miércoles, 24 de agosto de 2011

SUS MERCEDES...


En construcción... sin terminar


“Díganme sus mercedes, que conocen ustedes del amor, si es reciproco o solo un inusitado don….. Díganme sus mercedes como se debe amar, si guardando la compostura o dejándose llevar, si reprimir y esconder cuanto sentimos o regalar cuanto sentimos a la persona amada……. Díganme sus mercedes por quien debe ser el amor, por la persona elegida o por aquella que te inspira toda emoción….. díganme sus mercedes, y presten atención, el amor, que es el amor, que elección debemos tomar o en verdad hay elección a quien amar, ya sea rico, ya sea pobre, ya sea digno, ya infiel, ya sea varón, o por ende mujer…..”

“Díganme sus mercedes si hay leyes en el corazón que nos aten a la elección prescrita en el pasado, por aquellos que eligieron esta sociedad dominada por hombres, donde la mujer es animal de procrear de dar placer y ocuparse de los quehaceres, si una mujer esta obligada a amar por fuerza a un varón pese a que su corazón le indique lo contrario…. Díganme sus mercedes, si vos que mandáis no os restringís en buscar vuestro placer y encadenáis a la mujer a las normas de sociedad, que vos y vuestros con generes impusisteis sobre aquellas que os dieron la vida…… “

Así se dio por concluida la ceremonia, en que esta gran mujer declaro, reclamo, hostigó, puso en duda cuanto muchas conocían, antes de que su vida se diera por concluida siendo su fin el castigo por blasfemia….

Como si de una sierva del mal fuese, solo por decir las verdades a la cara, esta mujer con un valor y una fiereza incomparables, luchaba contra la injusticia, luchaba por el corazón enjaulado de cada una de nosotras, luchaba por aquello que compartimos y tan felices nos hizo, amor, entrega, pasión, sinceridad, comprensión….. cuando en la mayoría de relaciones con varones no se hallaba y te sumías en la tristeza y la servidumbre.

Sentimientos que no quedaran en el olvido, momentos que me perseguirán tras su perdida, malditos sean, que por ser fuerza bruta no tengan corazón, malditos sean, por creerse los señores de este mundo, sin nosotras no serian hombres, sin nuestro amor no serian personas, sin nosotras no tendrían existencia……

Lágrimas derramo por esa luchadora, por esa amante que desfallecía en su intento por decir las verdades, que a todas se nos ocultaban y que solo algunas con valor por descubrir por sentir, por conocer y comprender quienes somos, cuanto sentimos, cuanto nos quita esta vida, llegamos a sentir la felicidad, en la sombra, sin poder mostrar nuestras miradas entregadas, complacidas en tan bellos sentimientos, compartidos y cómplices que en secreto coexisten con la dura realidad…..

Es difícil ver como alguien con quien se ha compartido tanto, alguien con quien has deseado pasar una vida entera se consume entre alaridos de desesperación, en la agonía de cruel castigo, ser lamida por las llamar hasta no dejar restos de su existencia, unos desechos que no puedan reconocer ni sus seres queridos, un dolor que sufrimos en silencio por no poder proteger lo que mas queremos sin exponernos a compartir su misma suerte, cruel realidad, cruel vida, cruel destino.

El tiempo pasa, mi alma muere, mientras veo como ella se desvanece, el dolor me arranca el corazón mientras siento su dolor como mío, es inútil ocultar la verdad, pocos conocen el amor, pocos se molestan en buscarlo, con satisfacer sus instintos basta, y las mujeres débiles en mayoría se dejan manipular y llevar por el mandato del hombre, me he de ver humilla para seguir viva, entregarme sin deseo, vivir sin amor, sin compartir un sueño con que ser feliz.

Esos momentos me persiguen cada noche, su perdida me inflige el dolor de la agonía, de su falta, de la injusticia por la que murió, no deseo ser tocada por ningún varón, si así fuera me vería mancillada en su posesión, es impuro dar cuanto no deseas, dar cuanto no se le es digno, antes lucharía, por conseguir un futuro digno, que ser vendida como instrumento de compañía…..

Cada noche vuelve, el cariño, la tristeza, la soledad y las lagrimas derramadas, que noche tras noche vuelven a caer, ya sea en el abandono por su falta, ya sea en el dolor de su pérdida, ya sea en el temor del futuro, ya sea en  anhelo de su recuerdo…..

Un camino busqué distinto al que me destinaron, un lugar en esta vida, que con orgullo pueda llevar sin perder mi dignidad, sin dar explicaciones ni razones a un dueño, como mucho a quien ofrezco servicios y educación, institutriz me he de volver, para así mi vida proseguir, lejos de un matrimonio concertado, lejos de ser una posesión, lejos de ser mas que un simple adorno durante el día y una esclava durante la noche……

Cada lugar al que llego, no me pasa desapercibido la tristeza de muchas, la resignación en la que viven, las miradas perdidas al pasado, el desasosiego de lo perdido y un anhelo familiar, casi imperceptible……

En cada uno de los hogares, mi estancia tiene un encuentro, con la vida, con los sentimientos que estas perdieron, o mas bien permitieron que quedaran en el pasado, pensando que podrían vivir como si nada fuera diferente,  mas si he de admitir, ninguna me devolvió el corazón que perdí aquella tarde, sólo me devuelven el insistente recuerdo, de que sigo siendo quien soy y a ellas quienes han sido siempre a la sombra del mundo...

Temo que mi amor se consumió, con las lenguas de amargura los restos que aún se sujetaban con el suspiro de la esperanza a su recuerdo, mientras éste poco a poco moría y se consumía en brazos de a quien mas yo ame….el fuego mató la esperanza de seguir a su lado, pero el dolor me trajo la amargura y el impedimento de amar a otra, dejando un endeble y fugaz sendero, insistentes fueron muchos, en busca de pretender de mi que me entregara a brazos infames, pero solo unas féminas me dieron algo de consuelo, aunque no hallara mi lugar, sé que me amaron, admitiendo que no pude ser fiel a ese sentimiento, ya que no las pude amar si pude respetar su entrega no regalando les falsas esperanzas.


Cada etapa acabada, dejaba una amante que descubría que llegaba a su fin la alegría compartida, descubría que volvía a la jaula que es su vida, descubría que no deseaba seguir con esas mentiras, mas si lo pensaba, ya no tenía solución, pues si se rebelaba correría riesgo de perder su vida y cuanto tenía, si una sola no tenía poder quizás en un futuro muchas si tuvieran algo que ofrecer, en un futuro quizás hallemos ese futuro que esperamos, y si así lo hallásemos……. El yugo desaparecería.


También tuve sorpresas, que me desconcertaron….. Hubo hogares, si hogares de aquellos en los que reinaba la felicidad, en los que una mujer y un hombre compartían una relación, una amistad, una igualdad, amor…… era inusual concebir a esas alturas que encontraría belleza en esas relaciones, sin embargo no pude evitar maravillarme de cuanto aprendía, compartiendo esos hogares, hasta hallar algún lugar que me agradara para mi, o encontrar de nuevo cuanto perdí…. Cuanto perdí, pienso, ¿y si lo que perdí tras tanto tiempo, ya no es lo que deseo?, no sé si temer que mi amor ya quedó marchito, si quedó en el pasado como un vago recuerdo, si en verdad tendré un nuevo futuro, no sé si quiero enamorarme de nuevo, o solo me abrazo a lo que perdí como un niño a su madre por miedo.

Una casa tras otra, adquiriendo informes y títulos, así como las mejores referencias, con los que el nivel y la categoría, fueron subiendo su estatus y fama a lo mejor de la educación, una institutriz de alto nivel, por supuesto esto también suponía un mayor salario y mayores prioridades y concesiones, cualquier error por efímero que fuera dejaría todos mis esfuerzos por los suelos, todo habría sido inútil, siendo no apta para el estatus que con tanto ahínco he alcanzado, siendo modelo y guía de alumnos de los cuales en mis manos tenía el futuro, de estos y la imagen de sus progenitores, así como que hicieran buen papel ante la sociedad. Ya que de ahí depende luego ser buen pretendiente a ojos de los otros progenitores y un buen orgullo para la familia en la sociedad, a fin de cuentas todo pende del hilo de la apariencia y las maneras, ahí es donde yo he de desempeñar mi papel con presteza.

Es primavera, y se me requiere como institutriz en otro hogar, de renombre y buen estatus social, esta vez requiere que eduque en maneras e idiomas a una joven, hija de un acaudalado lord, y así de paso también han incluido a la hermana de la madre, la cual han tomado a su cargo por apego a la familia. Otra solterona, como vulgarmente dicen en la corte, pero que en mi opinión resultan las más interesantes, ya que aunque algunas no tienen ese toque de estilo u belleza que se espera, es admirable el conocimiento y sabiduría que algunas albergan en su presunto silencio, que para ellas es la libertad de no darse un lugar por obligación y a su vez no servir a varón, tuvieron la suerte de quedar bajo la protección condescendiente de algún familiar, aunque pocas reciben ese trato, muchas son despreciadas y rechazas, por lo que por un módico sustento acaban en conventos sirviendo a Dios, hipócritas.....

He de trasladarme a la casa de campo donde ya se han instalado para disfrutar del buen tiempo y la tranquilidad que esto supone, ante todo la intimidad que dichas familias aspiran en estas épocas.

En la posición que disfruto no es algo fuera de lo común pasar las épocas calidas con dichas familias dando la aprobada educación que en todo momento los progenitores esperan ver inculcada en mis discípulas para placer de estos, y con todo para agotamiento de las muchachas que se ven sin respiro ni descanso, en el esfuerzo de complacer a sus queridos padres u tutores, en busca de su aprobación como tampoco puedo negar, las reiteradas protestas de la falta de libertad a sus edades, a lo cual para los que velan de su bienestar es un alivio pues así se aseguran de que no caigan en deshonra de cualquier calavera que gusta de doncellas inocentes… a veces no sé si pensar que son ingenuos o confían en exceso de su posición y medidas, pues en mi opinión la seguridad no es una rentabilidad si la dama o doncella en cuestión ignora tales medidas y desprecia la seguridad dispuesta…

Evidentemente yo he de señalar cual es el lugar en cada momento de una doncella en su posición para llegar a ser una dama de gran consideración en los bailes de presentación, en los cuales se las presenta en busca de marido o a mi modo de pensar al mejor postor y posición en la sociedad de los zorros de miradas y sonrisas falsas que ocultan un depredador mas peligroso que un astuto conquistador.

En verdad no dejo de pensar en esto, y diversas condiciones que conozco de muy cerca así como lo que bajo la sombra de éstas se esconde, que en la sociedad se ignora para solo tomar en cuenta el lugar que se ocupa y el poder que este otorga sobre otros miembros de menos condición, es una ironía de la vida, que gente con menos posibilidades sean mas felices, que aquellos de los que se consideran que todo lo tienen.

Mis posesiones ya están listas, mientras mi mente divagaba, mis manos diestras ya han preparado los bultos y maletas que me acompañarán en el transcurso de mi viaje, hasta mi futuro destino y nuevas obligaciones…

Me siento unos minutos, dejando vagar mi mirada alrededor, con la tristeza de dejar el aposento que ocupé y del cual ya tomé un cierto aprecio, en el sueño de que en un futuro podría disfrutar de un lugar propio con la calidez y la tranquilidad de que a fin de cuentas no tendría que depender de ningún varón, como tampoco tener que ceder mi persona como una propiedad a ninguno, ya que en mi opinión nadie se merece tal derecho…

Suspiro con pesar en la idea que la tranquilidad de esas cuatro paredes quedarán atrás para comenzar de nuevo con la rigidez de la vida de una institutriz sin permitirme el lujo de hacer amistades, que provoquen a mi alrededor debilidades que me puedan perjudicar como a muchas otras que han ocupado lugares similares y han perdido por celos de otras mujeres que han sentido su lugar usurpado, al igual que el peligro de intimar con ciertas depredadoras que desvelarían mi condición y lugar ante aquellos que mi sueldo disponen a cambio de una discreción que cuyo valor es mayor que el oro en esas familias que dependen ante todo de la apariencia, o quedar fuera de los corros de los rumores mal intencionados.

Es difícil moverse entre ellas, si no se sabe ver el interior de cada hembra que me aborda en busca de amor y placer, pero mas peligroso es caer en sus garras y convertirte en su presa y marioneta, ya que por un momento de placer pueden controlarte y convertir tu futuro en cenizas si no se las complace, y por desgracia el mayor peligro es ser sujeta a placer mientras éstas así lo dispongan, con la intención de no estar abandonadas sin arruinar su reputación, ya que todo queda en la sombra y en mi caso todo puede salir a la luz si ellas en un arranque de celos me descubren, es un riesgo que he de evitar a toda costa.

Suspiro en la tristeza de que me he de marchar y mentalizar de nuevo, de un nuevo comienzo, dejando atrás toda esperanza u sueño y centrarme únicamente en las reglas en las que mi vida deben ser regidoras de mi existencia, para presentar ante la sociedad de depredadores ésa máscara inmutable y rígida, pero con todo debo tener más cuidado con una mirada de debilidad, pues soy mujer y una amante de éstas,  la belleza y delicadeza no me pasan desapercibidas en ningún momento, el ansia sigue ahí esperando a ser saciada, por lo que yo misma puedo ser un peligro mayor para mí.

Un muchacho se presenta en mis aposentos, con cierta timidez y mirada atrevida, que mira alrededor como evaluando la tarea, suspira al comprobar que no es tanto como él esperaba, salgo tomando el corredor que da salida a la escalera y desciendo por ella con algunas de mis posesiones, seguida por el chico que carga el resto… En el momento que mi carruaje llegara para recogerme, el chico tenía la obligación de subir y avisarme, para luego ayudar a transportar mi equipaje a cambio de unas monedas, una tarea simple y agotadora, muchos llegan a la madurez reventados y con la espalda destrozada por exceso de esfuerzos.

Efectivamente un carruaje me espera a la entrada y es donde se cargan mis posesiones mientras me despido debidamente de mi anfitriona y me pongo al corriente del último pago.

El aire es pesado, la polvareda que levantan los caballos a su paso impregna el aire, lo que lo hace irrespirable, obligando a caminar con un pañuelo en la boca y la mirada gacha, el ruido es insoportable, es día de mercado y las calles empiezan a estar muy concurridas, un momento muy favorable para los pequeños rateros, que se mueven como sombras entre la gente, en busca de victimas desprevenidas, lo que provoca de vez en cuando un grito por aquí y por allí, con sus acostumbradas carreras entre la muchedumbre, al menos algunos pasaran ese día con un trozo de pan en el estómago si no los atrapan primero…

Me acerco al carruaje con paso seguro, tal y como debe ser, otro paso para un nuevo futuro, no tan distinto a los anteriores, apenas asomo el rostro al interior del carruaje el ambiente que se aspira es asfixiante, eso me dice que va a ser un viaje bastante molesto y agotador, ya que será difícil relajarse y disfrutar del recorrido…. A causa del cambio de luz del exterior al interior no percibo en un principio otra silueta en el mismo, solo al introducirme por completo e ir a colocarme en unos de los asientos puedo distinguir a la otra persona que por sus ropas distingo que es una dama, pese a que no soy capaz de ver sus facciones ni especificar su edad, algo que me daría un indicación de un tema a seguir para hacer el trayecto mas llevadero, aunque lo que realmente me causa curiosidad es como seria escuchar la voz de ésta sombra que resulta ser mi acompañante. Aun con todo, no estoy en posición de entablar conversaciones si no se me indica primero que tengo la palabra, rompería el protocolo y no seria digna de mi posición de tutora e institutriz, vistas a mi futuro empleo y lugar que he de ocupar, así que me limito a otorgarle a la dama la palabra si es que ella siente la confianza o el gusto de conversar en el viaje conmigo, mientras tomaré un volumen de los que llevo para hacerme compañía en las largas horas de soledad que pueda pasar en las ausencias y horas libres de las que disponga.

Apenas ha transcurrido una hora del viaje, me es prácticamente imposible concentrarme en la lectura, que me resulta un bálsamo para los pensamientos y recuerdos que me atormentan en la culpa y la pérdida, que me han excluido a esta vida de soledad, la verdad es que no puedo evitar sentirme observada y analizada por mi acompañante, la cual que intriga con su silencio, de vez en cuando se me va la mirada la cual mantengo baja, con el deseo de poder descubrir su aspecto oculto en las sombras, en la ligera circunstancia de que por casualidad una ligera claridad que se filtre en el interior ilumine su persona y desvele lo que a mí tanta curiosidad me provoca….

Lo que más me pone en guardia de esta dama es su aroma, el reducido espacio posee de por si un fuerte olor a piel recién curtida, pero con todo un ligero aroma embriagador llega a mi, con una delicadeza deliciosa,  a la que no puedo evitar responder con mis sentidos y sentirme atraída, algo me dice que su edad no supera la mía, a lo mucho me iguala, sea como sea, el caso es que necesito saber de quién se trata, poner barreras contra esta fruta del paraíso que se ha convertido en mi tentación en tan poco espacio de tiempo, esta situación me crea temor e inseguridad, por lo que me veo a la defensiva…

Es difícil decir cuando percibí un cambio en mi acompañante, tampoco se definir que me dio esa sensación y certeza, pero cada vez me sentía más segura de ello, mis miradas iban y venían de  mi libro a ella como si volviera a ser una quinceañera tímida y admiradora de la belleza que en aquellos momentos era mi devoción y en estos mi intriga….

Los minutos pasaban y la respiración se me hacia más pesada, noté un ligero movimiento y fue en el mismo instante en que la claridad le iluminó por unas décimas de segundo su rostro, fui cautivada por unos ojos preciosos de tono verde aguamarina, que brillaban con ese simple roce de luz, no me lo podía creer pero si tenía a una belleza salvaje viajando a mí lado, de edad casi similar a la mía, por no decir que pudiera ser mayor, apenas pude ver bien sus rasgos pero sus ojos eran como un espejo de vitalidad y fuego que cautivan las estrellas en su fulgor, no sé bien de dónde nacía estos pensamientos, ignoraba que pudiera alabar con la prosa a alguien, saliéndome tales elogios de mi interior y no de algo preparado para impresionar…. Pero ella había provocado mayor interés de lo que me convenía, pese a este hecho, no me importaba, solo respiraba por escuchar su voz….

Si la sensatez tuviera en esos momentos retiraría con disimulo mis ojos perplejos de tal belleza, la oscuridad la cubría de nuevo con su manto impoluto, pero mi mente retenía ese imagen, mi conciencia me reclamaba decoro, mi alma gritaba por que la besara, mi miedo me retenía, y mis sentidos se sentían fuera de lugar buscando mas rastros de su feminidad….

Algo en mí me permitió volver a mi lugar e incluso recuperar la compostura, la sensatez poco a poco me permitió recuperar mis pensamientos racionales y un mayor temor, esa mujer me gustaba me sentía más que atraída e incluso era imposible que apartara esos ojos de mi mente, debía averiguar de quien se trataba con premura antes de que cometiera una estupidez, pusiera en evidencia mi condición y perdiera mi reputación lo que conllevaría perder un futuro y comenzar de nuevo en otra ciudad u país. Esto es algo que sobre cualquier cosa debía tener en cuenta, ella no debía ser un obstáculo, por lo tanto las maneras y la educación debían de ser mi mayor barrera, si era necesario la frialdad, por muy poco que yo gustase de esta actitud.

Empecé por crear una conducta y ambiente sobre mi persona de frialdad y distanciamiento, en especial éste último, por anular cualquier influencia sobre mi persona de la atracción que desde un principio ella provocó en mí, y centrarme en mi lectura y en la compostura que debía guardar una vez me presentase ante la familia para ser luego informada de todo cuanto se esperaba de mí y bajo que condiciones se debía realizar mi tarea, mis honorarios ya fueron concertados pero por supuesto aún quedaba por considerar mis horas libres y según lo que los señores exigieran,  el material preciso para comenzar las clases y adoptar mi lugar sobre mis futuras pupilas.

Continué con mi lectura y mis pensamientos hasta que noté un cambio en el ritmo del galope y un cambio de dirección, eso me hizo pensar que en breve realizaríamos una parada de descanso y refresco, antes de continuar el siguiente tramo. Conforme los minutos pasaban el trote era más lento, el traqueteo más pausado, y el ansia de verla de nuevo y mejor, voraz…. No me lo podía creer pero estaba como perdiendo el control sobre mi misma, empezaba a plantearme sino debería abandonar esta oportunidad y alejarme cuanto antes de tal tentación…

Apenas el vehículo dejó de moverse, recogí mis pertenencias, recoloqué la cortina que me permitía leer con la escasa luz que entraba, evitando dejar ver a los pasajeros y así un posible atraco, como la intimidad de la otra viajera; yo por lo corriente una vez fuera de la ciudad y sus alrededores, me gustaba disfrutar del paisaje, pero el terreno estaba muy árido como para respirar cómodamente, era necesario que llegaran las épocas de lluvia y así en vez polvo disfrutar del aroma de tierra mojada.

Con calma esperamos a que se desvaneciera el polvo levantado por el trote de los caballos de tiro, al cabo de unos minutos el conductor desciende de su puesto para abrirnos la puerta y ayudarnos a salir, de estar a oscuras a verme deslumbrada por el sol, me obliga a cerrar los ojos ya que me ciega el cambio de luz, percibo un ligero movimiento de balanceo en el carruaje, la dama a abandonado su lugar y salido al exterior, algo incomoda pero sin perder mi rectitud aparente, sigo los pasos de ella y salgo al exterior, nos hallamos en un camino arenoso que cruza un valle y una posada rodeada de varios carruajes mas ubicada a unos metros de donde nos hemos apeado, un susurro me llega desde mi derecha, giro la cabeza con calma para ver quien ha sido, aunque no sepa que ha dicho, es mi acompañante y sus ojos detonan sorpresa y un brillo en esas esmeraldas que dejan pobre el verdor que nos rodea, sus labios carnosos son mordidos ligeramente y una ligera sonrojez se detonan en sus mejillas, en seguida rehuye mi mirada…

El cochero hace un ademán ligero de indicación de seguirle y nos habré camino como guía hasta la entrada de la posada, el local no está muy lleno apenas ocupan 6 mesas con sus comensales, posiblemente el resto de clientes se encuentren descansando en las habitaciones superiores, en esos momentos lo que más aliviaría sería refrescarme en un aseo retocar mi aspecto y sobretodo recuperar la compostura, es difícil dejar de pensar en ella, de no mirar sus labios y desearlos, de no mirar sus ojos y perderse en la intensidad de su mirada, es un peligro mantenerme cerca de ella, nunca me sentí tan cautivada y temer a la vez ser descubierta.

Sigo los pasos de la dama ya que de alguna manera me siento como su cuidadora para preservar su integridad y honor, así ha sido toda mi carrera y bueno la costumbre de ocupar mi lugar como tutora, la dama se dirige con cautela al encargado y le pide indicaciones para hacer uso del aseo, se vuelve hacia mi y yo asiento sabiendo de antemano lo que se espera de mi, su acompañante para evitar posibles infortunios, asiento indicándole que yo la seguiré y acompañaré, ella me devuelve el gesto bajando ligeramente los parpados, no estoy segura pero creo que su mirada ha bajado hasta mis pechos unos instantes antes de volverse a atender las preguntas del encargado, me tenso por la sensación que me provoca, es como si me encontrara ante un animal solitario y hambriento, no puedo permitir que ella vea mis reacciones, que me ha provocado deseos de aliviar ese apetito, de dejarme llevar como nunca antes…

Tras unos intercambios de saludos y recomendaciones la dama abandona la recepción o vulgarmente la barra, dirigiéndose hacia las escaleras, con calma las sube, al igual que yo mirando al frente pero sin perder detalle de cómo se mantiene el local en silencio, de la limpieza semi escasa en la que se encuentra, noto un ligero rictus en su espalda mientras sube, me gustaría saber que está pensando en esos momentos, también como sería su espalda sin el corsé y el vestido que lleva…

Mientras ascendemos alcanzando los últimos peldaños de la empinada escalera unos murmullos comienzan a correr por el piso inferior, cada vez con voces menos cautelosas con improperios obscenos e insinuaciones, algo me dice que debemos aligerar por salir de ese lugar sino quiero vernos en una situación delicada en la que mi protegida o así la defino, pueda verse insultada e incluso con la virtud dañada, algo que por ninguna razón debía llegar a ocurrir.

Al llegar al descansillo la dama respiró hondo como si se ahogara, algo le decía que la mujer llevaba alguna prenda más apretada de lo normal y que sufría ahogo por la presión de ésta, para un viaje tan largo no era conveniente seguir el protocolo y el estilo tan tajantemente, debería conversar con ella antes que se desmayara y fuera todo un inconveniente poder reanimarla, ya que entre el sofoco del viaje y esa prenda demasiado ajustada podría provocar un sobresalto mayor…

Apenas alcanzo la altura de su acompañante carraspeo ligeramente para avanzar por delante antes de acceder al dormitorio y comprobar que todo estaba adecuadamente listo para atenderla como era debido, así era una doncella ya subía la escalinata posterior con un balde de agua caliente y la tina situada al fondo del dormitorio ya desprendía vapores del agua que a acumulaba en su interior, se acercó a ésta a comprobar que sus aguas fueran puras para su uso y evitar sorpresas desagradables de anteriores usuarios…

Un muchacho apareció tras de sí cargando un baúl desproporcionalmente grande para el tamaño de su portador, el cuál se tambaleaba con el riesgo de caer con semejante peso sobre sí y posiblemente desparramando su interior a vista de cualquiera, sin dudarlo se acercó a éste lo tomo de un costado y con esfuerzo lo hizo al aire dejándolo a su lado con cuidado, el chico cayó sentado por la sorpresa, mirando a su salvadora incrédulo de que fuera ayudado en vez azuzado por su ineptitud, de la cuál no era culpable ya que su corta edad no le permitía alcanzar los mismos logros que otros jóvenes más maduros.

La dama la observaba sin perjuicio alguno, su mirada la evaluaba nuevamente e incluso en ciertos momentos se volvía intensamente fija, lo cual lograba inquietarla provocando un cierto nerviosismo en sus maneras, desde luego su belleza era magnifica y su silencio cada vez la intrigaba más por mucho que se recriminara a si misma.

Una moneda voló de sus dedos a las palmas del muchacho el cuál abrió sus ojos desmesuradamente, desde luego ha sido generosa muy pocos conciben la idea de premiar un esfuerzo a si, es más lo consideran un deber y que no precisa compensación alguna.

Ella se retira de la puerta para buscar la intimidad del aposento despidiendo con un gesto de su mano al personal, mujer de pocas palabras debo de añadir ya que muchos con la palabra fuera lo han descrito todo, apunto estoy de seguirles cuando se vuelve hacia y con un gesto de cabeza me impide abandonar su aposento y dejarle intimidad para su aseo personal, con un gesto se vuelve a girar regalándome una vista preciosa del su cuello despejado de su cabellera la cual ella sostiene con su mano izquierda y con la derecha me indica su espalda su voz vuelve a sonar melodiosa hechizándome los sentidos, pidiéndome ayuda para liberar los cierres de sus ropajes y aligerar así la presión de éstos, sigo sus indicaciones, sufriendo la mayor de mis condenas ver la piel mas bella e impoluta de manchas ante mis ojos, cuyo tacto sedoso enloquecería en la lujuria todo sentido común del cual me sostengo por no infringir mis votos, siento que soy capaz de comprometer mi situación en cualquier instante, temiendo por mi falta de control, sobretodo por dejarme al descubierto tan incautamente.

Un suspiro tras aflojar el último correaje del corsé provoca un escalofrío que me recorre de arriba abajo, pensando como seria escuchar un sonido así bajo mis caricias, transmitiendo el gozo por el placer provocado en una unión carnal, ella se retira para dejar caer las prendas al suelo y quedo indefensa ante tal espectáculo de belleza y sensualidad, ni una gata en celo podría simular unos movimientos mas seductores que los que poseía esta dama tan hermosa, el espejo del tocador me devuelve el reflejo de mi rostro, teñido de rojo, mirándola deslumbrada con las pupilas dilatadas, mis labios entreabiertos en una mueca grotesca pro el deseo que me provoca mientras mi tórax se mueve descompasadamente, he de salir de esta situación cuanto antes, no estoy segura de controlarme si sigo lidiando con mi deber y mi libido desbocada.

El desconcierto en el que me veo sumida me sume en un sin fin de dudas ya que el deseo que me consume me empuja hacia la culpable de mi estado a la vez que mi sensatez y promesas se ven en el apuro de perder fuerza sobre mi persona, cada vez tengo menos control sobre mis pensamientos lujuriosos, por cada movimiento suyo un pensamiento u acto se reprenda en mi mente, finalmente opto por abandonar sus aposentos con la excusa  de comprobar ciertas diligencias, la verdad no concibo alguna mientras salgo de la estancia intentando recuperar el control, desciendo los escalones y no he llegado al pie cuando escucho las voces masculinas con un cierto tono altivo en el que dan ciertas posturas de cómo tomar a una mujer y darle placer, el bello de mi nuca se me riza y preveo que nuestra virtud se halla en peligro no en si la mía pero desde luego la de mi acompañante no ha de ser mancillada, con todo los aplausos e incitaciones aumentan con cada minuto que transcurre, me siento paralizada recordando tiempos pasados en los que se intento curar a algunas de mis hermanas de visión con el acto sexual y cambiar su inclinación a través de la violación en conjunto, la repulsión y el terror hacen presa de mi consiguiendo devolverme las fuerzas para reaccionar y subir con apremio hasta la estancia que se nos ha adjudicado….

Entro sin pedir permiso, igual que no presto atención a la indignación e improperios sobre mi conducta por parte de la dama, me dirijo directa a la ventana tras cerrar la puerta con pestillo y llave, muevo el tocador hasta la misma, pese a que esta sea de madera maciza no implica que sus cierres aguanten un golpe potente con intención de derribarla, al llegar a la venta abro los postillos y me asomo, doy ordenes a la dama de que se cubra y se ponga sus ropajes sin el corsé y menos los visillos bajo el traje de lujo que llevaba puesto, ella no me comprende y se altera al ver que no dejo de echar miradas a la puerta, mi desconfianza la pone en guardia respecto a la situación en la que nos encontramos, ella me mira a los ojos en ellos ya no lucen la seguridad anterior ahora lo que muestran es pavor y mucha inseguridad.

Vuelvo a asomarme al exterior y compruebo que la luz de las velas de sebo delata el echo de que tengamos la ventana abierta, por lo que no pierdo tiempo en apagarlas volviendo a mi vigilancia,  la brisa corre fresca y la oscuridad del exterior apenas me permite visibilidad de la parte inferior de nuestra ventana, una puerta se abre bruscamente iluminando el bajo, resulta que estamos justo encima de la entrada, alguien es empujado entre carcajadas y palabras mal sonantes a fuera, el individuo cae de bruces al polvo  la luz ilumina sus vestimentas dejándome vislumbrar el uniforme de cochero, algo atónita soy consciente que ya no hay nadie en el interior para protegernos…. Si el hombre es capaz de levantarse y cierran de nuevo la entrada, quizás nos pueda ayudar desde el exterior, si trae el carruaje solo tendremos que precipitarnos a su techo y salir huyendo antes de que se percaten de nuestra fuga.

Apenas lo planeo con la esperanza de que todo salga bien alguien toca nuestra puerta pidiendo permiso para entrar, ella esta apunto de responder y le cubro la boca, impidiéndolo, esperando que eso nos de tiempo para que ellos se planteen otro modo de acceder al interior,  me mira algo confusa, supongo que espera que sea algún benefactor o puede que piense que yo misma pretendo algo deshonesto….

Un gemido en el exterior me hace volver la atención hacia nuestro cochero, apenas ha conseguido ponerse en pie, el hombre se balancea de un modo peligroso, por lo que parece nos ha protegido con su persona y ha salido mal trecho de la experiencia, mientras esté lo suficiente lucido como para atender mis órdenes me basta….  Comienzo a realizar sonidos con los labios para atraer su atención, en un principio no se da cuenta y eso me pone más nerviosa todavía, pues tengo la sensación de que perdemos el tiempo que tanta falta nos hace, vuelven a tocar la puerta con más urgencia, en estos momento una voz femenina con una acentuación de temor suena al otro lado, pide con urgencia ser atendida alegando una emergencia de nuestro empleado el cochero, desde luego la muchacha no lo puede hacer mejor, teniendo en cuanta a cuantos individuos debe tener rodeándola con intenciones lascivas y mal encaradas, le tengo lástima pero no por ello expondré nuestra seguridad.

La dama empieza a dudar sobre su situación, la tomo del brazo y con un tirón brusco la apoyo a la ventana y señalo a nuestro cochero ella hace amago de llamarlo, le vuelvo a cubrir la boca, ya que si la escuchan los de la puerta nos pondrá en una situación de mayor riesgo ya que sospecharan, es algo que no nos conviene, agarro las sabanas y cubro el bajo de la puerta para que nos e vea si hay luz o no en el interior, tomo una de las velas de sebo y la acerco a la ventana, ahí mismo la prendo y es cuando el cochero se vuelve a mirar hacia nuestra posición, mantengo a la dama en la ventana y el hombre diligente corre a nuestra ayuda, no sabe que hacer y mira en derredor, me estiro todo cuanto puedo al exterior para susurrar que traiga nuestro vehículo y lo coloque bajo nuestro, el hombre se queda en silencio mirándome un rato, yo me impaciento y comienzo a realizar gestos de riendas señalando debajo de donde me encuentro colgando, la dama toma iniciativa en ese momento a sujetarme para que no caiga al vacío, y ruego a todos los santos que tenga suficiente fuerza para sostenerme.

colocando las manos alrededor de mi rostro me atrevo a pronunciar mas alto las mismas indicaciones, el hombre algo sorprendido alza las cejas y sale corriendo raudo a cumplir mi orden, suspirando de alivio hago amago de sujetarme al bordillo de la ventana a la que casi ya ni alcanzo, me asusto cuando ella retira de mis caderas una de sus manos y sin esperar su gesto intento sujetarme a lo que sea pensando que me precipito, pero no es así, de alguna manera me sostiene y lo que es más mis manos a ciegas tropiezan con una suya que está extendía todo lo largo que es su brazo hacia mí para ayudarme a incorporarme, en ese instante doy gracias a los cielos y algo me dice en mi interior que para ser una dama es una persona muy fuerte.

Tras ser izada le indico que cualquier documento que de información sobre su persona lo coja e incluso joyas de valor, que le guardarropa se olvide de igual manera le indico que ya la abastecerán a su llegada de cuanto precise que es más importante guardar su virtud que proteger sus pertenencias, ella asiente con los ojos abiertos como platos, su miedo es cada vez más visible, aun cuando es de noche la luz de la luna me permite ver parte de su rostro y el semblante que tiene se asemeja al de una criatura aterrada apunto de ser castigada cruelmente, podría incluso sentirme culpable por no haberla tenido en la ingenuidad de lo que ocurría pero a fin de cuentas le puede servir en un futuro, para cualquier circunstancia pido a Dios que no llegue a ser y en todo caso que cuanto más lejos el peligro mejor. Miro en derredor y comienzo a abrir su equipaje lo registro de arriba abajo y hallo un paquete de piel vacuna bien curtida con su cinto y hebilla cerrando este en el fondo, lo tomo sin miramientos y me aseguro de que nada más se halle en el interior, una encuadernación de la misma curtición encuentro en el fondo oculto de la cubierta del arcón y tras esto me dirijo a la ventana con la esperanza de que ya esté nuestra vía de escapé esperándonos, así es, el hombre ató las riendas a su asiento para que estas no cayeran, y subiendo al techo extiende sus brazos con la intención de cogernos al aire, yo empujo a la dama al borde y ella temerosa se sienta antes de dejarse desliar por el borde, tomo su mano antes de que se deje caer y aguantando su peso la ayudo a llegar a los brazos del cochero, este la iza igual hasta el bajo del carruaje.

Un fuerte golpe me sobresalta, me giro para ver como la puerta se agita tras un nuevo embiste, ya se han impacientado y van a entrar por sus medios, me he de dar prisa, grito al cochero que coja sus riendas y con mi bolso y lo de la dama en el interior salto al techo me sujeto a los bordes y me mantengo así mientras el carruaje echa a correr apenas toco yo su techo.

El ajetreado sobre el carruaje es sumamente peligroso ya que apenas alcanzamos la sena que da al camino principal soy vapuleada por las ramas de la arboleda que cubre los francos del camino, me duele todo pero el terror a dejarme caer y que me atrape cualquiera que se atreva a tomar una cabalgadura y echar al galope tras nosotras es mayor que el mismo dolor.

En algún momento el cochero controla el pavor que siente a que nos sigan y decide detenerse, echa sus manos a las mías que están entumecidas de la fuerza que uso por no caer y me arrastra hasta el asiento delantero, me sostiene de los hombros mientras me anima a que entre al interior pero no soy ni capaz de responderle ya por si fuera poco ni siquiera estoy segura de poder sostenerme por mi misma, el pobre hombre con el rostro desfigurado que apenas se deslumbra por la luz de la luna, me sostiene mientras me hace descender al lado del carruaje, él baja tras de mí de un salto y yo me sujeto al coche por evitar caer al suelo mientras mis piernas tiemblan, agarrándome del brazo me guía hasta la puertezuela la cual abre y de un ligero empujón me introduce en la oscuridad del carruaje y cierra apresuradamente, parece que todavía teme que nos sigan y lo que es peor nos den alcance…

Apenas toco el bajo del interior ya que no alcanzo a sostenerme sobre el asiento mi cuerpo se deshace en convulsiones y los recuerdos del pasado vuelven a mi  memoria con todo el dolor contenido y el terror vivido de ser descubierta y sufrir el mismo final que mi único amor…

Siento que mi cuerpo arde a la vez que me deshago en temblores de frío e incluso de algo más que me deja en un estado de impotencia y debilidad total, no me atrevo a pronunciar palabra alguna, el carruaje se agita salvajemente bajo mi espalda y simplemente aspiro a que el movimiento de éste oculte mi estado a la otra ocupante.

En un principio no me percato pero cuando unas manos frías palpan mi rostro es cuando soy consciente de que ella está buscando mi persona e incluso me atrevería a decir que comprobando mi estado, no estoy segura de que decir a fin de cuentas dudo que ella se halla visto anteriormente en una situación parecida, algo húmedo y muy fríos es posado en mi frente para sorpresa mía, es como si la mujer intentara realizar unas curas sobre mi persona, no es algo que suelan realizar los lord pero sin embargo ella se está aplicando al asunto, ya que comienza a despedazar mis ropajes y bajo la tenue luz de la luna que se filtra tímida por la ventana, ella cubre con los trozos de telas mis heridas, intentando que deje de sangrar.

Ignoro de donde sacara ella el liquido para humedecer los paños pero empiezo a sentirme mejor, las convulsiones de las que soy victima empiezan a remitir, no estoy segura de cuánto llevamos dentro mientras el cochero azuza a las monturas a que sigan al galope, pero pienso que las va a reventar si sigue así, intento hablarle a la dama, indicarle que ordene al cochero que aminore la velocidad, ella consigue comprender mis palabras pese a que mi voz suena pastosa y floja, ella comienza a golpear el techo del vehículo hasta que el cochero comienza a aminorar antes de preguntarnos a media voz que precisamos, la dama sin remilgos se asoma por la ventana exponiendo medio torso por ésta, desde luego tiene valor ya que cualquier arbusto puede golpearla con severidad a tal velocidad, a gritos le indica al cochero que aminore, su voz suena calmada y autoritaria pese a los sucesos pasados, es como si estuviera recuperándose de todo y en cierta manera doy gracias de no estar al lado de una histérica.

El cochero accede con las típicas palabras “a su servicio” y atiende la petición de ella, el látigo deja de resollar en medio de la silenciosa oscuridad y ya solo se escucha el galope que nos arrastra lejos de todo y espero que a una seguridad confiable, ella sigue pendiente de mí, apenas en susurros ella comienza a hablarme y es cuando escucho un gracias de sus labios, agudizo el oído intentando comprender sus palabras ya que mis dientes castañean con fuerza y el frío que siento es aún mayor que antes, ella vuelve a hablarme y es cuando alcanzo a oír…

 “Perdonadme por desconfiar de vos, si no es por su coraje mi virtud y mi vida no seguirían intactos a estas alturas, os debo mi seguridad y bienestar, ruego que podáis en un futuro perdonarme por no seguir en un principio vuestras indicaciones…”

 Viniendo de una dama eso era muchísimo, era impresionante que alguien de su categoría fuera capaz de dejar de lado su orgullo y posición para expresar tales sentimientos y pensamientos en voz alta, algo en todo esto me traía una sonrisa de fe, a fin de cuentas no todos siguen un mismo régimen, algunos tienen integridad y valores por encima de su poción y ella parece ser una de esas personas.


El amanecer empieza a asomarse a través de las cortinas, tenue luz de la mañana que ni siquiera provoca calor en el interior el cual acumuló frío y humedad de la noche y al estar en movimiento las corrientes no permiten acumular un manto de calor con nuestra presencia en el interior, con todo se agradece esa gracia de nuestro señor de al fin poder ver la mañana y seguir a salvo, pese que todavía no hallamos salido del extenso pinar que todavía cruzamos y del cuál ignoro cuando dará a su fin, por supuesto he de tener en cuenta de que el trayecto tenia previsto cruzar la sierra Valenciana tras salir de la sólida muralla de de la ciudad de Valencia, de orígenes costeros y rodeada de l¨horta que provee diligentemente a todos sus habitantes y alrededores, desde luego esta ciudad es afortunada de poseer los antiguos avances que quedaron de los árabes tras ser expulsados y que otorgaron un gran empuje a mejorar muchos ámbitos de nuestra cultura y supervivencia, pese a ser invasores de tierras de no creyentes en la iglesia católica, aportaron mucho, en especial en la ciudad de la sabiduría como la bautizaron en el pasado, la Alambra, un palacio de dimensiones impresionantes y soberbia belleza para aquel que tuvo la dicha de llegar a disfrutar de ver sus jardines…

Mi mente divaga en tal dirección sin conocimiento de que me estoy dejando llevar de nuevo por la fiebre mientras mi cuerpo se siente entumecido por el frío, ella vuelve a tocar mi frente colocando otro paño sobre está, sus manos rozan mi brazo al retirarse y por reacción a mi piel helada me palpa éstos percatándose de que mi cuerpo está sufriendo tanto el estado febril  como las bajas temperaturas, apenas percibo que su cuerpo se alza del asiento que ocupa colocándose de pie, sospecho que algo busca en los compartimentos superiores, pero mi mente no da para más, soy incapaz de elucidar sus intenciones, los bajos de su ropa y capa rozan mi cuerpo que casi no está cubierto por ropajes ya que justo antes de saltar con las prisas me tuve que sacar el vestido con premura para poder alcanzar el carruaje con mi salto sin el peso adicional del vestido… el corsé y los visillos es lo único que cubre mi piel, con todo, tras el tiempo que transcurrí sobre el techo y las ramas azotando mi persona, no tengo seguridad de si quedan mucho de sus telas…

Como escuchando mis pensamientos, ella me cubre con una ligera mantilla de viaje, algo en su gesto me trae a recitar con una voz algo pastosa unas tenues palabras que no pensé tras tanto tiempo que llegara a pronunciar… “Loado sea el señor” a mi modo de pensar, debo dar las gracias por tener a ese ángel de mujer a mi lado.





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