lunes, 22 de agosto de 2011

XVIL

XVIL

Inclinando mí conciencia,
A la subdicha apariencia,
Ande nadie sospeche,
El despecho de la indecencia,
La cual todos alegan
Una locura transitoria,
Mas no es loco el que reconoce,
El que admite y acepta,
Quien es o por que se siente,
Mas feliz que en toda su vida,
No es deseo de ser mártir,
No es ansia de ser diferente,
Solo desea recuperar el lugar
Que le corresponde,
Y si no es para los demás digno,
Ya nada le importa en un presente,
Cuando sueña en un futuro diferente,
Un futuro anhelado en la dicha
De ser amado por la persona elegida
Por un corazón enamorado,
Por un alma ya ligada,
Al amor de su vida.

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