lunes, 22 de agosto de 2011


XXIII

Dime madre natura la razón de mi existencia,
Si mi corazón es tan voluble que doblega al otro al sufrimiento.
Dime si merezco seguir en tu seno,
En la falda de tus encantos,
Y en la compañía de tu esencia.
Dime OH madre,
Si la vida me deparo algo más,
Si hay razón para amar, si hay razón para el dolor,
Si hay razón para desesperar, por un futuro inalcanzable.
Maldíceme por querer a aquel que yo maldigo
Con mi sola presencia.
Destierra mi alma para que no se reencuentren,
Envíala al castigo eterno, se lo merece, solo por querer un imposible.
Impunemente existo, para estrechar nuestras vidas,
En un lazo de arrepentimientos,
En un suspiro sin fin ni comienzo,
En una fútil esperanza de un bien o un mal,
Sin comprensión y vía al entendimiento.
Soy estigma en esta vida, los ojos del sufrimiento,
El voraz apetito que busca cariño.
Olvida que estoy, que he estado, que estaré,
No tengo pasado, presente o futuro,
Y así no llorare, sentiré y sufriré, pues no seré más
Que la nada.


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