miércoles, 24 de agosto de 2011

LA FLOR DE LA VIDA




Era noche cerrada, solo se podían escuchar el ulular de los búhos y el transcurso de las horas de guardia del personal de la corte. Si en un castillo transcurre esta historia, y todo comienza esa noche….


A altas horas se siente una amenaza invisible en el interior de las murallas, alguien a atentado contra la monarquía, mas específicamente contra el príncipe, un crío de unos 10 años que descansaba en sus aposentos, no es mas que un muchacho rubio y alegre, de ojos vivos con una sinceridad que ha robado el corazón de muchos, la madre, una mujer de porte erguido, mirada dulce y risueña, cabellos dorados como el oro, con una entereza envidiable y una personalidad tenaz, ha tenido la desgracia de hallarlo con fiebres y no se sabe la causa,  cabe la hipótesis de que le hayan envenenado…


El rey llama a los sabios y curanderos con la esperanza de que estos ayuden al infante a salvar su vida, pero ante la perplejidad de este le dan una mala noticia y otra buena, pero claro esta no tan buena.


-         primero, el veneno es mortal y tiene muy pocas posibilidades de salvarse, pues el antídoto es prácticamente imposible de conseguir.


-         Segundo, si que existe un antídoto, pero se haya en el volcán  que hay al otro lado del bosque de los malditos, por lo que no ven posibilidades de salvar al muchacho.
Cabe explicar que el Bosque de los malditos…. Es un bosque por donde ningún ser vivo ha sido capaz de pasar y menos sobrevivir, las almas que descansan en ese lugar, no permiten que sea pisado por ningún ser vivo, allá fueron desterrados en el pasado a condenados y a traidores del reino.


El rey se desmoraliza, cuando le explican que la vida de su hijo depende ni mas ni menos que de una flor que solo brota y florece en la cúspide del volcán, se siente impotente, no se ve mas que como un hombre al que le han dado unos poderes que no merece, unas responsabilidades que puede que le arrebaten a su hijo, ni su temple, ni su valor, ni su justo reinado, puede salvar a aquello que mas quiere, se siente desdichado, ante el hecho de tener tanto y sentirse tan poca cosa.




Los reyes lloran desconsolados afligidos por la desesperación de perder a su único descendiente, el consejero de su majestad intenta hallar al causante de tal mal….


A las dos horas de hallarse sumido en su desesperación, el rey se presenta ante la corte y exige que se les sean presentados a los mejores paladines del reino, pues es su deseo encomendarles una misión de gran importancia, en esos momentos nadie puede decir que tengan a un hombre consumido por el dolor, sino a un hombre, un rey con la determinación de la lucha, la fuerza del valor que lo caracteriza, y esa mirada penetrante, a la que no hay ser vivo que pueda mantenérsela sin tener que retirarse, pues todos la rehuyen, como si fueran niños que hubieran sido pillados en falta.


Finalmente esta decidido, enviara a sus paladines, en busca de tan codiciada flor, único remedio que evite la muerte del príncipe,  piensa luchar por su hijo hasta el final, es lo único que le importa, y el dolor que siente no le permite pensar en nada mas, si no lo salvase no le serviría de mucho seguir ocupando su trono, ya que su mayor deseo es traspasar los poderes y responsabilidades de este a su descendencia, y para su desgracia solo posee un varón, que pueda ocupar el trono, aparte de este tiene dos hijas ya casadas y sabe que en caso de que ocurriera lo peor deberá delegar en un futuro las responsabilidades en manos de uno de ellos, y si es sincero no es algo que se halla llegado a plantear hasta un presente.


La impaciencia consumía las horas del día, mientras el palacio entero se hallaba a la expectación de las noticias de quienes serian, los valientes que se presentarían a la misiva para la misión encomendada,  la espera concluyo al caer la noche, pues llegaron  seis voluntarios a las puertas, y tras la sorpresa de todos fueron presentados en el salón de actos, para ser informados de las ordenes a recibir, y así partir cuanto antes.


El grupo estaba formado por dos comandantes, el hijo de un lord, un capitán, el hijo segundo del consejero del rey y un hermano de uno de los yernos del rey….


El comandante de mayor altura, un varón de complexión fuerte y mirada dura, que es respetado por todos y tiene a su mando a la caballería de palacio, es el que mas resalta del grupo, ya sea por su altura, su tez morena o sus cabellos largos, y por el cual no hay dama que no suspire a su paso, esta acompañado por una muchacha alta para ser mujer, joven de unos 25 años mas o menos, morena no tanto como el comandante, cabello rubio y corto, ojos verdes como esmeraldas que da la sensación que lo ven todo, y un porte orgulloso, esta claro que se trata del otro comandante, ambos esperan en posición de firmes como buenos soldados. Junto a estos se encuentran dos caballeros que cuya presencia da la sensación de hallarse ante miembros de la corte, y puede que no sea muy equivocado, ya que un muchacho alto de cabellos ensortijados y largo, mira nerviosamente a los dos comandantes como si estuviera intimidado por estos, mal asunto anda pensando el rey, el otro con una tranquilidad de su condición mira al frente sin pestañear, como desafiando a cualquiera que pusiera objeciones por presentarse, peor aun, puede que cree problemas mas que ayudar, y tampoco se sabe si fiarse de su ofrecimiento, recapacita el rey, mientras los observa, los dos últimos, son toda una sorpresa, un capitán que ha demostrado su valía y se ha ganado la consideración de sus superiores, y el hijo del consejero y amigo suyo, no puede evitar mirar a su padre, sabrá que no estará de acuerdo, pero es la decisión del muchacho, todo esto pensaba conforme los evaluaba y se acercaba al trono.


El rey los miraba, sin pestañear, finalmente pregunta….


        -  Os habéis presentado voluntarios para salvar la vida del príncipe, y me alegro mucho por vuestro ofrecimiento y lealtad a mi persona, sin embargo os he de preguntar algo, ¿Cuáles son las razones que os impulsan a cada uno a tomar esta decisión?


Todos quedaron en silencio, sorprendidos ante la pregunta del monarca, se miraban  unos a otros sin comprender la actitud de su soberano….


El rey se levanta del trono y se adelanta hasta el comandante de caballería, y le indica que comience el mismo a dar sus razones.


-         Su majestad es bien sabido, que siempre os he servido, y si os he de ser sincero, prefiero arriesgarme a hacer algo, que a quedarme de brazos cruzados si en el reino sucede algún problema, de ahí que me presente, solo le ruego que me acepte para la misión y daré lo mejor de mi mismo.


Tras un cabeceo del monarca se dirige al otro comandante, una muchacha de la guardia femenina tal y como pudo comprobar en el escudo que exhibía su capa, y le indica que comience a dar sus razones.


-         Al igual que el otro comandante no me se estar en paz ante tal problema, si puedo ayudar y dar solución a este pesar aquí estoy para hacer todo lo que se pueda.


El rey asombrado por la lealtad de ambos y entrega de estos, los mira y dice:


-         Preparad cuanto necesitéis y pedir cuanto creáis que os haga falta, partiréis al amanecer. Y que los cielos os acompañen y lleguéis a vuestro destino. No olvides despediros de los vuestros.


Ambos se postran ante el rey, y tras esto se alzan y retiran sin más dilaciones, mientras el rey sigue con su pregunta, y se dirige hacia el lord y el familiar de su yerno, indicando a ambos que hablen.


-         Al igual que mi padre en el pasado os sirvió a vos y vuestro padre, me siento en la obligación de ayudaros a salvar la vida de vuestro hijo. – dice el lord-.


-         Mi hermano y su hija son familia mía, los aprecio mucho al igual que a todos ustedes, y deseo ayudar,  si con ello evito mas sufrimiento. – dice el hermano de su yerno 


-         Os agradezco vuestro ofrecimiento, pero es bien cierto que ambos sois de gran aprecio y que no quiero ver sufrir a vuestras familias, además de que no tenéis experiencia en la batalla, por lo que seria mas fácil perderos a que pudierais sobrevivir, sin embargo si podríais ayudar a averiguar quien ha traicionado a mi familia, envenenando a mi hijo, espero que no rechacéis mi petición, y no os sintáis heridos, por no haber aceptado vuestra propuesta inicial.


Ambos se miran con pesar y algo incómodos, pero no protestan ante tales palabras aceptando la petición de atrapar al traidor.


-         Ya solo faltáis vosotros, decidme vuestras razones y sabremos si marchareis tras los comandantes o quedareis en el reino a perseguir al traidor de esta tierra.


-         Majestad, mi padre y yo os hemos servido siempre con devoción, ya que mi padre busca al causante del envenenamiento yo deseo partir en busca del remedio, siempre he intentado hacer cuanto ha estado en mi mano para ayudar, ruego que aceptéis mi voluntad de sumarme a los comandantes, no deseo defraudaros.


-         Yo entre a vuestro servicio, para serviros con mi lealtad y entrega, deseo salvar la vida del príncipe, y ayudar en lo que pueda, si puedo partir pienso que habrá mas posibilidades de éxito, aunque se piense que es un imposible, tengo intención de dar todo lo que pueda por vos y vuestra familia, es mi deseo partir también es pos de la flor, ruego no me rechacéis, se que soy el mas joven, pero eso no quita valor ni entrega a mi persona, majestad.


-         Os entiendo a ambos, y me siento honrado por vuestra entrega, id tras los comandantes y antes despediros de vuestras familias, decid a vuestros comandantes que partiréis al amanecer, y que Dios os proteja y os lleve a buen fin, muchachos. Id en paz.
El rey pudo apreciar el alivio de ambos tras su consentimiento, y la mirada de emoción que ambos expresaban, se sintió dichoso de tener a personas así a su servicio, y a su vez apesadumbrado por la posible perdida se semejantes individuos, pocos pueden albergar valores como los que estos albergan en su interior. Ya solo podía mirar a su amigo y sentir la inquietud de este, ante la pronta partida del muchacho, el rey le alentó con un gesto a que fuera tras él, y aprovechara las pocas horas que pudieran pasar ya juntos.


Así tras esto, ya se ha decidido quien ira en busca de la flor de la vida, como ya la llamaban en la corte, y para muchos en su pesar, la que se llevará las almas de los voluntarios, pues todos eran conocidos por su buen hacer y entrega,  así que la tristeza pesaba en los corazones del reino, no había un hombre en la tierra que no sintiera pesar por tal entrega de valor, y tal vez de desdicha.


La noche transcurre bajo gran ajetreo, con los preparativos para la salida de los paladines ya elegidos, así como de la búsqueda del veneno y su poseedor, pues los que no marchan ya cumplen con su labor, y de ganarse el respeto por sus esfuerzos.


Amanece y cuatro sombras se distinguen en la lejanía marchando al galope hacia el lugar que será su destino y para el pensamiento de todos su tumba, pocos tienen esperanza de que lo consigan, por eso la marcha es triste y dolorosa.


El comandante de caballería abre la marcha, se llama Aitor y le acompaña la mujer que responde al nombre de Dalia, el capitán Thomas y el otro muchacho Gálian los siguen en silencio,  pero sin retrasar la marcha, y la pregunta que todos tienen no es otra, ¿qué quién conseguirá la flor prometida?, pero todos saben también que primero tienen que cruzar el “Bosque de los malditos”, y nadie sabe como atravesar tal lugar, ya que nadie antes ha vuelto de aquel sitio, es un lugar que hasta los mas ancianos temen.


Van pasando los días, tres para ser exactos y ya divisan el bosque, deciden ir juntos para tener mas oportunidades, pero todos sienten la rivalidad que se respira en el aire, pues todos son buenos en el combate y han acumulado diversas hazañas durante su servicio al rey, no saben que ocurrirá ahí dentro, pero solo esperan que no se dividan en un mal arranque de lucha por el poder y liderazgo del grupo.


 Thomas, que no tendrá más de 21 ó 22 años, llevaba perilla y su pelo ondeaba al viento con ese color castaño miel, tan curioso, sus ojos perdidos en la lejanía de un color marrón oscuro se le veía perdido en sus pensamientos mientras montaba su caballo, finalmente pregunta a Gálian cuanto tiempo tienen para poder salvar la vida del príncipe, Gálian mira a sus compañeros con pesadumbre, y les confiesa que es un veneno que consume el cuerpo y el alma del afectado muy lentamente y que muere con mucho sufrimiento, puede durar así unos 15 días, pero conviene tardar menos, para que la vida no esté tan consumida y tenga más oportunidades de salvarse, si pudieran tardar menos de ese tiempo seria un milagro, teniendo en cuenta que solo llegar aquí ya han sido 3 días, no pueden retrasarse más , y además el día que transcurrió tras el envenenamiento del príncipe ya hace un total de 4 días, así que ahora el mayor enemigo en contra es el tiempo….


Sin mirarse entre ellos ni a sus espaldas descienden el terraplén que linda con el bosque, el silencio que se escucha es opresivo e inquietante, parece mentira que entre tanta espesura no se escuche ningún animal ni ser vivo, da la sensación de un lugar vivo en apariencia y sin embargo tenebroso a su vez.


Apenas pisan la espesura que da comienzo a los limites, sienten un frío denso que los abraza, como si los acogiera, alguno ya piensa que los espíritus ya los llaman a su regazo, para tomar sus vidas y su eternidad, ante la expectación y sorpresa de los cuatro ven una figura que se yergue ante ellos, con una dignidad que impresiona, sienten una especie de tanteo en sus mentes, y de golpe dentro de ellos una voz que provoca escalofríos les habla, “ vosotros que acudís a este lugar, sabed que la muerte gobierna aquí, el que pase de aquí su vida entregará, si queréis vivir volved y no volváis”, los dos comandantes desmontan y cargan con su equipaje, pues deciden que los animales no pasen, el lugar tiene una espesura que no permite pasar a caballo, hay que hacerlo a pie, y no hay que demorarse.


Sus compañeros toman ejemplo e imitan sus acciones, Gálian se gira hacia la figura que sigue en el mismo lugar y le dirige la palabra.


-         Tu que guardas este lugar, no es nuestro deseo perturbar el descanso de los difuntos, más es nuestra obligación llegar al otro lado para poder salvar la vida de un niño, solo deseamos pasar libremente si vuestro permiso nos concedéis.


Es impresionante comprobar el temple del joven ante el espíritu, todos le miraban contemplándolo con asombro, parecía mentira que en verdad se pudiera conversar con un ser del otro mundo, el joven de cabellos largos y rubio, se mantenía firme, esperando como si en realidad supiera como actuar en una situación similar, al mirarle a los ojos de un azul claro intenso, solo de mirarlos parecía que mirasen a la voz de la sabiduría, era increíble la sensación que transmitía, y en realidad si no fuera por esos momentos nadie lo sospecharía, desde luego tiene en quien parecerse al fin y al cabo. Finalmente todos dejan de observar a su compañero y se giran hacia el bosque.


La figura no hace gesto ni se mueve, solo esta ahí, como esperando y de pronto se la vuelve a escuchar como antes, “ en lugar maldito deseáis pasar, sin derecho alguno, vuestra palabra no tiene peso entre los muertos, solo el elegido nos dará paz, solo él tiene poder sobre los espíritus, solo él nos liberará, mas sino sois dignos, falleceréis en este lugar, vosotros elegís forasteros, solo os digo, este no es vuestro lugar”, y como si no hubiera estado nunca ante los presentes, la imagen que les dio la llegada a desaparecido.

Todos miran alrededor como esperando algo mas, pero al no recibir mas indicación siguen adelante.


-         Bueno al menos hemos confirmado lo de los fantasmas, ya no se puede decir que no existan, solo que seguimos sin saber como lidiar con ellos o que nos pueden hacer. –dice Dalia, como impresionada, pero no se puede decir que este acobardada-.
Todos asienten y caminan, es mediodía pero no paran a comer, necesitan la luz del día conforme avanzan escuchan voces y lamentos, sienten que los observan, de vez en cuando se distingue como una sombra….


Y sin previo aviso una gran serpiente se cierne sobre ellos, descendiendo desde las alturas, su tamaño intimida, pero todos desarman las espadas y se separan dejándose espacio a todos para defenderse y atacar a la criatura, es rápida en su ataque, y los dientes son enormes, el veneno que destila se huele a distancia, es repulsivo se ven obligados a contener las arcadas mientras se enfrentan a ella y salvan la vida como pueden, ya que cuando retrocede y se esconde en la espesura no pueden ver por donde se acerca…. Llega un momento en que Aitor les indica que lo rodeen y lo oculten, no están seguros de lo que se propone pero obedecen, este se agacha, como listo para saltar sobre su presa, efectivamente esta se cierne sobre ellos desde arriba, creyendo no ser vista, pero en el último instante Aitor se levanta con la espada bien firme y atraviesa la cabeza del reptil, que en pocos minutos todo el cuerpo de este se desploma hasta quedar colgando de las ramas altas, como si de una cuerda se tratase…..
Thomas se acercó y sin muchas contemplaciones le cortó la cabeza, sin podérselo creer mucho, vio como ante sus ojos se esfumaba, en una especie de humo que ni se discernía apenas de la niebla que empezaba acumularse alrededor.  En ese momento Gálian les pidió que se acercaran a él y sin muchas contemplaciones les ató una cuerda a la cintura, diciéndoles que era una medida de seguridad, que impediría que se separaran o que alguno cayera por alguna pendiente, todos sonrieron como diciendo bueno si tu lo dices….
Continuaron sin descanso sin saber el tiempo que pasaba, ni cuando descansarían, pero tanta niebla les confundía, no tenían claro si caminaban en la dirección correcta o no, pero pensaban que asentarse talvez sería mas peligroso. Al menos así pensaba Aitor, pues Thomas estaba cansado de ir sin saber hacia donde, y Dalia la verdad no confía en absoluto en su alrededor, sentía como si algo nuevo se les fuera a echar encima, y tras la serpiente ya no sabia que sería lo siguiente. Pues si por pesimista o por aprensiva vino lo que se temía, se oían por todos lados, los gemidos se sentían mas cercanos por momentos, cuando para horror de los cuatro, se encuentran rodeados por esqueletos, unos ataviados con armaduras y otros cargaban escudos y hachas,  desde luego no se podía negar estaban ante un ejercito, idea conjunta mas bien decir ya que todos coincidían en que eran muy numerosos, se podía pensar en ellos en  las tropas de la muerte, teniendo en cuenta el lugar y sus historias, y como si volvieran a estar en el campo de batalla ante un enemigo conquistador, se prepararon y buscaban conforme abatían a un enemigo tras otro una salida, la cosa estaba mal con la niebla que no les permitía ver nada en absoluto, tenían que avanzar no dejarse atrapar, si los acorralaban no sabrían cuanto podrían aguantar así, todos tenían experiencia suficiente como para saberlo y ante todo cubrirse los unos a los otros como buenos camaradas…. Pero no todas las tenían consigo, Thomas fue herido por un contrario que era dos veces mayor que el capitán, y aunque la herida de momento no parecía grave, sangraba mucho y eso si que se podía volver un problema, ahora solo podían pensar que la situación empeoraba por momentos, urgía encontrar una solución, sino querían sucumbir apenas comenzar la misión, la idea de no tener posibilidad les renovaba las fuerzas por instantes, la visión de rendirse ante las circunstancias no era del agrado de ninguno y como si supieran lo que el otro pensaba, peleaban con mas ahínco, desde luego daba la impresión de que no se agotaran nunca.
De pronto una voz poderosa se hace oír entre los gemidos solo que esta se oye desde el interior de sus cabezas lo que desde luego incomodaba, “siento al elegido, a aquel que procede de dos mundos, aquel con el conocimiento y el poder de darnos la paz, que se presente y hable o morirá y formara parte de esta vida, eterna y maldita”, Dalia los mira a todos pues los esqueletos cesan en su ataque esperando la respuesta esperada, no lo entiende, que buscan o a quien buscan, en ese momento se fija en Galian, esta pálido y tiene la mirada extraviada, en ese instante piensa que no es posible, que ha de ser su imaginación, pero todo lo tira por tierra cuando ve que el muchacho se desata del grupo, se da la vuelta y los mira, dubitativo, buscando la palabras los mira de frente y les dice que cuando era niño su madre le contaba unas historias, muy fantasiosas e increíbles, que a él le encantaban y eran sus favoritas, que siempre al acabar de contarlas  le pedía que las recordara bien, que eran historias del pasado, que jamás han de ser olvidadas, que en un futuro todo ha de ser restaurado, y solo aquel con el conocimiento y el don podrá cumplir con su destino, no pensó nunca que fueran ciertas hasta ahora, desde que entró en el bosque no ha parado de recordarlas y de escuchar las voces de los difuntos, en ese momento todos le miran estupefactos, ninguno sabe a que se refiere, solo escuchan gemidos, sin tener en cuenta esto Gálian indica que si lo que su madre le contaba era cierto él era a quien buscaban, y el único que podía dar la paz a las almas en pena, entonces tal como cuenta la historia, el debía poseer ese poder a través de la sangre de sus venas, como descendiente directo del primero, y que la única manera de salvarlos a todos era cumplir con su destino, así ellos cumplirían su misión, debían salvar al príncipe….
No se lo podían creer, no era posible, no lo comprendían, necesitaban una mayor explicación, no solo trozos de unas historias de cuando era un niño, le miran y sin estar muy seguros de porqué, en esos momentos se dan cuenta que solo podían confiar en su palabra, cuando vuelven a fijar la mirada en el hombre que tenían ante sí, pues tras lo ocurrido y como actuaba era difícil verlo de otra manera, aceptando su destino como el mayor héroe de la historia conocido.
Gálian, realiza unos cortes en las palmas de las manos y las extiende, alzándolas como si de un sacrifico se tratase, acto seguido comenzó a recitar las siguientes palabras.
-         Vosotros que la vida eterna tenéis, que vivir malditos por vuestros pecados, camináis en la desolada vida y muerte, sin ser parte de nada, arrepentíos de vuestros pecados, perdonar al prójimo y tomad con dicha aquello que se os fue negado, solo aquellos que cumplan con los deseos del cielo tendrá las puertas abiertas a la paz de los cielos, venid a mi con humildad desdichados de las sombras, polvo del polvo sois, entregad vuestros deseos de venganza y sucumbid al deseo de la paz eterna.
Después cierra los ojos, y ante la estupefacción de sus compañeros ven como unas alas transparentes se extienden cuan largas son  desde los omoplatos del muchacho, era como ver un ángel del cielo renaciendo en la tierra, parecía un imposible hecho realidad, así era y lo mas fascinante, cómo esos espíritus comienzan a pasar a través del chico para dejar de ser lo que eran y ascender como luces benditas, parecían estrellas que volvieran a recuperar su lugar en los cielos. Uno tras otro,  se dirigían a recibir su entrada a los cielos, dejando sus armas y todos los malos sentimientos…
Era difícil pensar que estuviera sucediendo eso ante sus ojos, que estos espíritus le hicieran caso, como si de su señor se tratase, no comprendían pero la realidad estaba ante ellos.
-         Escuchad os esperare aquí debéis marchad hacia el volcán uno de los espíritus  os guiara, mientras yo cumplo el deseo de los infelices, sed cautos no todos recibirán con gusto mi llegada, el peligro no ha pasado, no todos han esperado este momento, cuidaros espero volver a veros sanos y salvo.
Dalia asiente, no desea preguntar, sabe que no es el momento que han de cumplir su propósito, vinieron a por algo y de todos modos ya obtendría las explicaciones pertinentes mas tarde si nada malo ocurría, y si se quedaban la decisión que había tomado  Gálian no serviría de nada, pero antes…..
-         Gálian, no quiero dejar a Thomas, pero para serte sincera, iremos mas lentos si cargamos con el y no se si contigo correrá peligro.
-         Dejadlo, si alguno intentara algo, las puertas se cerrarían, y ellos no lo van a permitir, cuidaran de mi y de él para que yo continúe, estad tranquilos, yo los escucho y ellos a mi.
Ambos comandantes asienten, y sin prestar mas atención reemprenden la marcha, para sorpresa de ellos el fantasma que va a guiarlos es el mismo que los recibió en la linde del bosque, este cabecea como dándoles la bienvenida y ante un gesto de este, la niebla se abre mostrando un sendero que han de seguir, el espíritu los precede, guiándolos como si se tratara de sus huéspedes, si lo piensas de esa manera no se puede negar que mas o menos es así. Ahora sienten un silencio opresivo a su alrededor lo cual lo hace mas opresivo, cualquier sonido provoca reacciones defensivas en ambos, el fantasma sigue como sabiendo que nada sucede, le siguen sin comprender muy bien como o porque confían en éste, es así pese a todo. Horas mas tarde amanece, de pronto el fantasma se detiene y alza las manos, una niebla nauseabunda les rodea, como si una mano invisible los guiara, el guía fantasmal alza las manos y ven como otra capa de niebla más clara hiciera de escudo, evitando que la primera se filtre y llegue hasta ellos, este les insta a caminar tras él, continúan en completo silencio mirando con recelo a todos lados y como por arte de magia se encuentran casi al pie del volcán, pero como era de prever no todo sería tan sencillo, pues el espectro se gira hacia ellos y les dice, “os esperan, no desean dejaros pasar, algunos saben por que estáis aquí y desean ver pérdida la dinastía de del Rey, ya que muchos vinieron a parar aquí tras la decisión de sus antepasados, el pasado es pasado, pero no todos lo ven así, deberéis luchar para llegar, ellos no podrán salir del bosque, si alcanzáis las tierras yermas estaréis a salvo”.
Sin mas que decir echan a correr separándose del guardián que les ayudo, y corren por conseguir su propósito, solo escuchan el latir de sus corazones, y por cada enemigo que encuentran la rabia contenida estalla, un demonio los guía, un deseo mutuo, y una entrega completa a su decisión, a su misión, no piensan detenerse, siguen sin saber a cuantos abaten en su camino, de pronto se detienen ante algo terrorífico y nauseabundo, una especie de bestia alada gigantesca los espera, es algo tan impresionante que provoca terror solo mirarla, no pueden pasar han de luchar como sea contra ese ser, solo pueden esperar a ver como se mueve, ambos se dan una señal de asentimiento y se acercan con cautela, la bestia se lanza de zarpas hacia ellos esperando desgarrarlos con sus garras, ellos son rápidos y Dalia demuestra una gran agilidad, en ese momento Aitor se da cuenta que ella tiene mas posibilidades en el ataque y que el puede mostrar una mejor defensa, se lo hace ver, ella comprende enseguida el lenguaje de signos y eso le da mas tranquilidad, sabe que puede confiar en ella, siguen combatiendo con una gran muestra de coraje y destreza, bien compenetrados parecían dos gemelos que conocieran los actos de antemano del otro, Dalia consigue desmembrar una garra, aprovechan el momento y le desgarran las alas, ya no puede elevarse para eludir sus ataques, se sienten mas confiados y no pierden la oportunidad, continúan atacando ambos y consiguen finalmente decapitarla entre los rugidos de ésta, al igual que la serpiente, esa especie de bestia putrefacta se deshace sin dejar rastro, por desgracia no tienen tiempo de vanagloriarse, les acometen un nuevo grupo de enemigos esqueléticos, corren sin cesar luchando sin descanso, no parece que se acaben y sin saber cuando, ni como llegan a la pendiente, se miran con asombro de haber llegado ambos, con heridas leves y superficiales, sin aliento, pero sanos. Asienten confirmándose ambos que pueden seguir, se miran como evaluándose, sin saber si alguno desfallecerá por el agotamiento, pasan unos instantes y se dan cuenta que se están mirando, perdiendo ese tiempo tan valioso, Aitor toma la iniciativa y comienza la ascensión, el calor es opresivo, y el aire cada vez más tóxico, se atan a la nariz y boca unos pañuelos humedecidos con el agua que las cantimploras aun contienen, ascienden lentamente sin casi parar mas que para recuperar el aliento, parece mentira que aún se tengan en pie, pero su determinación les da fuerzas para continuar, la subida es agotadora, el aire enrarecido les hace escocer los ojos, pero saben que no se pueden echar para atrás, así que continúan, casi sin descanso, unas corrientes de aire fresco les da ánimos, sienten recuperar las fuerzas y los ánimos, no están seguros de lo que eso significa pues creen que el calor debería ser cada vez mayor, casi sin darse cuenta, se hallan en la cima, una vez en la cumbre mirando en derredor, no pueden creer lo que ven ante ellos, no es posible, es una maravilla, un paraíso, el jardín del edén traído a la tierra y echo realidad para los hombres, éste cubre todo el cráter, es un inmenso valle, una preciosidad de la naturaleza y a la vez como un paraíso de los dioses.
Y ante ellos la flor descrita por el sabio que les dio las instrucciones de cómo reconocerla, dándoles la bienvenida, Dalia saca un saquito de cuero y con cuidado, desentierra un par de ellas, replantándolas en el saquito, son preciosas, parecen de oro por su color pero son sueves como la seda y cálidas, nadie diría que pudiera existir algo semejante. Mientras la admiraba Aitor le recuerda que deben darse prisa, deberían ayudar cuanto antes a sus compañeros ya que estos les esperan arriesgando sus vidas, todavía han de llegar hasta Thomas y Gálian, planificar como volver lo antes posible, no saben como de mal deben de estar las cosas ahí abajo.
Descienden con premura, una carrera bastante accidentada, al llegar al linde del bosque otra vez, mas magullados todavía por las caídas que las prisas y la pendiente provoca, se encuentran a Gálian con varios espíritus peleando en una lucha encarnizada contra otros espectros rabiosos y de una oscuridad imprenetable, se siente su odio desde la distancia a la que se encuentran, a todo esto ninguno de los dos son capaces de retirar la mirada de la espada de Gálian, la cual arde y reluce como si tuviera al sol en su interior, les hace daño en los ojos, pero era impresionante ver tal visión. Son espectadores de una lucha titánica, no están seguros si intervenir, desean ayudar, pero aparece el espíritu que los guío hasta ahí, en ese momento los tres se miran y ante un gesto de Gálian siguen su camino, entendiendo la orden implícita de que él se ocupa de ese asunto, volviendo a tener al espíritu guardián como guía, son conducidos hasta Thomas donde dos fantasmas más lo cuidan, un poco desconcertados comprueban que las heridas han sido vendadas y con mayor estupor, descubren a sus monturas pastando al lado de ellos, ajenas a todo cuanto ocurría, en ese instante vuelven a sentir la incomoda conciencia del espíritu, “montad y marchad, volved cuando hayáis cumplido con vuestra palabra, a por el elegido, su alma es pura y su fuerza la guía el señor, y como antepasado suyo yo lo guiare y cuidaré, no temáis”.
Obedeciéndola, con cierto desconcierto ante estas revelaciones y descontento por tener que abandonar a Galian de esa manera, montan y comienzan su regreso sintiéndose exhaustos, desorientados siguen a ese ser erguido, con cierto aire de majestuosidad, como si en vez tener ante sí a un espíritu más, fuera un ser diferente, algo ancestral y de un poder distinto, mayor, otra vez la presencia ajena sondeando sus mentes, vuelve a conectar con ellos;  “ han pasado tres días desde vuestra llegada, aquí el tiempo no transcurre como en la vida normal, fuera de estos limites, no creáis que acabáis de llegar y os vais de un día para otro, pues os equivocáis, sois los primeros que salen de este lugar con vida, contad vuestra historia y volved  a por el elegido”, tras prometer hacerlo marchan, cabalgan durante horas, saben que deben de acampar y dar descanso a las monturas, preparan el campamento casi sin mediar palabra, Aitor ayuda a desmontar al convaleciente Thomas, ya no se tiene erguido, lo recuestan en unas mantas al lado de la hoguera, esperando que le de calor, Dalia sale de caza, Aitor se fija que es silenciosa como un felino, al igual que en el combate demostraba una destreza y precisión que muchos hombres que conoce envidiarían, si fueran capaces de reconocerlo, por supuesto, desgraciadamente es idea general que una mujer no se pueda comparar con un hombre, para deleite del comandante, tenía ante sí la prueba viviente, de lo equivocada que era esa suposición. Ella le intrigaba, no se había encontrado en sus años de servicio nada parecido. Siendo sincero consigo mismo, no conocía la compañía a la que pertenecía, tal vez si de oídas, había escuchado de la existencia de una élite femenina, reconociéndose que no tuvo interés en el pasado, desde luego eso había cambiado.
Todo transcurrió en calma, esa noche recuperaron las fuerzas, se dispusieron a realizar las curas al maltrecho Thomas, ella lo detuvo, lo miró severa, él no comprendía su actitud.
-         No se la toques, hay que asear, con agua limpia, habrá que trasladarlo hasta una fuente de agua clara, y después colocarle unos emplastes de hierbas curativas, ¿tu entiendes de curas?, si no, déjame que me ocupe.
-         Bueno no es problema,  es verdad que entiendo lo justo, pero tu crees saber más, ¿que te da tanta seguridad de que así es?.
-         Sencillo, una de las cualidades y preparación de mi compañía, es la medicina, los venenos, entre otras cosas, confía en mí, al igual que lo hiciste en el bosque.
Solo la podía mirar, asentir y seguir sus instrucciones, al igual que si vinieran de un superior, no tardaron en hallar un riachuelo, siguió cada indicación de su compañera, aprendiendo a cada paso algo nuevo, era sorprendente todo el conocimiento, que poseía de la naturaleza, desde luego esta mujer era toda una sorpresa, se daba cuenta que le gustaba, eso lo hacia a su vez más complicado.
Cuando acabaron las curas pertinentes, reanudaron el regreso, ahora se debian de centrar en llegar cuanto antes, evitar cualquier incidente que puediera ocasionar mas retraso, converso con su acompañante el camino a seguir tomando nota de su opinión, prestando atención a cualquier aviso que esta le diera, sopesando la situación a cada momento, quedando a reducir, que de las dos direcciones a tomar la mas segura sería por la que más tardaran, y la vía más rápida a entender de ambos, no daba seguridades al cien por cien, pero si se veían obligados a pensar en el tiempo transcurrido y el que necesitaban para llegar a destino, teniendo en cuenta la situación del príncipe, no quedaba más remedio. El desfiladero del norte, sería la dirección que quedaba prevista desde ese momento, les gustase o no.
Tras medio día de viaje, Thomas volvió en sí, tomaron una comida fría de los alimentos que tomaron del castillo antes de partir, le hicieron tomar suficientes líquidos, el muchacho no se quejaba, pero a la vista estaba que no se sentía a gusto con la situación, no era de su agrado ser una carga en tales circunstancias. Era de comprender, pero al fin y al cabo dada la situación no se debía decir nada, como no se podía poner solución por el momento. Jamás en sus vidas habían abandonado a su suerte a un miembro de su compañía, las circunstancias no cambiaban tal hecho.
Tres horas después de la comida, llegaron al desfiladero, sin previo aviso Dalia se separa, dando señas de que continúen y vigilen, Aitor tiene sospechas de que algo ocurre, ya desde el principio se siente como vigilado, pero no tiene certeza alguna, eso no quita que de vez en cuando o continuamente mire en derredor, esperando descubrir a su espía, si es que no era imaginario, por desgracia ya comenzaba a convencerse de ello. Su suerte e ideas cambian en el momento que escucha un fuerte estruendo, mira hacia arriba de donde percibe el origen, y solo tiene tiempo de apartarse por instantes, su buenaventura le bendice con ir a pie y poder retirar a los animales del medio como al herido, y colocarlos pegados a la falda del desfiladero, protegiéndose  en  los salientes que éste tiene, en la pared rocosa. Unos 5 minutos más tarde, todo cesa, un derrumbe muy oportuno sea dicho de paso, ese era su pensamiento hasta que oye la voz de Dalia desde lo alto, gritando a todo pulmón su nombre.
-         Estamos bien, ahora dime la razón de que subieras hasta ahí.
-         Desde que salimos que me siento vigilada, y ya lo descubrí, subid, y verás por ti mismo.
Se alza de hombros, dando a entender que ya iba, mira el estado del capitán, por milagro no ha sufrido daño, gracias a Dios, no se sentiría muy a gusto con la idea de perderlo de tal manera. Al subir se encuentra con toda una sorpresa, no es que sea un espía, sino un campamento, y a varios hombres desperdigados por el suelo, a los que la comandante ataba, sin prestarle mucha atención, desde luego tenía mérito.
-         Llevamos siendo vigilados desde que partimos, antes de llegar al bosque observe, un águila sobre volar por encima nuestro, a lo que me di cuenta que casi a diario la había visto desde que salimos, esta mañana la volví a avistar en lo alto, y vigile hacia donde descendía en su vuelo, pensando que no era salvaje, sino un ave entrenada, no me equivoqué, el ave se encuentra en aquella rama posada, y por lo que parece, las ordenes de esta escoria, es la de eliminarnos, la avalancha ha sido provocada, no pude evitarlo, pero los he reducido, si quieres mira a ver quien es el cabecilla, una banda de maleantes, no suelen tener a su disposición un ave amaestrada de ésa clase, son muy caras como ya sabes.
-         Tienes razón, yo también notaba que nos vigilaban, muy observadora pero ya podrías haberme avisado, somos un equipo, nuestra misión es la misma, debemos colaborar, no escondernos uno del otro, y menos información.
-         Supongo que es la costumbre, no suelo dar razones a nadie de lo que hago, excepto en los informes periódicos o tras una misión, lo siento.
La mujer se gira y se aleja, tomando un trago de su cantimplora, el comandante no entiende bien su reacción, pese a que viven gracias a su rapidez, y que ya saben quien los sigue, pero no quien los envía. Coge a los desvalidos perseguidores, los arrejunta y comienza a interrogarles, mientras los registra, uno de ellos lleva una carta con el sello y membrete de una de las familias influyentes, precisamente con la que contrajo matrimonio la hija mayor del rey. Se retira del grupo se acerca a la mujer y le lanza la carta, ella le mira, sin pestañear y sin mediar palabra, pues el ambiente se ha vuelto tenso, abre la carta y lee su contenido, su rostro cambia a un gesto de fastidio, esta claro que no es de su agrado las noticias. Esperando una respuesta, la sigue mirando, pero ella no se digna a dar respuesta algún, si se piensa ella no ha hecho nada malo, por lo que no tiene que dar explicaciones.
Thomas que lleva despierto ya dos horas, los mira con reproche, no esta dispuesto a ser una carga por más tiempo, declara su intención de quedarse ahí a vigilar a los que provocaron la avalancha hasta que reciba refuerzos, procedentes del castillo por orden de ellos no perdiendo la ocasión de indicar que piensen en una palabra clave, antes de partir a terminar la misión, para no ser atacados a su llegada, evitando así confusiones.
A regañadientes aceptan la decisión, no muy convencidos de si esta en condiciones de realizar guardia por más de un día, ya que quizás sea lo que tarden en llegar los refuerzos, pero no pueden cargar con más gente, lo saben.
Les quedan unas horas de luz diurna que no pueden despreciar, dejan a su compañero al cargo de todo, tras acordar la palabra clave, y marchan a todo galope. Por suerte la avalancha provocada no ha cerrado el camino del desfiladero y pueden continuar.
Al llegar el revuelo de su llegada provoca miradas atónitas, y de desconfianza, que son ignoradas por estos nuevos héroes, ya que en camino han podido saber que el príncipe todavía vive, se dirigen sin dilación hasta la corte y hacen entrega de la flor de la vida, los sabios no se lo pueden creer, la maravilla que tienen ante ellos, pero salen disparados a sus labores ante una mirada de reproche e impaciencia del rey y los recién llegados. Efectivamente lo cuentan todo, desde su partida hasta su retorno, el consejero se siente aliviado y dichoso por las noticias, al no ver llegar a su hijo, pensó lo peor,  pero tras la tranquilidad de esos momentos se ve ante la mirada incrédula e instigadora de los reyes y los comandantes, es cierto, los hechos acontecidos en el bosque necesitan ser aclarados, aunque sea contando las historias que conoce, sin pensarlo mucho mas comienza a contar, dejando en claro, que estas leyendas pertenecen a la familia de su esposa que se han mantenido vivas transmitiéndola de padres, madres a hijos, y así durante generaciones, ignoraban que pudieran ser ciertas, eso es algo que no puede evitar aclarar a cada rato.
-         Según contaba mi esposa, hace muchas generaciones, hubo en la tierra de los hombres, unos seres en apariencia iguales a nosotros, pero con unas alas translucidas con las que podían volar, e incluso dar paz al moribundo, se les llamaban ángeles caídos, o seres benditos, nadie conocía su procedencia, pero si de lo que eran capaces de realizar, por extraño que parezca, poseían conocimiento y sabiduría en el momento de dar juicio de unos hechos, por lo que muy seguido se les pedía consejo, la confianza era plena en ellos. Cada vez eran más escasos, y se fueron convirtiendo en leyenda, uno de los últimos, fue una mujer, ésta tuvo que tomar partido en un juicio, en el cual el culpable de traición, era la hija de la reina del país, la reina no contenta con el resultado, mando matarla, en el bosque, y con ella a todos los que fueran como ella, por suerte y bendición de los cielos no hallaron a mas. Pero el lugar donde se derramó su sangre y se le quitó la vida quedó maldito por su muerte. Y su espíritu esclavizado al lugar, sin hallar la paz eterna, solo uno de los suyos, descendiente de su carne, tendría poder para liberarla, lo que nadie sabía en un principio, es que al morir ella, aquel que la mató, falleció victima de su mala acción y anclándose al lado de ella, como un espíritu en pena, desde ése momento, todo el que entrara en ese lugar maldito correería la misma suerte. Como vosotros habéis dicho mi mujer y mi hijo, son descendientes de ése espíritu, y Gálian es el elegido, al fin y al cabo, es lo que nos habéis contado. El nombre de la mujer antes de fallecer, era Seline, ella ha de recibir la bendición y libertad por boca y palabras de Gálian, cuando el pronuncie su nombre y la deje ir, de aquel lugar, a partir de entonces, ese lugar no volver a ser maldito, y no habrá que temer entrar.
Todos asienten, se sienten cansados por los días transcurridos, pero no pueden retirarse hasta arreglar la situación de la traición y la situación de Thomas, no olvidan que se halla solo, con unas heridas todavía por sanar, y en compañía de ocho hombres a sueldo del yerno del rey, en cuanto presentaron la carta, el rey sonrió con alivio, les contó que ya había sido arrestado, hace dos día que fue descubierto, y encarcelado, está bajo estricta vigilancia, el padre está informado de los hechos y la familia a caído en desgracia cara a los demás, no recibirán ayuda alguna, su hija ha contado el tipo de persona que es, y confesaba sentirse muy apesadumbrado por lo mal que ella lo había pasado al lado de ese hombre.
Tras estas aclaraciones del rey, todos vuelven a sus aposentos a descansar, antes de separarse de Dalia, Aitor la retiene, le pide que la acompañe a los jardines.
Asintiendo a la petición le sigue, no sabe bien lo que pretende, pero tras tan largo viaje, y ardua misión, no se siente con ganas de rechazarle.
Al llegar sienten la brisa fresca, el agradable aroma de las flores lo impregna todo, la tensión del viaje ha disminuido, pero ninguno dice nada, solo se mantienen el uno al lado del otro como si no supieran bien que decirse.
Las dudas se perciben, pero el silencio continúa, Aitor finalmente toma la iniciativa, se gira hacia ella, la mira y suavemente roza sus labios con los de ella, provocando así el primer beso, por el que lleva días soñando despierto. Él esperaba una negativa, pero es sorprendido con la entrega de ella, y a su vez dichoso, pues hasta el día de hoy, no había sentido nada parecido por ninguna mujer, y un respeto tan grande como el que ya sentía por ella.
Ya en los aposentos, el rey y su consorte hablan de los hechos acontecidos, medio incrédulos de que realmente halla ocurrido tantos sucesos en un espacio de tiempo tan corto; la reina se asoma a la ventana a tomar el aire, aun preocupada por el estado de su hijo, y descubre a ambos amantes, en el jardín entregándose a la pasión que ambos sentían a esas horas; la reina sonríe cómplice de estos, entendiendo bien esos momentos tan especiales, y mira a su marido, pensando en lo que les depara en el futuro.
- Sabes dentro de poco te veo presidiendo una boda, que para los habitantes y tu reino va a ser todo un acontecimiento.
Le dice la reina con complicidad, la sonrisa que le baila en el rostro, le pica la curiosidad y se acerca, ella le indica que se asome, toda divertida, al mirar este halla la misma situación que anteriormente su esposa, y no puede evitar reír a su lado, feliz de que todo este acabando tan bien.
-         Supongo que no se puede evitar tener que celebrar esa boda, pero creo que antes me veré obligado a dar detalles de cual es el puesto real de Dalia a Aitor, y me encantará ver la cara que pondrá cuando sepa, que además es tu sobrina, jajaja.
-         Yo quiero estar presente, por favor no me prives de tal placer, esposo mío.
Continuaron un rato más con sus bromas y complicidad, ante los recien descubiertos amantes. Visitando con esperanzas renovadas la alcoba de su hijo, el cual descansaba, y cuya apariencia demacrada, no daba señales todavía de mejora, sin embargo la respiración se había regularizado, se la escuchaba más acompasada, eso dio paz a su madre, y un orgullo fiero a su padre.
Al día siguiente, los comandantes anunciaron que partían de nuevo hacia el bosque, con una compañía de 15 soldados a su cargo, para trasladar a los prisioneros, tras recibir las indicaciones pertinentes Aitor se disponía a retirarse, cuando recibio el mensaje de presentarse ante su majestad. Extrañado por tal cambio, teniendo en cuenta que la noche anterior quedó todo acordado, y que el consejero los acompañaría al bosque para poder ver de nuevo a su hijo, sano y salvo.
Tardó un tiempo en llegar, por lo que se le pasó un sinfín de ideas por la mente, con respecto a las razones, de su llamada a presencia del rey.
Su sorpresa fue mayor al comprobar que no solo él, había sido reclamado a tal cita, sino que Dalia, ya se encontraba allí, al lado mismo de la reina, eso le sorprendió bastante, pues de normal los súbditos no deben de acercarse así a sus majestades, al menos que estos hagan una petición abierta.
Postrándose ante el trono, esperando escuchar las razones por las que son citados, espera pacientemente, sin estar ya seguro de lo que ocurre.
-         Comandante Aitor, anoche tuve el placer de presenciad desde mis aposentos todo un derroche de pasión, en los jardines de palacio, por parte de ambos, ¿tenéis algo que decir al respecto?.
El comandante no salía de su asombro, su rostro se ponía por momentos más rojo, miraba de reojo a la mujer, con la que le habían pillado en situación tan incómoda, al igual que él ella no sabía que decir, y su tez se veía cada vez mas sonrosada, bueno al menos no seria el único que pasaría por esta situación, pensaba.
-         No majestad, no puedo negar la verdad, como que tampoco puedo negar que Dalia me gusta lo bastante como para desear tomarla por esposa, y si os he faltado actuando así en vuestros jardines, ruego que disculpéis mi atrevimiento.
-         Tu que opinas corazón, ¿crees que merece a tu sobrina como esposa?.
La piedra cayó con fuerza sobre la conciencia del comandante, este solo podía alzar la mirada y observar a la mujer, con la que el pretendía casarse, ella se había quedado pálida, ante la declaración del rey, y la reina posaba la mano sobre su espalda cariñosamente, en verdad eran familia.
-         Señor ahora entiendo hasta que punto, os he ofendido, tomad mi vida, por haberos deshonrado, a vos y a vuestra sobrina.
-         No, me entregue voluntariamente, aceptando lo que sentía, me casaré con él, pero no merece castigo por ello.
Los reyes ya no pudieron contenerse más, y estallaron en risas, tan sonoras que desde el exterior del gran salón se los escuchaba, y los que se encontraban fuera no podían creer que sus majestades se rieran así de abiertamente. Al menos ellos no sabían si su alteza había mejorado en salud, todos ya pensaban que ése era el caso.
Ambos comandantes no sabían bien que hacer, comenzaban a pensar que el matrimonio había enloquecido, no comprendían la actuación de ninguno.
-         tenías razón, al decir que sería digno de ver la reacción de él al saberlo, su rostro ha valido la pena, verlo cambiar de expresión y color por cada palabra que decías.
-         Por favor Diana, lo mejor ha sido cuando Dalia ha salido en su defensa, no lo esperaba desde luego que no, y si los miras ahora, te digo que es sublime, jajaja….
-         Bueno tíos, siento romper el protocolo, dado que vosotros os tomasteis tantas molestias por conservarlo…. Ya os habéis divertido suficiente a nuestra costa, lo que acabáis de organizar sobraba, me entregué por que le quiero para empezar…..
Tras estas palabras, quedó muda, se daba cuenta de lo acaba de confesar, el regocijo de sus tíos era claro, llevaban tiempo esperando a que ocurriera, pero no era su idea  confesarlo, y por una vez deseaba salir corriendo.
La idea quedó sólo en eso, pues apenas concibió tal pensamiento, se vio abrazado por los mismos brazos que la sujetaron la noche anterior….
-         si es así me alegro, yo siento lo mismo, hubiera lamentado que te hubieras casado conmigo por obligación, para que luego me odiaras por ello.
Los reyes  desaparecieron, dejándoles solos en la intimidad del lugar, allí todo se dijo, desde quien era hasta su lugar real, en la guardia, ni mas ni menos que la jefa de las espías, medicas y guerreras, que trabajaban en la sombra, protegiendo a la familia, y que una de sus protegidas había sido asesinada durante su vigilia, teniendo al cuidado al príncipe, y que tras sacarla del dormitorio, dando a entender que abandonó su puesto de vigilancia, desapareciendo, provocando la equivocación de haber sido ella la causante en un principio.
Una hora después con expresiones de complicidad, marchaban en sus caballos de vuelta al bosque, a la cabeza de la tropa elegida, para acompañarles, y entre ellas tres mujeres más, pertenecientes a la élite especial.
Al día, llegaron al desfiladero, allí quedaron dos de las mujeres y el resto de la tropa excepto tres soldados, el capitán recibió con regocijo las noticias de éxito y con gran asombro la relación de ambos.
Descansaron durante la noche, el uno en brazos del otro y a la mañana, no pudieron evitar que los hombres los miraran de reojo; desmontaron con prisas las tiendas,  continuaron el trayecto hasta llegar al bosque, los esperaba tendido en las raíces de un sauce de muchos anos de antigüedad, se le veía exhausto, pero en calma, Gálian los esperaba a salvo, su rostro demostraba la fatigosa tarea que asumió, y del que ya ninguno deseaba conversar, finalmente todo acababa bien, mientras se asentaban, para descansar, el nuevo hombre era atendido por la protegida de Dalia, aquel que viajo siendo un muchacho a ojos de todos, volvería formado un hombre, podían sentir ya la tranquilidad, termino, solo faltaba la futura boda. Un acontecimiento que esperaban con ansias.








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