miércoles, 14 de septiembre de 2011

"CILANTRO"







PROLOGO

El amor no tiene edad, el amor es un barco que tomamos sin un destino cierto, un trasatlántico que nos hace recorrer mundo, conocer ciudades que nos fascinan y por las que regalaríamos los versos que nuestros corazones suspiran….

Siempre se concibe el amor en juventud, ¿pero que fue tras esos años de juventud y aventura para el amor?, en su momento atrás quedó, abriendo un sin fin de puertas que entre sueños nos regalan los recuerdos del pasado y en añoranzas suspiramos tras tanto tiempo tomando de la mano a ese amor que te ilumina el corazón de felicidad.

El romanticismo se declara en grandes galas de espontaneidad e impulsividad, con el tiempo se va cultivando de una manera más sutil en el que una mirada lo dice todo y una sonrisa se convierte en el cielo y la vida de nuestra existencia.

Una gran mayoría deja de lado esos momentos tan complacientes y emotivos para continuar con una existencia apacible y en cierta manera monótona dejando en el olvido tanta entrega y esfuerzo por conquistar la gran almena de ese castillo que nos fascina y al llegar al corazón de la gran fortaleza, descubrimos esa princesa de ojos dulces que nos derrota con la palabra más dulce que nuestros oídos puedan escuchar… “Te amo”.

Si nos fijamos el día a día al lado de esa persona que nos devuelve el aliento y el deseo de seguir viviendo es como un nuevo comienzo, una nueva oportunidad de hacerla feliz, de esto quiero hablar en “Cilantro” de la felicidad que albergamos siempre al permanecer al lado de la persona amada, el observar los días de una nueva manera, desde ese lado de la ventana por el que nos podríamos mirar y descubrir un nuevo punto de vista a nuestras existencias.















PRIMERA PARTE


La música se escuchaba suave desde el otro lado de la casa, su ritmo era embriagador provocando ansias de tomar en sus brazos a su pareja de baile y hacerla mecerse rítmicamente a su lado por el interior de la casa, un consternado suspiro escapa de sus labios en esos momentos, mientras lanza una mirada rápida al asiento que ocupa la dama de sus sueños, la cuál disfruta de una cabezadita mientras se ve inmovilizada temporalmente a causa de un desgraciado accidente en el que se lastimó la pierna derecha, al caer por la escalera mientras sacaba la cena al jardín trasero….

Cuando lo recuerda no puede evitar el mal trago que ella sufrió al verla en el suelo sin poder siquiera moverse, se diría que ella misma estaba mas asustada que su compañera, la cuál intentaba calmarla y le pedía que avisara al servicio medico, que sólo se había echo daño y no tenía nada grave, sin embargo ella se sentía mas bien impotente al no poder hacer nada más, mientras ella le decía que tenía suerte de tenerla así a su lado, que qué sería de ella sino hubiera sido así, una ligera sonrisa vuelve a sus labios al recordar esa escena en la que ella se da cuenta que la tiene a ella y que en esos momento dependía de su ayuda, algo que la hacía muy feliz, aunque echara en falta tenerla a su alrededor siempre buscando algo que hacer o cambiar….

Sara, una mujer de armas tomar, nunca había nada que ella no pudiera hacer, eso llegaba a provocar en ocasiones la sensación de inútil a su lado, mientras que en otras el gran alivio de tenerla a su lado y que ella sepa como actuar u hacer en mas de una circunstancia.

A sus 63 años nadie diría que ya los tuviera, era de esas mujeres que podía hacer mil tareas de una sola vez y seguir con ganas de más, su energía y entusiasmo era capaz de amilanar incluso al mas joven que se comparase a su lado, era como para sentirse ridículo a su lado y sin embargo creaba muy seguido gran admiración en cualquiera que la viera realizar cualquier actividad.

Sus cabellos cortos y grises con un peinado despreocupado le devolvía un aire juvenil y desenfadado que en sí le daba con mucha gracia su aspecto espiritual, era como verla de joven con unos cabellos canosos que cabía decir que la favorecían mucho y de paso ella se sentía encantada con su aspecto.



-POR CONTINUAR-

No hay comentarios:

Publicar un comentario