lunes, 22 de agosto de 2011

XVIII

XVIII

Dejar que el diluvio caiga,
Dejar que sus aguas me bañen,
Dejar que me arrastren con su dolor,
Dejar que mi alma sea ahogada
En la tristeza que me embarga,
La cual me arrasa y mata la vida,
La cual ya no me importa,
La cual ya no tiene valor sin ella,
Ella lo es todo en mi alma y en mi corazón,
Si ella ya nada poseo que tenga valor.

Dejar que el diluvio se lleve de mí
Lo poco que me queda,
Darle cuanto poseo a sus ráfagas de viento,
Si algo digno me queda que le llegue a ella,
Si aún lo valora….

Y si mi recuerdo os merece estima,
Os digo que un trozo de mi
Os queda en mis rimas,
Marchad en paz y que el cielo os guarde.


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