domingo, 21 de agosto de 2011

PRESENTEN SUS ARMAS


En la existencia de nuestro mundo muchas historias han secundado a engordar nuestro libro gordo de “PETETE”…

De las más traumáticas y tristes voy a conversar con vosotros… si me lo permitís, dejaré danzar mi imaginación dando pasos de baile por aquellos días lúgubres…

Hubo un dictador, vestía chaqué, bombín y  bastón, con andares bamboleantes y un bigotito de tirita que daban ganas de darle el tirón, pues este personaje, con unas ambiciones desbordantes y delirantes, tenía aires de grandeza con una pose de arrogante y en penitencia…y con esas mucha penitencia tendría que hacer el sustituto de Satanás en la tierra…

Dictador de asesinos con la envidia y la avaricia dio salida a la caza de inocentes, las cuales se presentaban con corsés y ligas con sus medias sugerentes, y así nada mas… a dar gusto a las tropas para olvidar su mal, el seguir a un loco por exorcizar, ya podrían llamar a un cura… sentenció sin escrúpulos a los judíos que más que sembrar judías recogían riquezas y con ironía y astucia, compartieron con el prójimo su riqueza, con la ventaja de abrir sus puertas a los necesitados a tiempo parcial, con sus intereses en prestamistas convirtieron negocios sustanciosos…

Reyes entre reyes, descendientes de la sabiduría antigua y del conocimiento, les hubiera ido mejor siendo escribas….. y no caer en tamaña traición.

La envidia, mala consejera del prójimo, con grandes ansias atesoras y con faltas tiñes el mundo de sangre, cuando el patíbulo se yergue, llamemos a los doce del patíbulo y saquen con su insuperable ingenio a esta gente de la oscuridad de HITLER, dándoles la libertad, un bien mayor que todos ansían en silencio, y si eso poco parece, la persecución creó concentraciones de ricos comerciantes en campos de exterminio, bajo los mosquetes de los nazis, que bien mostraban en sus pantalones…

Estos pepinos, con amabilidad acompañaban a las cámaras de gas a los ingenuos, sustituyamos la sorpresa y el temor del momento, por las risas descuidadas a causa de un gas que la risa dio en momentos de desesperación… por error el nuevo cadete de bombonas se equivocó… y con estupor gran alivio se sintió….

¡A FUSILAR!, DIJO EL SUPERIOR.

Y las tropas a una los pantalones dejaron caer, para así mostrar su munición…

END

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