miércoles, 31 de agosto de 2011

XXII

XXII

El silencio arrulla al pensamiento
Éste ente independiente,
Que enloquece a la persona
La cuál disfruta de la brisa
De ése atardecer que lo mece
En el abrazo apacible del descanso.

Sinuoso intruso
Que entre sueños usurpas la paz,
De ésa alma apacible…

Ella que aspira humildemente
A hallar un lugar en esta vida,
La cuál es doblegada
Por el sufrimiento ajeno,
Nociva influencia de mal agüero,
Que surca las aguas de la nobleza,
Para irrumpir en ése corazón puro,
Robando así su inocencia…

Abandona la dicha,
Yérguete con orgullo
Y enfrenta a la sombra,
Que tu alma oscurece,
Recupera el pedestal
Que te pertenece,
Y cubre con armonía
Esos pensamientos lúgubres…

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