jueves, 15 de septiembre de 2011

CAPERUCITA ROJA, Y LA FIERA DEL BOSQUE…

Nacimiento del Mito






Ya hace tantísimo tiempo de esta historia, que es difícil precisar lo ocurrido, pero también han sido tantos los que han contado su versión personal, que al cabo de los años se olvido la historia original, más bien decir la verdad que se oculta en la sombra de una gran historia, los adultos siempre dicen ten miedo del lobo y no vayas sola, pero ellos no temen al lobo cuando lo persiguen ni van acompañados cuando se adentran al bosque…. Entonces que fue mentira y verdad en aquel pasado es lo que muchos han dejado de contar….

Todos fuimos niños, y como todo niño teníamos miedo a la noche, pero también curiosidad por los secretos, ¿recordáis cuando vuestras madres os decían no toquéis ahí por una u otra razón?, pero siempre desobedecíais por que os podía más el saber que escondían o que era que el aviso de los mayores, pues esta historia tiene mucho de secretos y de miedos y sobretodo curiosidad….

En aquel entonces la noche era las horas de vigilia y peligro en las que siempre se debía guardar de mantener el fuego encendido para ahuyentar el peligro, sobretodo en las noches de frío y en que la niebla era densa e impenetrable para la vista humana, pero no era así para la fiera que vivía en el bosque, su olfato le permitía sortear este obstáculo de la naturaleza y su conocimiento del terreno era un arma a su favor, nunca se perdía ni se exponía a la vista de su presa u enemigo…

Cada cierto tiempo cuando la luna llena llegaba a su cenit una gran aprensión se apoderaba de la población y se aglomeraban en la iglesia antes de oscurecer para rezar sus oraciones y plegarias así como el sacerdote hacia el recuento y ofrecía su bendición a los desolados aldeanos que acudían en su busca, pero el pobre hombre no poseía mas que su fe y sus palabras para paliar el miedo que acosaba cada noche a esta gente que vivía de la mano de Dios en medio de una cordillera aislada del resto de sociedad, a su vez la sociedad tampoco sabia mucho de ellos, no eran importantes, no producían un buen mercado por el que interesarse y crear unos lazos mas estrechos, pero para acusar de las desapariciones que se daban cuando un confiado viajero se dirigía hacia el lugar en horas de oscuridad, siempre estaban presentes la voz de la autoridad y la justicia.

Con el tiempo tampoco estos se aventuraban ya hasta el lugar la aprensión del pueblo hizo mella en ellos y el terror padecido al atravesar el bosque fue mayor que sus bravatas de hacer justicia, siempre volvían con el rabo entre las patas y gimoteando de miedo, los alrededores están llenos de historias similares y pesadillas espeluznantes, que aun con el tiempo todavía nadie cree.

Pero no nos adelantemos a los hechos,  no desvelemos los secretos antes de ser relatada la historia de un pueblo, la historia de unos habitantes que guardan el mayor de los secretos, comencemos con un principio exiliado al olvido, el cual yace en el manto de la ignorancia la cual atrajo la desdicha a tantos.

En un invierno en que la nieve cubría ya antes de la época las montañas de nieve, una caravana de gitanos hizo parada en La Font, este lugar era una colonia en un principio de leñadores, con el tiempo se asentaron definitivamente y así nació la aldea, los gitanos que estaban de paso en sus ires y venidas de un lugar para otro, como era su costumbre nómada, precisaban de víveres y de paso ganarse algunas comisiones por algún extra, en esa época descendía de un pico alejado un leñador que guardaba aquella zona del bosque y cuidaba de cualquier persona que se extraviara, en busca de víveres para las épocas de aislamiento, en que nevaba sin parar y era imposible aventurarse a una tormenta sin caer en el intento, pese a todo era el único que se atrevía a tal proeza con ayuda de sus perros lobo, los cuales le guiaban cuando sentían u olían a un extraño en las mediaciones, perdido en medio de la mano de la naturaleza.

Al hombre se le tenia en gran estima ya que muchos le debían en mas de una ocasión, la vida de algún jovenzuelo osado y bravucón que se internaba en su inconsciencia de la tierna edad, al peligro de la noche y las bajas temperaturas, por fortuna el leñador siempre estaba vigilante a cualquier aviso de sus fieles compañeros, pero aun teniéndolo en alta estima, ninguna mujer sentía deseos de unirse a él, muchas lo achacaban al aislamiento y la soledad del pico y la distancia de sus familias, pero todos sabían, aunque guardaran silencio, que el hombre no era digno acompañante para una mujer, no las valoraba como compañeras y menos las trataba con estima, ya fuera por su soledad o falta de educación o dios sabe la razón, era un bruto sin consideración, ninguna mujer de la zona se le arrimaba para algo que no fuera un agradecimiento o servirle un plato de comida caliente cuando este descendía.

Volviendo a los gitanos, estos como ya indique aprovechaban sus paradas para ganarse la vida de distintas maneras, algunos varones tareas de esfuerzo para familias que carecían de ayuda masculina por haber perdido a sus varones por alguna epidemia e incluso en manos del intenso frío al cuidar del ganado, las mujeres muchas se dedicaban al espectáculo como los bailes tradicionales de su raza y al llegar la noche en el gran salón realizaban representaciones con ropas tradicionales, los varones contaban las buenas nuevas de mas allá de la cordillera, los niños con sus gracias alguna propina se ganaban y las mujeres mas sabias de la caravana servían de curanderas a aquellos que precisasen ayuda e incluso si eran bendecidos con alguna matriarca que llevara en la sangre el buen augurio e incluso la hechicería de su raza, la curiosidad de muchos escépticos provocaban las risas y las buenas compensaciones por el buen trabajo de la mujer sabia, pues una matriarca era conocida por su sabiduría y conocimientos de lo desconocido.

Pues en la caravana existía una familia que ostentaba el estatus de matriarca, la mujer mayor era superior por supuesto pero toda mujer descendiente de ésta había nacido con dones similares, algún varón había nacido con la visión pero eran casos aislados y limitados, por lo que éstos se implicaban mas en los negocios y trueques de la época, por supuesto aquellos que comerciaban con estos eran ignorantes en sus artes, desechando la idea de que los varones actuaran sin honor y basándose en la idea que solo las mujeres podían hacer uso de la brujería a la que muchos temían.

La Gran Matriarca, siempre delegaba las tareas de atender a los varones a sus hijas, y ella se ocupaba de las mujeres de mayor edad a las cuales escuchaba con paciencia y caridad de conocimiento de los pesares de la vida, ya llegaría el día a sus hijas de conocer el gran dolor que estas guardaban, pero hasta que le llegara el día en que se retirara y cediera su lugar a una de ellas, ninguna osaría usurpar dicha tarea, lastima que esa noche no prestara mas atención al fondo del salón… la edad no perdona y el agotamiento no es buen compañero, esa noche su falta de precaución le costaría un precio muy alto.

La más joven de sus hijas, la cual no había sido tomada por varón  ni tampoco prometida, sirvió vino y la lectura de la mano a todo joven que se acercara a ella, de igual manera ella se acercaba a servir y ofrecer dicho servicio, solo la matriarca sabia por que no fue concedida a temprana edad en matrimonio, era su sucesora y heredaría sus conocimientos cuando las estrellas se alineasen y quedaba bien poco, entonces ella seria libre de elegir con sabiduría su futuro y al compañero ideal para tal empresa, lo único que dejo en claro a los varones es que era su protegida y como tal debían cuidar de ella por encima de todo.

La joven en su falta de recato y confianza de estar rodeada por los suyos en un recinto cerrado, se fue alejando poco a poco del centro del bullicio, Isabel era su nombre, de alguna manera se sentía atraída hacia el exterior, el calor del interior se le hacia opresivo y sentía la necesidad de mirar las estrellas al aire libre, no se tomo la precaución de avisar a los suyos, acababa de atender a un hombre alto y corpulento de aire arisco y mal encarado, que la miro con lascivia mal disimulada y para ella era algo que precisamente la desagradaba demasiado como para no querer acercarse a ningún hombre que no supiera mirarla como algo mas que una compañera en la cama, por lo que evitaba toda proposición referente a dichas relaciones, en su descuido al mirar a su espalda no se percato que el hombretón de aire arisco ya no se encontraba apoyado en la pared donde lo había dejado, es más éste la observaba ávidamente desde la esquina mas cercana a la puerta que daba al exterior por donde se precipitaba la muchacha.

El hombre no se lo pensó mucho y salio tras ella, unos niños de la caravana daban de comer a los animales en el corral contiguo y apenas pudieron ver lo ocurrido, pero lo suficiente para salir corriendo al interior vociferando histéricos que Isabel había sido raptada por un gigante, efectivamente dicho gigante alzo a la muchacha tras un golpe certero que la dejó inconsciente y la cargo sobre sus hombros cubriéndola con algo que no supieron decir los niños y desapareció entre los árboles en medio de la oscuridad que reinaba mas allá de las casas y las hogueras que protegían el lugar de todo animal salvaje de aquellos parajes.

En la consternación que provocó los hechos en la aldea, nadie repara en un semblante pétreo de mirada penetrante,  un lado y apartada de todos los presentes…La gran matriarca en un esfuerzo por sobreponerse y luchar contra el mar que se cierne sobre los suyos, lucha por dominar sus temores y hacer uso de sus extraordinarias habilidades, éstas en respuesta a su llamada aúnan sus voces en un único aullido de los seres que alberga el bosque y recorre su sonido toda la sierra como un eco intermitente, desquebrajando el silencio que antes ostentaba la noche y ésta abre sus brazos a la contrincante del mal la Verduga no tardará en darle alcance, y restaurará el equilibrio así como compensara u maldecirá los hechos que acontezcan en las horas oscuras, solo se puede pedir a las estrellas llegar a tiempo de padecer su perdida…

La mujer de avanzada edad se movió ágil entre el gentío, todos los suyos le abren paso a la vez que bajan la mirada en señal de respeto y ante todo en sumisión y temor por sus represalia, han fallado en su deber y a su sangre, Isabel corre peligro de ser mancillada por no haber estado debidamente protegida, su honor no tendría valor y no serian aceptados entre los suyos.

Un muchacho de manos temblorosas extiende las riendas de uno de los caballos a la mujer y ella tras montar sobre el animal comienza a nombrar a los hijos que la seguirán en la búsqueda y rescatar a la futura luz de la caravana, sus palabras rasgan las conciencias de cada uno, apenas desvela a quién se ha llevado y lo importante que es para los suyos, el revuelo anterior y el desconsuelo se vuelve furia y fiereza, las hembras son las primeras en reaccionar contra los aldeanos, estos habían pasado de ser clientes a enemigos.

Varios de los Calos, así se llaman entre sí unos a otros, tomaron por sorpresa a algunos de los aldeanos que indefensos se vieron sujetos y amenazados con las navajas  de éstos, estas navajas no eran corrientes como la de cualquier cabeza de familia, éstas poseían un filo espeluznante y muy pulido,  se podría confundir por una espada por su tamaño, mientras la pregunta se repetía una y otra vez, tajantemente y directa, no daba lugar a dudas ni explicaciones, una respuesta clara se esperaba de ellos, ellos al no saber responder sufrían el primer corte de aviso, ante el terror de una masacre, varias jóvenes de la aldea se echaron a tierra entre sollozos pidiendo clemencia, la respuesta era clara por parte de los agraviados, escupirles e insultarlas, entre gemidos consiguieron articular las primeras palabras con sentido para estas gentes, el agresor era un ermitaño del pico, una y otra vez lo repitieron entre sollozos mientras señalaban histéricas el pico más alto de la cordillera, el resto de hombres en un intento de protegerse apelaban a que no era responsabilidad de ellos que les perdonasen sus vidas…

Tras la declaración los liberaron y tomaron a una de las muchachas empujándola ante la matriarca, la chica temblaba de pies a cabeza, no era capaz de mirar de frente siquiera, ni se escuchaba su llanto, la mujer la observó y pensó que su hija tenia mas coraje que esa cría de conejo asustadizo, la observó unos segundos antes de indicar con un gesto que fuera llevada con ellos al bosque.

Apenas cruzaron la linde del bosque fueron rodeados por un gran numero de lobos cobrizos que habían acudido a recibirlos, a la muchacha se le abrieron los ojos de puro pánico, era bien sabido que eran los mas peligrosos en aquellas tierras, desde que nació escucho siempre que esta raza albergaba un gran odio al ser humano y lo acechaban constantemente y ahora todos se presentaban unidos y en calma como esperando algo….

La gran matriarca comenzó a conversar con ellos en una lengua arcana para ella extraña y con un acento sinuoso, de alguna manera su voz se le hizo hechizadora, con cada pronunciación era como una gota sobre si que le embargaba paz y protección de su propio miedo.

Tras unas frases los lobos se dispersaron desapareciendo tras los árboles, cerca de unos seis los escoltaron mientras se adentraban al corazón de la naturaleza, la muchacha siguió sin poner impedimentos a la matriarca allá donde ella fuera, en un momento dado esta se giró e indico a los hombres que se alejaran de ellas, la mujer se acerco a ella tomando su rostro entre sus manos, durante largo rato la miro a los ojos con un cierto gesto de sorpresa,  algo consternada volvió a darle la espalda en silencio, la muchacha no comprendía las reacciones de la anciana pero por alguna razón deseaba que la mujer la quisiera, algo ciertamente absurdo.

Con una palabra todos volvieron a formar un circulo alrededor de ella, la mujer se volvió a girar de nuevo pero no cara a ella, sino cara al resto, y en su lengua comenzó a conversar altivamente con ellos, un tenue acento de indignación y rabia se le percibía, no fue claro hasta que ella comenzó a señalar al mas adulto de los hombres y mirándole con cólera cuando supo que la mujer estaba increpando a uno de los suyos en esos momentos,  la chica no comprendía como en unos instantes tan importantes y de peligro para la otra muchacha se podían perder discutiendo en medio de la vegetación y en plena noche.


El hombre bajo la cabeza con lagrimas en los ojos y siguió a la Matriarca con la mirada fijada en la muchacha, la observaba detenidamente buscando algo, pero tras un rato volvió el rostro rechazando cualquier idea que surgiera en su mente, desterrando la posibilidad de que tal como dijo su madre el fuera el padre de dicha criatura, no concebía la idea que hubiera tenido el descuido de dejar atrás a una mujer con su semilla y que esta hubiera traído al mundo una descendiente suya, pero así son los hombres a fin de cuentas, nunca confían en la palabra de una mujer y si esa palabra trae responsabilidad e incluso la humillación de sus equivocaciones menos, y en esa noche el había pecado dos veces, no cumplió su deber para con la Sabia y tampoco con su estirpe en el pasado, dejando que una muchacha creciera lejos de sus orígenes y aptitudes…

La mujer se volvió toda resuelta con las riendas del caballo en la mano izquierda, tras unos momentos de duda tomó a la muchacha de la mano y la convino a caminar a su lado como si se tratara de uno de los suyos…

Durante cierto tiempo fueron caminando en completo silencio, sorteando arbustos y árboles, ya ascendiendo como evitando una zona demasiado empinada para subir con agilidad, cuando la voz de la mujer rasgó la quietud que los rodeaba en el intenso frío, este se hacia notar en el aliento que desprendían al respirar y sus miembros entumecidos, sostenía un tono ronco y severo, con una cierta acentuación dulce al final de cada frase, que confundía más a la muchacha, las preguntas comenzaron a sucederse una tras otra sin titubeos, con respuestas claras y concisas, de vez en cuando se percibía  una tenue sonrisa en la mujer, aún cuando mantenía una mirada acerada y fija en el frente, de vez en cuando ésta se desviaba al cielo, casi cubierto por completo por la espesura de las copas de los árboles, con cada aullido que resonaba a lo lejos la muchacha temblaba, en cambio la mujer mantenía  la calma y presionaba  su mano consolándola y animándola a seguir adelante, la chica no podía  negar que ésa mujer tenia valor y con sólo su presencia podría postrar al mismo demonio.

A la media hora constató que seguían un rumbo fijo y lo más importante, los lobos que antes se dispersaron volvían a reunirse con el séquito que los guiaba, la manada era mayor aún que antes, daba miedo pensar en verse acorralada por una jauría de ellos, lo que hizo preguntarse a la chica, ¿hasta cuándo estarían a salvo de ellos?

La cabaña se visualizo a lo lejos, de ella se desprendía un tenue reflejo de luz que bailaba a duras penas, el fuego del hogar seguía encendido y eso significaba que alguien cuidaba que su llama no se extinguiera, es mas si alguien marchaba por un tiempo indefinido nunca dejaban una brizna encendida por si se prendía fuego la casa en la que uno vivía en su ausencia…. Por lo que no cabía duda ahí se había refugiado, los perros del exterior fieles guardianes en vez de dar aviso de intrusos a su llegada, agacharon las orejas, metieron el rabo entre sus patas acobardados  y tomaron  una actitud sumisa al olfatear a sus congéneres rodeándoles, al menos éstos eran mas inteligentes y conscientes de cómo actuar que el propio dueño.

Un grito desgarrador de una voz femenina inundo hasta el ultimo rincón del bosque, su eco resonó incluso en la lejanía, la mujer comenzó a temblar y a caer de rodillas al suelo cubierto de nieve,  de sus labios comenzaron a brotar palabras arcanas impregnadas de su cólera y dolor, sus ojos inundados de lágrimas ocultos a la vista de todos, relucían como ascuas, la muchacha entró en un estado de pánico, era como vislumbrar los ojos del diablo en interior de la mujer.

Llegaron tarde, la virtud había sido quebrantada a la fuerza, la luz del futuro se volvería oscuridad al no haber sido sellada la unión por una bendición de sangre que la matriarca ofrecía en beneplácito a la aceptación del hombre como pareja, el ungir la unión la aceptación confería formar parte directa de la familia, en cambio aquel que tomara sin permiso lo que no había sido otorgado voluntariamente padecería las consecuencias y la familia que no hubiera cumplido con su deber de salvaguardarla debería sufragar su error.

Los lobos se lanzaron contra la cabaña, seguida de los hombres, los cuáles  no llegaron más allá de cinco metros de donde ellas estaban inmovilizadas, la mujer sujeto con más fuerza a la chica y ésta supo que el miedo había llegado al corazón de la mujer, al suyo en cambio la aceptación a la muerte en esa misma noche.

Tras el primer alarido que se escucho aún llegaron un par mas a sus oídos, estos amortiguados por el escándalo de la manada que intentaba entrar al interior, un estrépito se hizo oír por encima de todo, unos cristales habían sido rotos en algún lado, un gesto lento hizo que la chica girara la mirada a su lado, la mujer aún mantenía su brazo semi alzado, ella era la causante de los cristales rotos, la mujer con el rostro ceniciento se mantuvo en pie, mirando fijamente como primero un lobo y luego otro se introducían por el hueco de cristales y estos terminaban de caer por el empeño de los animales, el miedo era aterrador, pero la conciencia de la chica le decía una cosa, no había salida ni a donde huir, la mujer seguía ahí esperando escuchando los gruñidos hasta resonar por encima de todo un grito aterrador y doloroso, esta vez de varón, ya dieron con el secuestrador… en ese momento unas lágrimas empezaron a recorrer las mejillas de la mujer, un sollozo encontró la salida de su garganta a la vez que el primer paso que la guiara hasta la puerta de la cabaña, los hombres seguían en el suelo entre espasmos, sufrían en silencio algo que era incomprensible, todos a la vez cayeron y se revolcaban de un lado para otro…

La chica arrastrada por la mujer la siguió hasta la puerta, ella no quería entrar, algo le decía que no debía entrar, algo muy malo ocurría dentro y  no le gustaba saber algo que todavía  no conocía.

La mujer paró en seco y se dirigió a ella, “muchacha en tu sangre esta el futuro, pero este será postergado, tu vida y la mía estarán unidas por un hilo eterno, el día que el amor verdadero llegue a esta cordillera, el día que el amor devuelva la luz a los nuestros volveremos a caminar entre los hombres como uno más de ellos, tu serás la guardiana de que se cumpla un futuro aún lejano, el mal ha abierto la puerta a una pesadilla aun peor, y el mal deberá ser extinguido por la mano de su propia sangre, el dolor que él causo le perseguirá y el mal que él lleva en su interior se expandirá a quienes permitieron este error… el día de mañana nada será igual, el día de mañana tu buscaras un lugar apartado donde vivir lejos del hombre, el día de mañana yo ya no estaré aquí, observa la primera fase de la luna en mis hijos, ellos pagaran los primeros…”

La chica al girarse no comprendía que veía, unos lobos grises sustituían a los hombres que antes yacían entre espasmos de dolor, los lobos todavía tumbados sobre la nieve casi eran invisibles en ésta por su claro color, la mujer a su lado presiono de nuevo su mano, y la atrajo hasta la ventana, donde pudo contemplar a una muchacha de cabellos oscuros y ojos pardos tumbada en unas pieles sobre el suelo, cerca del hogar de la cabaña, con la mirada perdida y sufriendo espasmos a la vez que sus ojos perdían calidez y se volvían más oscuros, a sus pies algo se revolvía y luchaba contra los lobos que guiaron a los gitanos, pero casi no era ya humano, o puede que a medias, su cuerpo casi cubierto de pelaje negro  con un hocico  en el rostro de animal… una bestia era lo que observaba, una bestia que se sostenía a dos patas. UN HOMBRE LOBO.

La chica comenzó a recular necesitaba salir corriendo, huir y avisar a quienes indefensos e ignorantes esperaban en la aldea…. Y fue cuando se dio cuenta de que no solo ellos cambiaban, la mujer con gran tristeza la sostuvo cuando la chica callo al suelo sin fuerzas, todo su cuerpo temblaba, en ese instante otro grito del interior provocó que la mujer se alzase de manera precipitada a mirar dentro, sus manos fueron a su rostro a modo de desdicha y dolor, algo peor estaba ocurriendo, y sacando fuerzas de flaqueza la mujer comenzó un nuevo cántico semejante al que pronuncio al llegar frente a la cabaña. En esa noche un nuevo comienzo, una nueva vida, una nueva manera de vivir y ver las cosas, un dolor de perdida y desdicha acompañara ese futuro, hasta el día que todo acabe.


-POR CONTINUAR-














4 comentarios:

  1. AAAAAUUUUUUUUUUUU. AUUUUUUUUUUUUUU
    DIJO EL LICANTROPO
    SE HABÍA PINCHADO UNA PATITA,
    JAJAJA

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  2. y el pobre iba a la pata coja con una astella en la patita oye kieres sacarle tu la astillita manuel?

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  3. VAYA VA DE LICANTROPOS, PONME AL PROTA BIEN GUAPO CUANDO SEA HOMBRE.

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  4. jose cariño prometo poner un licantropo macizorro a la hisotoria pero no dire para cuando jejejeje por ke todo tiene su momento pero espero ke te guste mi caperucita roja particular

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