a un ritmo normal, un unico ha llegado salio de los labios de Estela para luego verla incorporarse de manera insegura, tras unos minutos en pie y en silencio salio por la puerta con ella detrás, ahí salía la orgullosa y autosuficiente mujer de acero, así iban y venían los pensamientos de Eleonor, a momentos de culpa y a momentos de admiración, no era capaz de sacar su orgullo en esos momentos, no sabia como reparar la ofensa que le había ocasionado sin pretenderlo, solo quedaba que la dejara explicarse y la comprendiera al menos algo más de lo que ella misma se comprendía.

Poco a poco el ritmo fue acelerado, cada vez andaba más segura y cierto alivio se acomodó en el pecho de Eleonor, la cosa no pintaba tan mal si se desenvolvía tan bien, con un gruñido le preguntó de dónde estaba ella, le dio una indicación de que fuera a la derecha hasta el fondo, siguió la indicación con un asentimiento de cabeza y siguió el camino, hasta llegar al comedor, no era muy grande la cocina servicie de al lado lo era algo más, para dos o tres personas tampoco hacia falta mucho más, entró sin llamar y frenó en seco delante de la mujer adulta en una posición rígida y firme, todavía seguía el protocolo del ejercito, la mujer la observó con una ceja en alto y una sonrisa divertida, Eleonor reconoció que su madre se sentía tanto complacida como divertida por el modo de actuar de Estela y su manera de presentarse, guardó silencio a la espera de las presentaciones…

-         Veo que has seguido cumpliendo las indicaciones de Sebastián, ahora me toca a mi darte un consejo, ya no tienes que darnos cuentas joven, tu puesto de lo ganaste con los múltiples trabajos a los que te expuso y las guardias impuestas, conoces tus capacidades y tareas, yo ahora no soy mas que una subordinada y consejera, así que no muestres hacia mi ni nadie condescendencia, desde hoy es al contrario, somos los demás los que te rinden cuentas y te obedecen, es cierto que se os ha puesto una misión con un protocolo final, ya que Sebastián no pudo terminar su misión os corresponde acabarla y lavar el nombre suyo y de la familia, o seréis siempre humilladas y además vigiladas, como a unas traidoras, desde esta tarde yo supervisare el como la una adiestra a la otra, en protocolo y bueno en el cambio de sexo o mas bien apariencia y maneras, cada una ha de aprender a ponerse en el lugar de la otra y a saber camuflarse, así que primero Eleonor aprenderá a caminar, y yo miraré ésa herida…

Ambas muchachas tuvieron un pensamiento común, esa mujer era única para cambiar de estados de conversación como si tal cosa, de un halago a una recomendación para seguir con una orden y al final se hace dueña de la situación, desde luego la experiencia se hace notar….

La mujer tomó el mando de la situación como si se tratara de su casa, Estela decidió no decirle nada, recordaba como Sebastián discutía muy seguido con ella sobre su seguridad y el como se preocupaba, así que pensó que lo que a esa mujer mas le ayudaba era sentir que podía cuidar de ellas, si en ese momento se le antojaba hacerle una cura ella no era quien para llevarle la contraria con tal de que no se derrumbara, ya fue suficiente sufrir la ira de Eleonor, así que se dedicó a conocer y analizar mas a la mujer, solo le quedaba una duda, como dirigirse a ella desde ese día.

La mujer paró en seco apenas salir del comedor y le pidió andar adelante de ambas y que ella la dirigía y así Eleonor tomaría nota de sus movimientos para luego imitarla, ahora le tocaba pasar el momento de bochorno, se guardo su incomodidad y cumplió con su petición, giraba donde le indicaba antes de llegar a cada lugar ya sabia hacia donde moverse así no hacia movimientos bruscos y en algún momento los hizo para que tomara nota de las diferencias, cuando llegaron a un pasillo largo lleno de puertas ella paró, las miró y le concedió el paso a Eleonor, no le hizo gracia pero accedió sin rechistar, ella se situó al lado de la mujer y la siguieron mofándose de vez en cuando, cuando lo hacían ella se molestaba y era cuando mas ajustaba el paso, en cuanto se relajaba perdía el estilo, así estuvieron al mismo pasillo de la enfermería tras la cura algo mas de una hora, luego fueron conociendo la base inicial en compañía de la visita, lo hacia todo mas sencillo con sus explicaciones, mientras le tocaba caminar femeninamente y moderar su modo de hablar como sus maneras, en gran parte se sentía muy a disgusto, siguió con las indicaciones sin rechistar, aun cuando pensaba en ella con traje y enagua, le era imposible verse de esa manera, nunca fue a ningún baile y prefería seguir así.

Antes de la cena, Estela se retiró, seguía llevando un albornoz, también sin sus ropas interiores acostumbradas y la desprotección era una sensación constante, se desesperaba por volver y vestirse adecuadamente, y también pensó en dejar a solas madre e hija, ellas se retiraron al comedor otra vez, para cuando volviera ya se había comprometido mirar los accesos y archivos, antes de ir comprobaría desde su terminal todo por si acaso su antecesor tuviera algo pendiente a tomar en cuenta.

Tras volver a su dormitorio y recoger sus prendas al baño para arreglarse, fue realizando sus comprobaciones, nada relevante por el momento ni ningún mensaje pendiente para ella, se sintió aliviada, y más cuando toda su ropa volvía a su sitio y limpia, fue curioso encontrar varios uniformes de su talla al armario y otros mas grandes en la parte superior, estos parecían usados los que ella cogió estaban por estrenar, eso le indicaba que Sebastián había tomado nota de cuanto pudiera precisar incluso a modo personal, ahora comprendía cuanto había puesto él de empeño y afecto sobre ella, en especial confianza, era abrumador.

Volvió al comedor y allí la esperaban ambas habían llorado, sus rostros aparecían hinchados y enrojecidos, los ojos en especial, ambas se mantenían a distancia como si el contacto las incomodara, al meno en publico, ese detalle le llamo la atención, y recordó que en el pasado con Sebastián en publico se tomaba la misma actitud.

Enseguida se levantaron de camino al centro de la base, siguieron con su practica, no conversaron, cuando llegaron cada una tomo un asiento se identificaron para poder acceder a los archivos y llegó el momento de las clases administrativas del archivo y de sus agentes, comenzaros con las peticiones al centro de mando de cada uno pendientes por responder, se tomo como costumbre ver la petición, comprobar en que andaba implicado y quien era en cuestión el agente, luego se tomaba decisión de que información enviar y cual reservar, estuvieron horas ocupándose de ese tema, a ninguna le gustaba estarse tanto tiempo sentada sin moverse, se desesperaban a ratos por terminar  y moverse un poco del asiento.

Fue unas horas interminables y llenas de sorpresas, dos instructores les servían de enlaces para acoger a sus filas posibles agentes, de la alta elite de la aristocracia dos miembros de una misma familia y otros dos de familias rivales, en las guardias de palacio entre los miembros mas destacados y del consejo interno también encontraron gente suya, lo más sorprendente era encontrar personal del otro lado de la frontera, se les creía enemigos y tenían aliados, al puerto y al faro también, y así seguía la lista interminable, incluso en la bolsa del imperio encontraron agentes controlando las transferencias y movimientos sospechosos, no creyeron que sus contactos llegaran a ser tan diversos, entre los científicos y su consejo secreto también incluso a un traficante de armas, que informaba de bases rebeldes que pudieran interferir, era una trama increíble, el trabajo iba a ser arduo.

El agotamiento cada vez era mayor, Eleonor se dormía ante la pantalla y el dolor de cabeza de ella le impedía concentrarse en las pantallas y los datos, ambas retiraron sus manos y pidieron reservar los datos para su vuelta y así no empezar desde cero, antes de abandonar la sala, Estela pidió de conversar a solas con la madre de Eleonor, ella accedió para mas tarde cuando descansaran, así que  la acompañaron a unos aposentos que ella ocupó, no quedaban lejos de los de ellas, antes de retirarse tras Eleonor se detuvo pensando en como preguntar algo tan sencillo.

-         sois la madre de ella y de mi instructor, sois de alta cuna, así que decidme como preferís que me dirija a vos, como señora, por su titulo, o de alguna otra manera.

-         Llámame Esme, mi nombre de pila es Esmeralda, así me puso mi padre al ver mis ojos verdes, así que llámame como mi madre me llamaba, Esme.

-         De acuerdo Esme, que descanse.

Volvió a sus aposentos, sintiendo que todos los pasillos eran iguales, que era como estar en un laberinto, ignoraba como era algunas partes de la base, en especial una zona central muy por debajo de donde se encontraban, el acceso altamente restringido era muy superior al del resto de la base, y algo que la preocupaba mucho, no le gustaba tener algo que dirigir y desconocer detalles, supuso que hasta que no superara las defensas de la información nada podría, si no tenia todos los detalles necesarios, esos accesos estarían protegidos de un modo especial para no hacer un uso equivocado.

En su terminal volvió a monitorizar a su compañera y a la visita, la visita se estaba tumbando en la cama y se limpiaba las lágrimas, Eleonor sentada en su terminal comprobando datos, así siguió un rato antes de echarse a la cama. Ahora se sentía más lejos que antes de ella, el tener a la madre aquí las había distanciado, seria difícil que ella confiara más en ella sino estaban solas, tendría que tener paciencia.


viernes, 20 de abril de 2012

CONTINUACION DE MI DESCONOCIDA


SERENA


Bajo la mirada de los curiosos seguí buscando los objetos necesarios y aquellos de la lista que tenia pendientes, dos veces volví a la vivienda a dejar lo que ya cargaba en la cesta de la bici, a ultima hora tuve dos peticiones inesperadas de comprar un par de cosas mas, el tanto moverme me vino muy bien, cada vez me sentía mejor y la carga interior ya no me pesaba de la misma manera. Mi móvil sonó varias veces mientras pedaleaba, miré el numero y al no reconocerlo la memoria de éste lo ignoré, no tenia ganas de ocupar mi mente en nadie y nada por el  momento, por ahora quería seguir siendo una desconocida para el mundo, ese detalle tan insignificante me hacia feliz.

Cuando al fin termine con los encargos, volví sintiéndome en paz y más relajada, usé la llave que Adela me presto, tras entrar al taller y recolocar la bici, saque las bolsas de la cesta y me giré decidida a subir las escaleras y reunirme en la cocina con Sam  y Adela, algo llamó mi atención antes de llegar a la puerta interior, me volví  acerqué a la mesa de trabajo, en ella oculta bajo un trapo reposaba una nueva obra o tarea, dudaba de si mirar y más pensando en no invadir su espacio e intimidad.

Sintiéndome bastante entrometida me vuelvo dándole la espalda a la mesa y decidiendo no curiosear ni ofender a la anfitriona, asi que dando mi primer paso hacia la escalera quedo parada en seco, ella está en lo alto de la escalera mirandome, darme cuenta que ella me estaba observando me ha puesto tan nerviosa que no me salen ni las palabras de disculpa por estar al lado de la mesa, ella baja sin decir nada, se detiene frente a mi y muy cerca, luego me rodea y mira su mesa en silencio, yo apenas me vuelvo y ella se gira rápidamente me quita la bolsa para luego sujetarme y empujarme escaleras arriba, una vez cierra la puerta un simple vamos, echa andar hacia la cocina conmigo detrás muda, supongo que no tiene nada que decir o si que esta molesta por acercarme…

Adela prepara la cena sola en la cocina, es temprano y en mi opinión podríamos preparar un café para la tarde a lo que responde que eso se hace en un minuto y que es mas aparatoso hacer la cena y bueno así solo seria servirla y disfrutarla, además se gasta menos luz, todo eso mientras iba y venia cogiendo ingredientes, intentaba ayudar pero ni siquiera me lo permitía, acabe sentada a un lado de la mesa mirándola o mas concretamente perdida en el recuerdo de la llamada.

Como si fuera clarividente el teléfono vuelve a sonar, esta vez respondo y todo mi ser se congela en un pálpito de mi corazón.

-         Serena, soy Diana, veras han pasado algunas cosas y me gustaría conocer tu dirección en caso de necesidad, se que ahora necesitas estar lejos de todo, pero también es necesario saber que estas bien y poderte llamar si tu madre necesitara tu ayuda, ten conciencia cariño,…

La voz de diana era ronca, algo seca y con un deje triste, no parecía ella siempre llena de vitalidad y optimismo, ¿seria que Tiara había empeorado?, un frío helado me recorría el cuerpo y el miedo me dejaba muda, no era capaz de pronunciar palabra, el rostro de Tiara ocupaba mi mente… solo atiné a pasarle el móvil a Adela, ella me miro muy entrañada mientras lo cogia y solo conseguí a modo de explicación decir dirección, parece que ella comprendió y atendió mi llamada.

-         Buenas tardes, soy Adela la dueña del piso que ocupa Serena, ¿que desea?.

-         Buenas tardes, llamo en nombre de la madre de Serena, en estos momentos pasa por unos momentos difíciles y bueno esta preocupada por ella y necesita su dirección en caso de necesidad, si a usted no le importa, por cierto ¿Qué le pasa a ella, por qué no habla?.

-         Digamos que se ha quedado impactada al escucharla, supongo que se le pasara un rato, si este es su numero le mando por mensaje la dirección desde mi móvil y así no la pierden, si necesitan algo mas aquí estoy, eso si, no quiero problemas de ningún tipo, si ella esta de acuerdo les envío la dirección si no tendrán que esperar, solo les digo que esta bien y que estén tranquilas.

Colgó y dejó el móvil a la mesa, se puso a lo que estaba antes y yo seguí silenciosa, seguía sin saber si ella estaba bien, si mi madre no me llamaba personalmente es que algo iba muy mal, cada vez mas nerviosa y asustada y sin comprender nada.

Debí empezar a llorar sin saberlo, cuando me di cuenta ella limpiaba mis mejillas de lágrimas, se sentaba a mi lado y me preguntaba si quería que supieran mi dirección yo negué, no se por que, pero no estaba segura de que pensar al ver que intentaban saber donde estaba, ella asintió y luego me empezó a preguntar por mi madre, de alguna manera comenzamos con su divorcio y que guardó en secreto que estudió medicina y en donde ahora vivía todos la adoraban de las intenciones de mi padre, a lo que ella chasqueaba la lengua en desaprobación, de alguna manera me negaba a tocar los recuerdos de Tiara hasta que ella preguntó quien era la mujer del teléfono, guardé silencio sin saber como explicar su relación sin exponer lo que sentía por la nieta, si contaba lo de la relación con mi madre daría la impresión de que me molestaba o lo rechazaba, no era el caso, no me quedaba mas remedio que contar el porque me marché.

Apenas abría la boca intentando explicarme entró Sam interrumpiéndome y tomando el relato en sus manos, me sentí aliviada y muy agradecida…

-         Serena se enamoró de la nieta de esa mujer, la cual ahora tiene una relación con la madre de ella, a su vez yo he estado mucho tiempo con la tía de Serena, mi relación ha quedado rota y lo que siente Serena por alguna razón no le ve futuro, eso te lo ha de explicar ella, básicamente así están las cosas, y perdonar que me entrometiera, la he visto tan afligida y apurada buscando el como explicarlo que he intentado ser lo mas clara y simple que he podido.
-         Gracias sam, no sabia como decirlo…
-         Bueno esto aclara mucho, ahora entiendo esa tristeza y abatimiento que os noté ayer, bueno creo que por hoy ya hemos tenido suficiente de verdad o prenda, si os parece termino de meter la cena al horno y subimos a la terraza juntas, la brisa de la tarde es muy agradable, creo que será un lugar adecuado para anécdotas del pasado.

Tras estas palabras nos dejo a las dos sin palabras, terminó de meter unas colas de merluza con tomate al horno y recoger los desperdicios y sobras, me levante mirando a Sam que  no me quietaba ojo, agité mis hombros a modo de indiferencia, no tenia palabras y menos tras desvelar la verdad de que estemos ahí, un torbellino de pensamientos y de emociones me ahogaban, lo de la noche pasada, la marcha fortuita y la carta, era como si mis emociones estuvieran estancadas otra vez en esos hechos, volví a sentarme descompuesta, la llamada de Diana, el no saber que iba mal, todo a mi alrededor giraba o era mi cabeza, no lo se, al menos hasta que noté el frío suelo en mi cara y la nada.

El dolor de cabeza y el brazo me sacaron de mi sueño, o al menos me dieron aviso de que despertaba, no recordaba cuando me acosté ni nada, al menos hasta que abrí los ojos y me di cuenta que no estaba acostada sino sentada en un sillón, y rodeada por Sam y Adela que susurraban aliviadas de que despertara, me costaba oírlas y mucho mas entenderlas, toda mi cabeza palpitaba y las punzadas del brazo casi hicieron que me encogiera sujetándomelo, me detuvieron al primer intento, hablándome despacio, Adela me vendaba la cabeza y Sam me mantenía erguida, mientras esperaba a que me dejaran moverme fui recordando la caída, luego el resto, ya me sentía tan mal que lo anterior no me afectaba tanto, solo quería tumbarme y estar tranquila.

Noté como me vendaban la mano, antes me pusieron una crema y me dijeron que me había lastimado la mano, que no estaba rota pero que no debía forzarla y que me había echo una brecha en la cabeza al caer y tuvieron que hacer unas curas y vendar primero, que estuvieron preocupadas por que no despertaba y que era mejor que no durmiera de momento, era peligroso, eso me hizo recordar cuando tuvimos un niño en la casa por una conmoción y mi madre daba esas instrucciones a la madre del niño, sabia que era cierto y que debía aguantar las ganas de dormir, la vista estaba tan desenfocada que me era imposible distraerme, necesitaba conversación, aunque me doliera la cabeza tanto que no pudiera pensar con claridad.

Adela se sienta a mi lado, con suavidad me cuenta cómo conoció a la mujer de su vida, la de bromas que le hizo durante un viaje hasta que ella fue cara a ella dispuesta a destrozarla y reclamarle sus ofensas, esperó a tenerla cerca de solas, tan furiosa estaba que cuando la tuvo enfrente no vio la tranquilidad y diversión de Sara, así se llamaba, la miro rabiosa y apenas abría la boca Sara la besaba, con una pasión que la conmociono tanto que no pudo decir nada, solo mirarla, tan absorta estuvo en lo que había hecho que tardo en darse cuenta de la felicidad que sentía y el calor que la llenaba, luego no sabia si sentirse emocionada o rabiosa, Sara lo arregló cogiéndola de la mano y llevándosela a su caravana y confesando que desde el principio intentó llamar su atención y no se atrevió hasta ahora a declarar lo que sentía.

Esa noche la pasaron juntas, y siempre que se separaban por trabajo una de las dos viajaba un finde para estar juntas, así hasta que volvieron juntas a su casa cuando su madre enfermó, allí se instalaron y viajaban muy seguido, de ahí tantas aventuras que disfrutaron, luego cuando ya los viajes dejaron de tener interés se acomodaron a la vida de campo, cuidaban de un campo en el que cultivaban sus hortalizas, paseaban en bici, leían juntas y salían a la ciudad a por películas además de pasar un día o dos lejos de todo, la discriminación de algunos se le hizo muy dura a Sara, nunca se tuvo que molestar en luchar por defender su inclinación, tampoco veía por que tenia que defenderse, ella solo pedía respeto y dignidad, no fue fácil hasta que en la época hippie varias tribus de ellos acamparon cerca y los consideraron peor, ya no fueron la principal razón de rechazo.

Solo algunos con un rencor muy profundo seguían molestándolas, hasta que un día uno de ellos borrachos intentó sobrepasarse con Sara, Adela no permitió las intenciones del otro enzarzándose una pelea cuerpo a cuerpo con el hombre, la rabia que la movía era mayor que las fuerzas del otro, este acabo en el suelo indefenso, desde ese día nadie osaba cruzar cierta línea, tuvieron miedo de lo que fue capaz de hacer y por otro lado el agresor se sintió tan avergonzado que era más cólera lo que lo llenaba por ser vencido por una mujer y a la vista de todos que lo que hizo por si mismo…

Desde ese día, vivieron con una cierta tranquilidad y paz, la nostalgia a viajar las movió años más tarde, volvieron a salir fuera a visitar los lugares en los que estuvieron, Sara le ocultó que un tiempo atrás le diagnosticaron un cáncer cerebral, imposible de operar, ese viaje era su despedida y regalo a ella, tras éste se descubrió que ya no le quedaba tiempo, Adela tomó a mal que lo callara, se enfureció con todo tanto que no fue capaz de recriminarle nada, solo callar y llorar, no se separó de su lado mientras seguía furiosa por que no la podía curar, por que la perdía, hasta que una noche Sara confeso que quiso viajar para pasar sus mejores momentos otra vez juntas, para recordar el como se enamoraron, y revivir su amor por ultima vez, que no tenia nada que reprochar a la vida por que la había vivido a su lado, esa noche todos sus demonios marcharon y la mañana Sara también.

Aun con todo ese tiempo, seguía amándola, descubrió en una carta oculta en una foto los últimos deseos de Sara, ella seguiría en su corazón pero eso no le debía impedir volver a ser feliz al lado de otra mujer, y si ese momento no llegaba que nunca se negara ser feliz o hacer feliz a otra persona igual que lo fueron juntas, que se reunirían de nuevo y volverían a ser felices juntas…

Era tan conmovedor que las lágrimas humedecían mi rostro, no me importaba llorar, eso era amor, eso era lo que yo quería con Tiara, y era lo que ella tenia con Celeste…

-         Hable con Diana tras desmayarte, Sam te cargó hasta aquí pero ninguna sabíamos si padecías algo  y tampoco de tus alergias, asi que llamamos y nos quedamos tranquilas cuando nos dijo tras preguntar a tu madre que se puso muy alterada, que no sufrías nada serio, y tampoco alergias, le dije que llamaría cuando despertaras, perdóname si te parece mal, tenia que hacerlo.

No dije nada, me recosté en su hombro haciéndole entender que no pasaba nada, seguía pensando en Sara y ella, en Tiara y yo, y luego en si podría estar con Adela el tiempo que durara sin penar en ella…

Adela me dejo un rato sola, se llevó mi móvil y unos diez minutos después volvió, se la notaba algo feliz, como si algo hubiera cambiado, hasta se la notaba divertida por algo, eso me gusto, al menos no estaría preocupada por mi, y si ella podía hablar con mi madre y calmarla mejor, no me sentía con ganas de explicarme ni de enfrentar su preocupación sin sentirme culpable… supongo que seguía siendo una cobarde al no dar la cara todavía.

Tras dos horas en las que me contaba curiosidades y su historia, me pidió que descansara, que ya había pasado tiempo suficiente como para descartar la conmoción y que ahora solo tendría que despertarla cada cierto tiempo, me sentía agradecida de poder dormir y descansar, la cabeza ya me pesaba mucho, cerré los ojos y dormí, todavía no estaba en mi cama, tampoco me importó me podía el cansancio.

Al caer en el sueño, muchas cosas dieron vueltas en estos, emociones, pensamientos, preocupaciones y recuerdos, cada vez que el beso que compartimos volvía a mí, todo lo demás nada importaba, era como si un beso, un solo beso, despejara todas las dudas y dolor que llevaba en mi, ese momento fue el mejor que tuvimos juntas, el momento que la tuve para mí, ella se entregó sin dudar, tuvo miedo de lo que sentía, tuvo dolor de retenerme cuando su accidente, y me deseo siempre, una y otra vez todo rondaba mi mente en mis sueños, y algo me abofeteaba cada vez que me negaba a escuchar, “cobarde”, y despertaba, Adela seguía  a mi lado, Sam tomaba un café a su lado mientras jugaban a las cartas, me miraban silenciosas, yo volvía a cerrar los ojos y otra vez todo empezaba, después de seis veces, la cosa ya no me alteraba, simplemente me acostumbre y lo ignoré deseando soñar cosas mejores.

Estuve dos días así, el cuerpo agotado, un medico me visitó, luego extendió unas recetas para que me trataran y se marchó, no se le veía muy a gusto, una semana mas tarde evitando hablar y escuchando los viajes de Adela con Sara, comencé a volver a entablar conversación con ella, incluso comentando de escribir sobre sus viajes y descubrimientos y vivencias, lo hizo todo más ameno, ella se había abierto a mi con su pasado y yo seguía callando, no paraba de darle vueltas, antes o después llegaría el momento, así fue. Una tarde al jardín recordando nuestro encuentro en el faro empecé a narrar nuestro encuentro y lo que sentía, después de ese primer paso, se me hizo más fácil seguir hasta que llegué a mi marcha, me derrumbe.

-         Serena, intenta calmarte, me gustaría decirte algo, te he escuchado y me doy cuenta de algo, ella nunca te dijo te amo, pero tu siempre sentiste que ella era para ti, tampoco ella te dijo lo de Estela, y en ningún momento te dijo que la siguiera amando; puede que ella la amara, puede que siga llorando su perdida, pero si los lazos dejan de fortalecerse, la relación que como algo pasado, la amo, pero no creo que te besara así sin sentir nada hacia ti, tampoco creo que pueda guardar celibato una vida entera por alguien que ha fallecido, y por lo que me has contado, no se dejo seducir, nada le impedía darse un gusto, solo creo, que ella no quiere que la compadezcas, ni que sufras por ella, pero si lucha contra lo que siente, si se resiste estar con otras y te besa a ti… creo que eres tu quien se precipitó, quien le ha dado la espalda por no saber superar lo que pudo sentir por esa Estela, no le diste la oportunidad a explicarse, tu misma decidiste por ambas, supongo que cuando uno esta dolido no es capaz de ver las cosas desde fuera de la situación, asi es como yo lo veo, ella ha hecho todo por alejarte, tu te has rendido y ella ni siquiera ha podido decir nada con respecto a Estela, creo que falta su versión de lo que siente antes de dar todo por perdido…

Ahora ya se por que no paraba de tener el mismo sueño, y la misma acusacion tras mi desmayo, inconscientemente llegué a la misma conclusión, supongo que no estaba lista para aceptarlo, ahora he de pensar en que hacer, si en volver o quedarme, en si sigue siendo tan importante o lo que tengo ahora con Adela lo es más; no me puedo creer que plantee algo así, Adela es mi confidente y puede que algo más, una amante, pero Tiara es a quien quiero a mi lado, a la que quiero demostrar lo que siento, y con quien deseo ser feliz … Tengo que volver y aclarar una vez por todas todo.

miércoles, 18 de abril de 2012

MI AMIGO Y MAESTRO EL AMOR.


En la niñez no existía nada mejor que todas las atenciones que se reciben levantándote día a día en busca de nuevos descubrimientos, los padres te colman, los abuelos te consienten, los tíos te animan e incitan a provocarles, ese sentimiento inocente que te enseña a buscarlo, a conseguirlo, a regarlo con una sonrisa, un beso o una mirada plena hacia aquellos que siempre han estado compartiendo esos días pasados por un sentimiento común, amar, querer por ser alguien especial en sus vidas o en las de uno mismo.

Nunca nos planteamos que nos muestra ese sentimiento que siempre nos guía en nuestras vidas y nos empuja a acercarnos al mundo, a conocer mas de él, a extasiarnos con aquellos que nos elevan a un pedestal o a entregarnos por otros a los que adoramos, nunca pensamos en las lecciones que recibimos de ese sentimiento, las que nos imparten los que nos rodean queriéndonos, buscando nuestro bien o un trato justo, nunca sabremos en su momento cuanta razón tendrían o en su contrario equivocación, pero siempre acaba surgiendo su abrazo o su lección en nuestras vidas…

Amor, es un sentimiento tan voluble y sorprendente, nunca es suficiente, siempre es cambiante, y si llega te llena y cuando marcha ese sabor amargo te deja con tantos pensamientos del por que llego o por qué terminó, que con el tiempo empezamos a comprender otros aspectos de ese sentimiento, en ocasiones no se recibe bien, todo depende del ser humano.

La razón siempre molesta buscando una justificación, nunca pensamos que no hay un punto clave, el miedo siempre huyendo de la verdad, cuando le es difícil entregarse a otro o por temer ser rechazado, entonces es cuando llega el dolor por no ser sinceros, la ilusión dando ánimos sin parangón, creando un ambiente entusiasta y sin reservas y cuando llega el feliz momento si la emoción no es correspondida llega el abordamiento del desengaño y la decepción, lastima cuando uno por un bache pierde la confianza, la seguridad excesiva siempre es un problema que regala dosis de prepotencia, crea temor alrededor y cuando se acerca si uno se siente atrapado pronto busca escapar para no sentirse asfixiado, eso si la prepotencia esta dispuesto a ceder terreno o no se da por aludida, es cuando nace una obsesión mal sana, son tantos los precedentes….

Durante nuestra existencia nos acompaña siempre esperando su oportunidad de darnos un soplo de inspiración y emoción, de ilusión por conocer a quien nos encandila, en encontrar un detalle que emocione a esa persona, en robarle el primer beso, compartiendo miradas cómplices, encontrando momentos inolvidables juntos, descubriendo secretos, deshojando la timidez, adorando sus virtudes y sufriendo sus defectos y siempre volviendo a sus brazos, añorando sus ausencias, sonriendo sus gracias, y así va naciendo y creciendo ese amigo que nos acompaña y se muestra en la mirada de la persona amada, en la mirada de quienes siguen a nuestro lado, en el gesto amable de quienes nos aprecian, parece invisible,  y siempre sigue ahí a la expectativa.

Cumple su propósito, hacernos feliz, no siempre acierta pues si así fuera que sencillo seria todo, y si se equivoca no hay más que perdonar y volver a abrazar la vida y soñar con alguien que te llene…

Si se duda de algo, solo hay que volver el rostro al pasado, contemplar sus encuentros en tu destino, contemplar sus idas en cada ruptura, sus deslices en momentos de tensión y si te fijas, veras en la distancia que te espera para despedirse siempre que algo no sale bien, solo hay que recordarle… y te regalara una sonrisa fugaz.

LIII

LIII


Esa tormenta de fuego
Que ahoga el pensamiento,
Esa quemadura que escuece
En la piel dorada,
Ese rojo que seduce
Cuando hablas….

No hay modo de sofocar
El ardor que crece,
No hay modo de consumir
Las llamas que me recorren,
No encuentro tu ser a mi lado
Para aliviar nuestras ganas,
De quemarnos y dorarnos
Al ritmo de nuestros besos,
Al roce de nuestras caricias,
Al ansia de nuestro deseo….

Es difícil ignorar
Ese magma que me recorre,
Es roja mi sangre
Y quema como mis sentimientos,
Los mismos que se reflejan
En esos ojos ardorosos,
Por los que me derrito
Al mirarte…

Dejas que anhele tu valle,
Que implore por tus montes,
Que le cante a los luceros,
Mientras escucho al ruiseñor
En esa voz calida,
Que mece mis sentidos
Mientras me seduces,
Son dulces susurros
Que el agua lleva
En el rocío de mis lágrimas
Por no tenerte….

LII

LII


En esa mirada traicionera
Que esconde ese sentimiento perdido,
Oculta la verdad maldita,
De un amor no correspondido.

La ira se yergue
En un lamento infinito,
Un corazón muere
En un triste latir,
El palpito moribundo
Del amor que murió
En manos de la culpa,
En el soplo del olvido,
En la pérdida de la confianza,
Para encontrar nuevos caminos,
Y así dejar en el pasado
Esos momentos compartidos.

Terrible verdad se cierne,
En una tormenta que el vendaval
Arrastra y arrasa la vida,
La esperanza se pierde,
Y con ella la fe y la felicidad
Caen a un pozo de oscuridad,
Ocultando su rostro,
Huyendo de la realidad,
Indigno temor que traiciona al valor,
Apuñalando la dignidad
Con el que un pasado se amo,
Sin dudas ni penurias,
Hasta el día de hoy,
Nunca se soñó con una rendición.

martes, 17 de abril de 2012

EROTISMO... DE UNA NOCHE...





La sensualidad de su mirada atrajo mi atención, nada mas que nuestras miradas se cruzaran en ese local repleto de gente, dejo de existir el bullicio, para ser sustituido por la atención constante de su presencia, de sus movimientos, donde mi mirada se volvía mas ávida y mis sentido mas hambrientos por la necesidad, pero esta era distinta, esa diosa que caminaba con la soltura de un felino, me atraía como una fragancia seductora, a la que no me pudiera resistir.


Era difícil comprender, la fijación que sentía por esa morena, de sonrisa sinuosa, que me miraba desde el otro extremo, sin recatos, dejándome en claro, que yo era su presa, o mas bien ignoraba que yo ya sentía la sangre hervir por el festín de tal presa, entre mis brazos, ella era la presa y yo la cazadora….


En que momento dejo de ser un juego, lo ignoro, su influjo era poderoso, su atracción superaba a cuantas había conocido, sin mediar palabra compartimos una mesa, donde nos dedicamos palabras insulsas, y todo tipo de gestos provocativos insinuaciones mas allá de las meras inocentes…..


Estaba claro, esa noche ninguna escaparíamos de ese hechizo que nos sujetaba, ambas nos buscaríamos desesperadas, nos entregaríamos sin demora a nuestros instintos, sin saber si seria suficiente, si en un mañana nos buscaríamos, si con una noche bastaría, o si temeríamos vernos otra noche……


Al lado del local hay un hotel, salimos sin pedirnos explicaciones, solo seguimos y aceptamos lo que va a suceder, el deseo es insufrible, me siento arder de anticipación, con solo mirar esta escultura de Venus, mi cuerpo tiembla por liberar cuanto ella provoca, con su mera presencia, dios ignoro su interés a su lado no soy mas que una mortal cualquiera sin nada especial…..


Ella toma del recepcionista las llaves, me sonría y yo voy hacia ella, sin pudor toma mi mano y me guía, hasta el ascensor, que espera ser ocupado por estas dos silenciosas siluetas con su feminidad ardiendo por un deseo compartido.


Ya en el interior, ya no soporta mas la espera…… los besos no se hacen de rogar, nuestros cuerpos se dejan caer al suelo, no importa quien quiera entrar en ese cubiculo que sube al rincón de intimidad que nos espera…..


*Te retiro la camisa dejándote descubierta para mi, me siento sobre ti, dejándote a mi merced, te beso mientras con la mano tomo un seno, y desciendo mis labios por el cuello hasta llegar a este que ya tiene el pezón erecto, esperando recibir mas atenciones mías, siento como tu cuerpo me responde*


Poco dura la entrega, el ascensor indica la llegada a nuestra planta, nuestro aspecto deja de ser impoluto, ahora muestra una fiereza aun mayor, esta claro cuando deseamos, cuanto queremos, y cuanto estamos dispuestas…… salimos con prisa, jadeando necesitando llegar cuanto antes a la habitación, hacer posesión de esa intimidad tan ansiada por las dos…..


Apenas traspasamos el umbral, retomamos con impaciencia las caricias que fueron interrumpidas, mientras mis sentidos perciben……..




*Como te agitas por el placer y el deseo, mientras desciende  tu mano a mi entrepierna, yo sigo descendiendo con mis labios, por tu vientre, y te desabrocho los pantalones, los hago descender mientras centro mi atención en tu ombligo*


Era imposible continuar así, en medio de la entrada, donde ya teniéndote medio desnuda, te arrastro retozando has el pie de la cama, donde ya no hay iniciativa de llegar a ella y continuar con todo ahí mismo, sobre la alfombra….


*Vuelvo mi boca al otro seno que sigue abandonado, esperando mis caricias y lo tomo con la boca, ansiosa por volverte a oír gemir de placer, mis manos descienden, de nuevo y con la derecha te acaricio en ese lugar calido sin introducirme dentro, solo le doy cariño, esperando a que tu cuerpo me reclame mas*


En que momento la ropa dejo de ser un impedimento, es algo que no alcanzo a recordar, solo puedo cuestionar en que modo llegamos allí, sin casi conocernos, siendo felices con lo que nos encontramos, disfrutando de tan ansiosa entrega, correspondiéndonos como por siglos se ha hecho, sin ser capaces de contenernos…..


*Tus caderas se agitan por momentos, te acaricio con una mano el vientre y poco a poco llevo la mano hacia tus nalgas las cuales aprieto con deseo contenido, mis labios han descendido pasando por tu ombligo*


Mis sentidos cada vez se agudizan mas, mi respiración se anticipa por momentos a cada movimiento, que provoque placer, el poder que me otorga ese deseo, ese instinto es embriagador….


*te siento húmeda y tu aroma me enloquece, siento una gran necesidad de ti,  poco a poco mis labios y lengua empiezan a tomar el control sobre el trozo de cielo que culmina tu placer, el corazón de tu ser era mío, para ser poseído por una pasión descontrolada te saboreo, tu sabor me enloquece y no puedo seguir aguantando mas,  mi lengua, mis labios  hablan por mi, otorgando sin descanso placer ese placer que deseo ver reflejado en tus ojos, sintiendo como tu cuerpo se retuerce con mis caricias, te tensas gimes con fuerza ahogando un grito y te sujeto de las nalgas para mantenerte a mi merced*


ya es imposible escapar, el momento que ambas esperábamos esta llegando a su fin, la fuerza que nos controla tiene poder absoluto sobre nuestras conciencias, su calor me abrasa el mío me consume, nuestras respiraciones se acompasan, dejamos de ser dos individuas para convertirnos en una, en un respiro, en un pestañeo de tiempo…


*tu cuerpo me entrega ese néctar ansiado y ofrecido por tu placer, mi recompensa,  lo tomo  probándolo con regocijo, sigo hasta que dar satisfecha de ti, tu cuerpo poco a poco se ha quedado relajado en un dulce duermevela provocado por el orgasmo*


Nuestros cuerpos culminaron el cielo, nuestras almas alcanzaron la paz, compartimos el dulce descanso en el abrazo que clamo la comprensión y compañía que ambas encontramos, esa noche que nos descubrimos en brazos de la otra….