LXI
Entre las sombras
tu mirada me pierde,
encienden las brasas
del deseo en llamas,
puro gozo ydeleite
bajo el influjo de tus labios...
Caricias decadentes de placer,
suspiros profundos y ansiosos,
gemidos que imploran de necesidad,
y mi cuerpo reclama ardiente
el sortilegio de tu cuerpo.
Mis ojos se deleitan
en el sútil balanceo de tus senos,
mis sentidos se estremecen
con el reclamo de tus pezones,
mientras mi lengua asoma ansiosa,
ávida por besarlos, lamerlos, tomarlos
en el afán de hacerte mía...
Los suspiros rememoran los besos,
el ardor recupera su sentido,
dominando la lujuria de recuperar
el contacto perdido,
es una perdición palpitante,
es una emocion desbordante,
es tenerte entre mis piernas
meciendote delirante,.
en busca del beso y la caricia
culminante del gozo supremo.
Ya vuestra piel es reflejo
de nuestras almas,
ardientes y sensibles
a vuestros roces,
se funden en el abrazo placentero
rogando y marcando un ritmo cadencioso,
alcanzando limites insospechados,
buscando un reflejo mayor
del que mostramos,
la pura entrega de amor y deseo
de pedir y poseer,
buscar y entregar en un solo sentir.
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