jueves, 28 de marzo de 2013

CVIII


Es tan fino el velo de la confianza,
Que el menor rasguño lo destroza,
Llegan las primeras palabras
Afiladas como dagas,
El esfuerzo por continuar indemne
Es asombroso en su intento,
De seguir manteniendo
La belleza de su fortaleza,
Pero si esta se desquebraja
Nada le devolverá lo que perdió.
Unas saetas llegan certeras,
Abriendo en su suave tacto un orificio,
Que deja pasar el aliento del dolor,
Que con sus deshilachados hilos
Ya no otorgan calor a su poseedor,
Y así se pierde el bien mas preciado
Entre aquellos que ganan y pierden
Una amistad brillante como un diamante
Y frágil como un suspiro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario